No, no es un alga como muchos aseguran. La espirulina es una cianobacteria que se ha convertido en un alimento increíble para la salud. Está cargada de nutrientes con poderosas propiedades para el cuerpo y se puede consumir de múltiples formas. A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre ella.
¿Qué es la espirulina?
A diferencia de la creencia popular, la espirulina es una cianobacteria del género Arthrospira, y no un alga azul. Su consumo es aceptado y bien visto por muchos organismos por sus diversas propiedades nutricionales. De hecho, ha sido considerado un súper alimento por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por sus posibilidades de combatir la desnutrición y la carencia de micronutrientes.
Se trata de un producto muy de moda y de gran interés por sus numerosas propiedades funcionales y dietéticas. Esta cianobacteria tiene forma de espiral (de ahí su nombre) y es de color verdiazul. Las cianobacterias son bacterias capaces de hacer fotosíntesis y a la vez son procariontes, es decir, sin núcleo. Se caracterizan por tener unos pigmentos especiales que les proporcionan ese tono azulado tan característico, con unas propiedades muy interesantes para la salud.
Este producto, erróneamente llamado el "alga milagrosa", tiene una gran cantidad de micronutrientes que la han hecho formar parte, actualmente, de diferentes dietas healthy e incluso de programas para paliar la hambruna.
Su descubrimiento e historia
La espirulina fue una fuente de alimento para los aztecas y otros pueblos mesoamericanos hasta el siglo XVI, donde lo llamaban tecuitlatl. Uno de los soldados de Hernán Cortés describió la cosecha del lago de Texcoco en México y su posterior venta en tortas o panecillos. El tecuitlatl, descubierto en 1520, no se volvió a mencionar hasta 1940, cuando el psicólogo belga Pierre Dangeard habló de una torta (o panecillo) llamado dihe consumido por la tribu Kanembu, cuyo ingrediente principal era cosechado en el lago Chad, en África Central.
La primera referencia a este producto en España data de 1969, cuando la revista El Correo de la Unesco publicó el descubrimiento que se había hecho en los pueblos de Chad. Estas personas, de acuerdo con la publicación, "consumían un alga azul, la espirulina", por su enorme aporte de proteínas, "tres veces superior a la carne de buey". Sin embargo, el producto no se dejó ver en el mercado hasta 50 años después.
En el año 2007, los pueblos africanos empezaron a explotar la espirulina localmente de forma más eficiente para comercializarla y obtener ingresos con el fin de mejorar las condiciones de vida de las mujeres más pobres. Hoy en día, algunas organizaciones como la NASA o la Agencia Espacial Europea se encuentran haciendo investigaciones en torno a esta cianobacteria para estudiar la posibilidad de incluirla en la alimentación de los astronautas.
Beneficios y propiedades nutricionales
Actualmente, la espirulina ha sido considerada un súper alimento por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por sus posibilidades de combatir la desnutrición y la carencia de micronutrientes. Su valor nutricional es una de las principales causas de su reciente éxito.

Entre sus atractivos no solo está el tener proporcionalmente cuatro veces más proteína que el huevo, sino que además posee una gran cantidad de micronutrientes, como las vitaminas B1 y B2. Lo mismo pasa con el hierro. Además, es una buena fuente de manganeso y vitaminas B3 y B5.
Asimismo, algunos estudios indican que contiene un 57% de proteínas de alto valor biológico, es decir, que tiene todos los aminoácidos esenciales y hasta 10 aminoácidos no esenciales. Todas estas proteínas no van envueltas en celulosa cómo los vegetales, lo que facilita el proceso de digestión. También contiene otros pigmentos como la Xantina, muy buena para cuidar la vista o la clorofila, un potente antioxidante para nuestra salud.
Además de ser recomendada por su valor nutricional en dietas healthy, esta cianobacteria ayuda contra la hipercolesterolemia, diversas inflamaciones, algunas infecciones víricas, la exposición a tóxicos, así como patologías cardiovasculares y metabólicas.
