Qué es una Crock-Pot: para qué sirve y cómo funciona

Crock pot blanca y con tapa cerrada
La crock pot u olla de cocción lenta es un electrodoméstico popular en otros países como Inglaterra o Estado Unidos. Cocina a baja temperatura guisos tradicionales, es de fácil manejo y económica. ¿No la conoces aún? Te contamos todo sobre ella.
Por Verónica Martín
31 de octubre de 2022

La crock pot, slow cooker u olla de cocción lenta es popular en otros países, pero en España muchos consumidores desconocen su existencia. Teniendo en cuenta que este tipo de ollas eléctricas cocina guisos o platos de puchero que tanto gustan a los españoles, es un poco extraño que no se haya convertido ya en un imprescindible en nuestras cocinas. Porque, además, su bajo precio y su inferior consumo energético con respecto a otros electrodomésticos la hacen muy atractiva para el consumidor medio. ¿Ganas de saber más? Aquí tienes toda la información sobre esta olla a baja temperatura, desde su funcionamiento hasta qué platos puedes preparar con ella.

Qué es una Crock-Pot o slow cooker y para qué sirve

Una crock pot o slow cooker es un electrodoméstico que funciona como una olla de cocción lenta, como su nombre indica. Su función es cocinar a baja temperatura durante largos periodos. Su nombre proviene de la marca más conocida de este tipo de ollas eléctricas, que se llama así: Crock-Pot. Actualmente es un electrodoméstico a precios asequibles, podemos encontrar ollas de cocción lenta a partir de 36 euros en el mercado.

Este tipo de ollas es muy útil para cocinar recetas a la manera de un guiso tradicional. Elabora todo tipo de platos de cuchara calientes: sopas, potajes, caldos... Pero no solo eso, puede hacer un ragú, asar pollo o incluso preparar postres como veremos más adelante. Ahorra tiempo porque cocina durante horas con bajo consumo y nos permite cocinar guisos tradicionales sin necesidad de vigilancia y de forma cómoda.

Origen de la crock pot

Este tipo de cocción se asemeja a las recetas tradicionales de cuchara o de puchero que se elaboran desde hace siglos sobre el fuego. De hecho, el inventor de este tipo de ollas de cocción lenta, Irving Naxon (nacido Irving Nachumsohn), la creó evocando un guiso de su abuela. Naxon era hijo de un judío askenazí de raíces lituanas que nació en Estados Unidos en 1902. Trabajaba como ingeniero eléctrico y en sus ratos libres ocupaba su tiempo en un taller donde llegó a inventar muchos aparatos y pudo patentar hasta 200 de ellos. Uno de ellos esta olla eléctrica.

Crock pot con guiso y nachos con guacamole

A Naxon se le ocurrió la idea de esta olla evocando un guiso de su familia. Este puchero típico de sus antepasados llamado 'cholent' (legumbres, verduras y carne) se ponía en en un caldero sellado con arcilla. El guiso se iba haciendo durante horas de forma lenta primero en las brasas de un fuego y luego con las cenizas. Este truco se usaba la noche del viernes al sábado, ya que el sábado es un día de descanso para los judíos en el que había prohibiciones tajantes sobre tareas que no se podían realizar. De este modo, el sábado por la mañana ya estaba hecho el puchero y aún calentito, lo que despertó en Naxon la idea de inventar un artilugio que hiciera el trabajo de forma moderna. En la década de 1930 lo logró y llegó a vender varios. A principios de los años 70 cedió la patente a una empresa que la bautizó como Crock-Pot. Desde el principio tuvo un enorme éxito.

Cómo funciona la Crock-Pot y cómo usarla

La Crock-Pot es un aparato portátil que se coloca en la encimera y funciona mediante resistencias eléctricas. Se compone de una carcasa de acero inoxidable y un recipiente extraíble que reposa dentro de la carcasa, que suele ser de porcelana o cerámica y donde se coloca la comida tapada. Una vez enchufada a la electricidad la carcasa se calienta mediante las resistencias y el calor se transmite al recipiente extraíble. En esencia, basta colocar todos los ingredientes del guiso, taparla y enchufarla a la corriente eléctrica.

La temperatura se puede regular gradualmente hasta alcanzar los 100 grados, ofrece diferentes modos de potencia y un temporizador que se programa para terminar la cocción y apagarla cuando queramos automáticamente, manteniendo la comida caliente un tiempo más. Algunas son analógicas, pero vale la pena por un poco más adquirir las digitales. Funciona de manera opuesta a una olla exprés; es decir, cocina durante horas y horas los alimentos.

Ventajas de la Crock-Pot o cocción lenta

Muchas son las ventajas de este electrodoméstico. Es sencillo manejar una olla de este tipo y más sencillo aún limpiarla. Consume muy poco de electricidad. Nos deja tiempo libre para hacer otras actividades mientras ella nos cocina y además prepara esos platos que nos parecen irresistibles: los pucheros de toda la vida. ¿Quién da más?

