¿Quién no ha escuchado hablar de las propiedades depurativas del apio? Entre los cocinillas, está muy extendido el uso de esta hortaliza que, además de ser refrescante, es una gran aliada si se desea hacer una dieta ligera y balanceada, por lo que es sumamente utilizada en batidos verdes, ensaladas y sopas. El apio es indicado para mantener sanos los riñones, tratar la hipertensión y aliviar los dolores articulares, por lo que es un alimento ideal si se está tratando de perder peso. Entre otras cosas, al contrario de otras verduras, no pierde sus propiedades si es cocido. Asimismo, sus semillas han sido utilizadas como condimento desde hace siglos y, si se sabe preparar, puede ser un delicioso snack.
¿Qué es el apio?
El apio (o Apium graveolenses) es una hortaliza y la única especie comestible de las 20 que existen de la familia de las apiáceas. Es originario de los países del Mediterráneo y se puede encontrar en el mercado todo el año, aunque tiene dos épocas de siembra: invierno y primavera. De esta verdura se aprovecha casi toda la planta. Tanto el tallo como las hojas, por ejemplo, ya se usaban antiguamente como hierba aromática para aportar sabor y olor a todo tipo de recetas de cocina.
La planta tiene un tallo grueso, hueco, estriado y alargado que termina en hojas acuñadas, las cuales suelen desprender un fuerte olor acre o agrio, un aroma que se pierde en el blanqueo realizado durante el cultivo. Este proceso, mediante el cual se impide que la luz llegue al tallo, hace que poco a poco la hortaliza quede blanca y tierna, y que adquiera el característico sabor dulce que todos conocen.

El apio crece de forma espontánea en las zonas pantanosas y cercanas al agua. Su nombre viene del celta apon, que significa "agua", lo cual hace referencia a los lugares en los que crece. Además, es una de las hierbas mediterráneas más populares que se puede cultivar fácilmente como hortaliza en huertos caseros e incluso urbanos. De hecho, su uso medicinal y como condimento está registrado desde siglos atrás en el Capitulare de villis vel curtis imperii (o imperialibus), un acta legislativa que data de finales del siglo VIII o principios del siglo IX en el que el emperador Carlomagno indicaba cuáles plantas, árboles o simples hierbas debían ser cultivadas en los jardines reales.
Propiedades y beneficios del apio
Si se puede afirmar que existe una hortaliza que aporta grandes beneficios para la salud, sin duda es el apio. Es rico en agua, sales minerales y vitaminas, por lo que es considerado un gran regulador natural del organismo. Es remineralizante, estimula la detoxificación del organismo, tiene acción antiinflamatoria, cardioprotectora y previene el estreñimiento, por lo que es la verdura perfecta si se desea hacer una dieta ligera o detox.
En cuanto a vitaminas, el apio aporta A, B1, B2, B6, B9, C y E. Además, esta hortaliza es una fuente de minerales como el potasio, sodio, calcio, zinc, magnesio, hierro, azufre, fósforo, cobre y silicio. Igualmente, es una gran fuente de fibra y un alimento con acción antioxidante, antibacteriana, expectorante, ligeramente sedante, digestiva, inmunoestimulante y analgésica.