Contraindicaciones y efectos secundarios
Pese a sus muchas bondades nutricionales, es importante saber que un consumo abusivo de la espirulina puede conllevar algunos riesgos y problemas de salud para el organismo. Uno de ellos es el que afecta a la vitamina B12, y en ello coinciden muchos nutricionistas como Gabriela Uriarte. “El problema con la espirulina es que mucha gente la consume a diario como un multivitamínico, sin saber que contiene los llamados análogos de la vitamina B12, unos componentes que bloquean la absorción de la B12 activa, pudiendo incluso falsear los resultados de una analítica en sangre”. La recomendación de Uriarte es clara: “no consumir este producto de manera habitual, ya que además no aporta ningún nutriente que realmente no se pueda conseguir de forma natural a través de una buena alimentación”.
Otro de los riesgos asociados al consumo excesivo de la espirulina es el que puede afectar a las personas con insuficiencia renal u otros problemas en los riñones. El motivo es que esta cianobacteria es muy rica en proteínas, un nutriente que debe estar muy controlado en la dieta de estos pacientes. Tampoco es recomendable en personas con la enfermedad de la gota, una afección que aparece debido a un exceso de ácido úrico en la sangre. La espirulina, según los expertos, podría agravar esta condición.
De acuerdo con la nutricionista Verónica Sobrino, “también hay que tener precaución con el consumo de espirulina en aquellas personas con alguna alteración en el funcionamiento de la tiroides (hipotiroidismo o hipertiroidismo), así como evitarlo en mujeres embarazadas y en periodo de lactancia. En estos casos, lo recomendable es que un médico o nutricionista lo valore, ya que siempre se debe personalizar cada caso”.

Por tanto, las personas que siguen un tratamiento médico o toman medicación pautada de forma regular, es importante que antes de introducir la espirulina en su dieta, consulten con su médico ya que esta podría reducir o alterar la eficacia de algunos fármacos. Sin dejar de lado que contiene muchas propiedades y beneficios saludables, es importante saber también que un consumo excesivo de la misma, o combinado con algunos fármacos, puede tener posibles efectos secundarios sobre el organismo.
Entre los más comunes, se encuentran los producidos por una posible contaminación. Según un artículo publicado por el Doctor Ruitang Deng en la revista científica estaudounidense 'Cardiovascular Therapeutics', “ciertas especies de cianobacterias producen cianotoxina, y la contaminación de esas especies en los productos de espirulina puede ser perjudicial para los consumidores. Sin embargo, se han informado casos raros de dichos efectos secundarios en humanos. El control de calidad en el crecimiento y proceso de la espirulina es una medida clave para evitar la contaminación y garantizar la seguridad de los productos con espirulina”.
Algunos de los efectos secundarios detectados en algunos pacientes, destacan: náuseas, estreñimiento, molestias o dolores estomacales, sensación de mucha sed, dolor de cabeza, erupciones o picores en la piel, mareos, etc. Por ello, si tienes dudas o si padeces alguna alergia, intolerancia o patología que pueda ser contraindicativa con el consumo habitual de esta cianobacteria, lo más seguro es que consultes con un médico especialista o nutricionista antes de consumirla.
Consumo y usos en cocina
El consumo de espirulina como alimento o solo suele ser poco frecuente. En general se suele conseguir en el mercado como un suplemento alimenticio en polvo (deshidratado) para acompañar las dietas o beber con agua, así como en formato de cápsulas.
Se puede probar la espirulina combinada en ensaladas o crudos. Se puede espolvorear en batidos, postres o ensaladas como, por ejemplo una rica ensalada de espirulina, algas wakame y semillas de sésamo. Se puede preparar también mezclando con banana en un smoothie o espolvorear sobre frutas para hacer un diferente porridge. El chef Rodrigo de la Calle también la usa en sus preparaciones como es el caso de su sorprendente esmeralda hecha de manzana y espirulina.
La espirulina se ha convertido así en un súper alimento con múltiples posibilidades de preparación y consumo, utilizado para erradicar el hambre en la tierra, en dietas saludables, para deportistas y hasta para la subsistencia de los astronautas en sus viajes espaciales.