El arroz inflado tiene sus raíces en la antigua tradición asiática. Originario de Japón, donde es conocido como okoshi, este snack se ha ganado el corazón de muchas culturas gracias a su textura liviana y versatilidad en la cocina.
Prepararlo en casa es más fácil de lo que piensas. Solo necesitarás dos ingredientes básicos, de esos que solemos tener siempre disponibles: arroz y aceite, y un poco de tiempo. Para obtener un arroz inflado aireado y crujiente necesitaremos, en primer lugar, cocer el arroz. Una vez cocido, lo hornearemos a baja temperatura, para secarlo bien sin que se queme, y, después lo freiremos unos segundos.
Además de su delicioso sabor y textura, es una opción baja en calorías, perfecta para aquellos que buscan cuidar su línea sin sacrificar el placer de un snack casero sabroso. Asimismo, es una excelente fuente de carbohidratos, lo que lo convierte en el compañero perfecto para recargar tus pilas durante el día.
¿Y cómo puedes disfrutar del arroz inflado? Entre sus posibles usos, además de la clásica opción de acompañarlo con leche, puedes añadirlo a tus yogures o ensaladas para darles un toque crujiente, crear mezclas de cereales caseras, hacer barritas energéticas... ¿Te atreves a experimentar? Prueba a combinarlo con miel y canela, azúcar, sal y pimentón… ¡Hay mil opciones!
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 5 minutos
- Tiempo de cocinado: 1 hora y 15 minutos
- Tiempo total: 1 hora y 20 minutos
- Raciones: 4
- Categoría: snack
- Tipo de cocina: internacional
- Calorías por ración (kcal): 199
Ingredientes del arroz inflado para 4 personas
- 100 g de arroz redondo
- 300 g de aceite de oliva
Cómo hacer arroz inflado
En primer lugar, ponemos a hervir agua en un cazo. Cuando rompa a hervir, añadimos 100 g de arroz redondo y lo cocemos durante 14 minutos o el tiempo recomendado por el fabricante.
Una vez transcurrido el tiempo de cocción, escurrimos el arroz y precalentamos el horno a 75 ºC, con calor arriba y abajo.
A continuación, preparamos una bandeja de horno con papel vegetal y disponemos el arroz cocido sobre la misma, cuidando que quede bien distribuido y que no se peguen unos granos con otros.
Horneamos el arroz cocido a altura media durante unos 50 minutos. Durante este tiempo, es conveniente que le demos alguna vuelta al para que se haga por igual. Tras el horneado, es importante que el arroz esté bien seco. Si no fuera así, prolongaremos el tiempo de horneado unos minutos más.
Una vez horneado el arroz, vamos a proceder a freírlo en abundante aceite, que es el paso clave para conseguir que el arroz se infle. Para ello, preparamos un pequeño cazo o sartén profunda con 300 g de aceite de oliva (la cantidad exacta dependerá del diámetro de tu recipiente) y cuando esté muy caliente, echamos el arroz en pequeñas tandas. Comenzará a burbujear y los granos de arroz se hincharán subiendo a la superficie.
Cuando se reduzca el burbujeo y se hayan dorado ligeramente, retiramos los granos de arroz frito del fuego y los escurrimos con un colador.
Lo dejamos enfriar sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
Y ya lo tenemos listo para degustar o para usar a conveniencia.
Resumen fácil de preparación
- Cocemos el arroz durante 14 minutos
- Lo escurrimos y precalentamos el horno a 75 ºC
- Lo extendemos sobre una bandeja de horno con papel vegetal
- Horneamos durante 50 minutos
- Freímos el arroz en abundante aceite de oliva
- Lo retiramos del fuego y lo escurrimos
- Dejamos enfriar
- Servimos
