La salamandra es un pequeño electrodoméstico de gran utilidad. Está formado por una resistencia eléctrica situada generalmente en la parte superior que emite calor constante hacia los platos y alimentos que colocamos justo debajo, lo que permite mantenerlos calientes. Forma parte del mobiliario para hostelería, con el propósito sobre todo de tratar de reducir notablemente el gasto del restaurante.
Lo bueno de este dispositivo es que la altura de la resistencia puede regularse, de forma que se puede poner más o menos cerca de la comida que se pretenda calentar o fundir, por ejemplo. Además de poder regular la proximidad de la resistencia también se puede regular la intensidad del calor, con lo que se convierte en algo realmente indispensable para muchos establecimientos de cocina. Todos los establecimientos de restauración en los que se sirva alguna clase de comida, independientemente de si es una cafetería, un restaurante o un establecimiento de comida rápida por ejemplo, necesitan una salamandra para poder calentar los alimentos.
Para qué se utiliza la Salamandra en la cocina
Es indispensable para calentar, gratinar, dorar, tostar o dar ese último golpe de calor que necesitan algunos platos antes de ser servidos a los clientes. Además de su versatilidad es un dispositivo que no ocupa demasiado espacio y es bastante asequible gracias a su simplicidad. Hoy en día algunos hogares disponen en sus cocinas de este utensilio que las marcas han puesto en el mercado con diseños modernos.
Cristian Solana Rodríguez, cocinero del restaurante Kabanova, de Logroño, afirma que es una máquina que nos facilita mucho la hora del servicio rápido, irradia calor en la parte superior del producto. La utilizamos para regenerar productos ya cocinados, como puedan ser unas croquetas ya fritas a las que damos un último golpe de calor, gratinar o incluso mantener el producto y el plato a una buena temperatura antes de que salga. Según este profesional no es un utensilio indispensable en la cocina, aunque, es una máquina muy útil y versátil. Salvando las distancias se puede cambiar por otras máquinas como pueden ser un horno o un soplete. Según Rodríguez, el nombre viene de la marca de unos calefactores muy antiguos los cuales gastaban muy poco combustible que tenían una llama regulable y constante.
Otros como Marzio Cambuli, del Restaurante Tropical Llucmajor en Mallorca, entienden que la salamandra es un electrodoméstico que se utiliza fundamentalmente para gratinar un producto ya cocinado, para tostar o para mantener un plato caliente. Y nos cuenta otra versión sobre el origen del nombre, que según este chef viene por la forma de la resistencia, muy parecida a ese reptil. En los tiempos de la antigua Grecia se decía que la salamandra era el animal que vivía en el fuego y el calor.