Por Las Salesas, en pleno corazón Madrid, da gusto pasear. El barrio de Justicia anima al esparcimiento, a la tranquilidad y a las caminatas. Un carácter amable que ha sabido captar a la perfección un pequeño y acogedor restaurante que vive en sus calles, La Buena Vida.
Este es enclave dedicado al producto, con aires de bistró contemporáneo y grandes dosis de verdad. Es, además, la certera transformación de una antigua casa de comidas en un restorán de nuestros días, con un toque personal más que evidente. Un espacio íntimo en el que rendirse ante la materia prima y disfrutar con sus interpretaciones.
En verano, su cocina huele a sardinas, a bonito, a chipirones y otros platos de mar. En otoño, sobra decirlo, mandan las setas y la caza. En invierno, la trufa melanosporum se hace fuerte con verduras de temporada, erizo fresco y becada. Mientras que en esta época, en primavera, lo que nunca falta en la despensa del cocinero Carlos Torres, quien oficia en esta casa, son los guisantes de lágrima de Getaria, los espárragos de Navarra, el perretxico de Navafría o las colmenillas.

Cocina de temporada con el mejor género que encuentran, con todo hecho allí mismo. Desde el pan, hecho con masa madre y harinas ecológicas molidas a la piedra, a los postres, helados incluidos.
En la carta encontramos platos sugeridos como el arroz de carabineros y raya, de profundo sabor a mar. Entrantes como las alcachofas con callos de bacalao o los mejillones de roca con un curry casero. Carnes como su popular steak tartare o el lomo alto de vacuno mayor. Pescados como el solomillo de atún rojo con sésamo y guacamole o la merluza de pincho a la gallega. Y postres como el helado de Pedro Ximénez o la tarta de queso con coulis de frambuesa.

A esta minuta sucinta, en la que sin embargo no se echa nada en falta, se suma una ristra de platos fuera de carta que cada día son cantados por el servicio y propuesta vinícola a la altura responsabilidad de la otra alma de La Buena Vida junto a Torres, Elisa Rodríguez. Un buen combinado entre referencias nacionales e internacionales procedentes tanto de grandes productores como de elaboradores pequeños.
Un buen vino es sin duda el mejor acompañante de una cocina sincera, certera, en la que los sabores más desnudos se manifiestan sin ataduras. Producto y más producto.
Restaurante La Buena Vida
Calle Conde de Xiquena, 8 28004 Madrid
915313149
www.restaurantelabuenavida.com
De mercado
20€-50€