En relación a sus cualidades de reducción de peso, algunos expertos indican que la ventaja está en su poder saciante, debido a que está compuesto en 95% de agua, lo que le confiere además una gran efecto diurético y depurativo. También aumenta las defensas naturales, contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso y muscular, puede ayudar a reducir la tensión arterial en casos de hipertensión, reduce el colesterol en sangre, estimula el alivio de los dolores articulares, ayuda a prevenir el estreñimiento, mejora la calidad del sueño y acelera la cicatrización de heridas.
Contraindicaciones del apio
Hay quienes indican que es un alimento que no tiene toxicidad y que, por lo tanto, se puede consumir como se desee. Sin embargo, existen ciertas contraindicaciones a la hora de comerlo. El apio podría generar reacciones alérgicas diferentes, desde síntomas leves en labios, lengua, paladar u ojos hasta un shock anafiláctico. Las alergias al apio son relativamente comunes entre la población por lo que cabe extremar las precauciones.
También es rico en oxalatos, de manera que las personas con inflamaciones u otras afecciones en la vejiga no deben consumirlo en exceso. Además, promueve el aumento de la diuresis y dificulta la absorción del calcio. Sin moderación, podría provocar malestar gastrointestinal en forma de hinchazón, gases y diarrea por la acción de la fibra.
Su consumo abusivo en crudo podría provocar bocio por hipertiroidismo. Esto se debe a la acción que ejerce el yodo sobre la tiroides y en cómo afecta a la producción de la hormona tiroidea. Asimismo, el apio contiene sustancias fotosensibilizadoras como psoralenos, con lo que consumir apio antes de una exposición al sol puede afectar a la piel.
Tampoco está recomendado en grandes cantidades en dietas para embarazadas debido a su efecto emenagogo y a su contenido en apiina, un compuesto químico que también se encuentra en el perejil y el ajo. Por último, en lo que respecta a las contraindicaciones del apio, recuerda siempre lavarlo antes de consumirlo para eliminar cualquier posible agente externo.
Cómo tomar apio: usos en la cocina
El apio es uno de los ingredientes básicos de los caldos y sopas, para los que se utilizan tanto sus pencas como sus hojas. Si está fresco, su uso más común es en ensaladas, pero también se puede consumir como crudité junto a una rica salsa de yogur, queso crema o hummus, como un diferente y sano snack de media tarde. También se pueden preparar tés naturales, revueltos o cazuelas de verduras, sofritos y en recetas de cremas. Aunque no es lo común, se puede utilizar para postres o para cerrar una comida copiosa en forma de un digestivo y original sorbete.

Igualmente, es habitual consumirlo en zumos naturales o batidos verdes. De hecho, algunas de las recetas más extendidas para depurar el organismo es apio, pepino y piña; o apio, naranja y kiwi. Por otra parte, hay quienes piensan que tomar agua de apio y limón todas las mañanas puede ayudar a aliviar problemas estomacales como la acidez.
En el mundo de la gastronomía se aprovecha casi toda la planta. Tanto las pencas, como las hojas y las semillas de apio son muy aromáticas, por lo que se utilizan como condimento y como acompañante para dar sabor. Las semillas, muy pequeñas y de color castaño, se hallan en las flores blancas de la planta. De ellas se extrae uno de los compuestos más importantes del apio: los aceites esenciales que suelen ser utilizados en guisos y salmueras. Con las semillas también se produce la sal de apio, cuyo uso se ha hecho más común en los últimos años.
Es importante tener en cuenta, a la hora de comprarlo, que sus tallos deben ser verticales y deben tener una textura fuerte que les permita romperse al doblarlos. Las hojas deben ser frescas y crujientes. Si se observa que su color es muy oscuro, posiblemente tenga un sabor mucho más fuerte, debido a que el blanqueamiento no ha sido óptimo. También hay que tener en cuente que el apio se conserva bien en la nevera apenas tres o cuatro días, las hojas no tardan en marchitarse, y es indispensable que no tenga manchas ni cortes.
En definitiva, el apio es un gran aliado para las dietas sanas y balanceadas permitiendo una digestión favorable para el organismo, debido a sus grandes propiedades. Además, gracias a su sabor y color se pueden preparar ricos caldos, sopas, ensaladas y meriendas saludables que quedan bien en cualquier ocasión.
Recetas con apio
Ahora que lo sabes todo sobre el apio, ¿quieres descubrir recetas que lo incluyen en su lista de ingredientes? Hasta ahora tan solo hemos visto de forma genérica algunos usos, pero siempre podemos concretar más y meternos en la cocina con el delantal. La selección de recetas con apio de nuestra sección para chefs y cocinillas cuenta con decenas de recetas de todo el mundo que usan apio, difícil será que no encuentres alguna que te entre por el ojillo. Si eres de esos apasionados cocineros en casa seguro que aquí encuentras la receta perfecta para ti.