Las Torres, una referencia oscense

El ambiente y el talante de los restaurantes familiares es difícil de emular. Uno puede proclamar una sala como cercana, cálida y entrañable, sumarle los adjetivos que la describan como hogareña, y sin embargo no tendrá esa esencia que poseen casas como la de los hermanos Abadía, el restaurante Las Torres de Huesca.

A pesar de su sala de estilo clásico con toques contemporáneos, y de su servicio, profesional y de atención acorde a un establecimiento de su clase, en este espacio uno se siente como en casa. Basta con que a la mesa llegue uno de sus platos de culinaria tradicional pero innovadora, renovadora aunque enraizada, para entender su filosofía y vislumbrar su alma. La que Rafa muestra en sala y Fernando materializa en la cocina.

David Tellechea

Los primeros protagonistas de su propuesta son los productos de temporada que ellos mismos cultivan en el huerto familiar y aquellas piezas de caza que, cuando es época, llegan día a día al restaurante. Una especial predilección por lo cercano y de casa que se ve reflejada también en los motivos de inspiración del planteamiento gastronómico.

En la primavera, el frescor y la aromática de las hierbas. En verano, el refresco que necesita nuestro paladar. En otoño, la contemplación del paisaje, el deleite con los rojos y dorados de la naturaleza. Y en invierno, lo hospitalario de una lumbre, de un buen plato de cuchara. Así, desde que abrieron por primera vez sus puertas en 1989.

David Tellechea

La evolución hacia un planteamiento cada vez más actual, sin perder la tradicionalidad, es apreciable en platos que han poblado su carta en los últimos años. Como el magret de pato, un excelente trato al bacalao, las alcachofas con hígado de pato y mostaza, una creación calificada como indispensable de la casa por muchos, la ensalada de sardina ahumada, la cigala con cardo relleno de romesco, la empanada de ternasco, el ajoaceite de chilindrón o el singularísimo sushi de foie e ibérico. La referencia oscense en cocina de autor.