En el barrio valenciano de Campanar, en plena efervescencia gastronómica con la apertura de nuevos locales de gran interés para los más foodies, se encuentra el restaurante Come & Calla, el proyecto más informal del grupo de restauración Mulhandara, liderado por el chef televisivo Alejandro Platero. Podríamos definirlo como el hermano pequeño del grupo, en el que también se incluyen Macel.lum, el restaurante de referencia de esta empresa, y Platero Food Studio, un local donde se realiza asesoramiento gastronómico y se imparten cursos de cocina y otros eventos privados. En definitiva, un restaurante que pretende acercar la alta cocina a un público más de tapa y bocadillo.
Come & Calla nos trae un concepto difícil de definir pues todo lo que rodea al restaurante, tanto en su espacio físico como su cocina, parece una mezcla o popurrí de diferentes y muy variadas ideas. El local en sí, ubicado en una de las zonas más tranquilas de Valencia, delante de un parque que le permite disponer de una amplia terraza, es un espacio abierto, diáfano, de grandes ventanales y con mucha luz, con cierto aspecto de chiringuito playero hawaiano hasta tal punto que uno casi espera que entre alguien saludando con un shaka y con una tabla de surf bajo el brazo.

Un espacio alegre, pintado de color azul pastel y decorado con elementos de madera clara, incluyendo mimbres y cuerdas. A esa alegría posiblemente también contribuyan las diferentes frases optimistas -quizás demasiado optimistas- pintadas por todo el local, además de su entrada principal que nos recibe con un Hoy es un buen día para sonreír. Junto con los diferentes adornos y elementos decorativos proporcionados por la multinacional Damm (botellas, macetas, sacos, etc.), el local parece una especie de cruce entre un establecimiento patrocinado por Mr. Wonderful y un museo dedicado a la cerveza Turia. Pero nos gusta.
Como ya comentábamos, esa mezcla también se traslada a su cocina que combina platos tan dispares como los arroces valencianos, las tapas tradicionales, cocina internacional y los bocadillos de toda la vida. De día se trata de una arrocería sin igual, como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta la ciudad en la que nos hallamos y el origen del chef que ha diseñado cada uno de sus platos, siendo los más demandados los de carrillada, calabaza y shitake, sepia bruta y blanquet o arroz de ropa vieja, con canela y limón. Todo ello sin desmerecer otros arroces más tradicionales como el de bogavante o el de rape y sepia.

Come & Calla: de los arroces a las tapas, bocatas y pepitos
Pero camaleónico como el que más, por las noches se convierte en un gastrobar especializado en tapas, bocatas y pepitos, tal y como reza el logotipo del restaurante. Obviamente no estamos hablando de unas tapas o unos bocadillos cualesquiera, sino que siguiendo la tónica de todo lo que rodea el local, se nos ofrece una serie de platos que mezclan lo tradicional con lo moderno, lo de aquí con lo de allá, hasta conformar una carta que resulta una combinación de platos típicos españoles y otros de carácter internacional, todos ellos con el toque personal de Platero. Carta que por otro lado incluye algunos de los platos elaborados por Alejandro durante su participación en Top Chef.

De esta manera, encontramos desde las tapas más tradicionales, como unas patatas bravas con espuma de ajo asado, croquetas, puntillas a la andaluza, sepia bruta, gambones al ajillo o calamar a la romana, hasta lo que podría ser una vuelta al mundo gastronómica con platos de diferentes nacionalidades como su ceviche de corvina, su thai pork roll, sus alas de pollo Cajún, su gua bao de papada hoisin, su taco crujiente de cochinillo pibil o su tataki de atún. Sin olvidarnos de la que es posiblemente la tapa estrella y la más demandada por sus comensales: la ensaladilla rusa de sardinillas de las rías gallegas. Todo un manjar.
Eso por mencionar lo que son los platos fijos de la carta, porque si por algo destaca el menú de tapas del Come & Calla (5 tapas + postre) es por ofrecernos aperitivos que habitualmente están fuera de carta como sus cocas de titaina y ventresca, su figatell a la brasa con la majada de “El Baret” o sus alcachofas salteadas con yema de huevo y jamón Duroc. Por lo tanto, es más que recomendable inclinarse por esta opción. Todo ello regado una amplia carta de vinos y, por supuesto, cerveza Estrella Damm y Turia Märzen. Ahí ya era complicado sorprendernos.

Pero hay quien todavía cree que una simple picaeta le dejará con hambre y prefiere optar por algo más contundente para él solo. En tal caso, los bocadillos de Come & Calla también merecen su oportunidad. Desde los más clásicos como el tradicional chivito valenciano o el bocata de longanizas, morcilla y pimientos verdes, hasta panecillos rellenos de carnes con un toque internacional como el de Pastrami NY o el de Pulled Pork. Pero si hay un bocadillo que destaca sobre los demás ese es sin duda el que lleva el nombre del cocinero que lo ha diseñado: solomillo de cerdo a la brasa, bacón ahumado, mahonesa de Dijón, pepinillos, queso brie y cebolla pochada conforman un auténtico bocadillo de diez.
Y si después de semejante banquete aún hay espacio para un dulce, lo más recomendable es dejarse aconsejar por los siempre atentos camareros que atienden las mesas con cuidado y esmero. Y si esa sugerencia incluye la crema de leche merengada con bizcocho de jengibre y crujiente de galleta, seguro que no te equivocarás en la elección del postre.
Come & Calla
Calle Poeta Antonio Chocomeli, 1 46015 Valencia
962056517
comeycallavalencia.com
Mediterránea, internacional
20€-40€