Fácil manejo y transporte

La olla de cocción lenta es apta para todo tipo de cocinas. Solo necesitas tener algo de espacio en tu encimera. Como es portátil te la puedes llevar a otro lugar si te mudas o te vas de viaje. No tiene piezas complicadas de montar o desmontar y es sencillo volver a embalarla. Solo ten en cuenta el tamaño que tiene, las pequeñas (de unos 2,5 litros) pueden caber en casi cualquier encimera, pero tal vez las más grandes (de unos 7 litros) ocupen un espacio incómodo en cocinas muy pequeñas.

Crock pot blanca con tapa abierta

Otra de sus ventajas es que podemos ponerla a funcionar e irnos a realizar otras tareas tranquilamente durante muchas horas. Cuando volvamos a la cocina la olla nos habrá preparado nuestra receta. Además, si tardamos más de lo que esperábamos en volver a la cocina, el aparato mantendrá nuestra comida caliente durante bastante tiempo. Tiene como mucho 4 botones, que consisten en el encendido, tiempo, función y el de mantener la comida caliente (llamado generalmente 'warm').

Limpieza sencilla

Limpiarlo es extremadamente simple, basta extraer la olla del interior y la tapa (que también suele ser extraíble) y lavarlas a mano o en el lavavajillas. Solo hay que limpiar con cuidado y sin sumergir en agua la carcasa exterior, ya que es el elemento que va enchufado y que posibilita la conexión eléctrica. Si la sumergimos en agua podríamos estropear la carcasa. Y por supuesto, sobra decir que como cualquier aparato eléctrico se debe limpiar una vez desenchufado.

Ahorra tiempo

La crock pot nos ahorra un valioso tiempo. Una vez que la ponemos a funcionar puede cocinar 4, 6 u 8 horas incluso sin necesidad de vigilarla. Al tener temporizador se apaga automáticamente una vez ha finalizado el tiempo para el que la hemos programado. Y además, su función para mantener la comida caliente permite que no se enfríe hasta mucho tiempo después. Puede conservar nuestra comida recién hecha a 60 grados, lo que no solo nos ayudará a comer calentito, sino también a alejar microorganismos que pueden aparecer durante el enfriado.

¿Cuánto luz gasta una Crock-Pot? Bajo consumo energético

Este electrodoméstico consume menos que las placas vitrocerámicas y las de inducción. También consume menos que una tostadora o una batidora. Pero estos pequeños electrodomésticos quizá no nos ayuden a comprender la poca electricidad que gasta porque se usan muy poco tiempo. Así que comparemos con un frigorífico, que es un electrodoméstico que está todo el día en funcionamiento. Una crock pot consume menos que una nevera de media. Un frigorífico puede consumir entre 150 W y 375 W y la mayoría de los frigoríficos rondan entre los 240 y los 270 W. Un crock pot en su potencia más baja tiene 75 W y en la más alta unos 210 W.

Crock pot con estofado, arroz y verduras

Pero lo más útil es compararlo con una placa de vitrocerámica o de inducción. La potencia mínima de ambas es de 1200 W. Por lo tanto, en una placa de inducción cada hora de cocinado es, al menos, 5 veces más cara que en una olla de cocción lenta. Si además tienes tarifa regulada por horas y la pones a funcionar por la noche, ahorras aún más. La crock pot puede funcionar durante toda la noche y cuando termina se apaga ella sola. Así que ponerla a trabajar mientras duermes es una gran ventaja.

Sabores de la abuela

Las ollas a baja temperatura están hechas para los amantes de la cocina lenta, la llamada slow food. Las texturas son suaves y melosas. Por ejemplo, las carnes se gelatinizan en este tipo de cocinados y se deshacen en la boca. Con este tipo de cocinados se pierden menos nutrientes y se potencia el sabor. Puede cocinar algunos postres como el arroz con leche, pero sin duda los guisos que mejor quedan en estas ollas son los 'de la abuela': estofados, legumbres, cocidos o verduras asadas se guisan a temperatura muy baja durante horas al estilo tradicional. Este tipo de cocción hace que se liberen los jugos lentamente y se mezclen en el guiso. El sabor de este tipo de platos siempre es bienvenido y nos evoca la infancia.

Por otro lado, es un modo de cocinar saludable. No se fríe, no necesita gran cantidad de aceite, tampoco necesita mucha agua porque se evapora muy poco en estas ollas. Este tipo de guisos suelen llevar varios ingredientes como carne, pescado y verduras. Esto los convierte en platos generalmente saludables y nutritivos.

Las mejores recetas con Crock-Pot

Los platos que mejor salen en este tipo de ollas son los pucheros o guisos tradicionales. En España sabemos mucho de eso, así que ya sabrán a cuáles nos referimos. Un puchero canario, un cocido madrileño o una fabada asturiana saldrán de maravilla en esta olla eléctrica. Estofados de todo clase, como el ragú o un pulled pork son ideales para elaborarlos con crock pot porque dejan la carne suave, con una textura que se deshace en la boca. La carne también se puede poner en piezas grandes, como una paletilla, o incluso en las de más capacidad cabe un pollo o dos, que se asan perfectamente. Las verduras también son platos adecuados para esta olla, se puede elaborar un pisto manchego en ella sin problema. Algunos postres, como el arroz con leche o un flan, podemos preparar en nuestra crock pot. Tiene muchas posibilidades y el precio ronda los 40 euros. Si no tenemos una es porque no queremos.