El anacardo es considerado un fruto seco, pero en realidad es la semilla del árbol. El germen se encuentra en el interior de una nuez que forma parte del fruto junto al pseudofruto. La cáscara exterior que lo protege contiene "urushiol", un compuesto altamente venenoso.
Origen de los anacardos
El anacardo es un árbol frutal originario del norte de Brasil. Fue en el siglo XVI cuando fue descubierto por los colonizadores portugueses que atraídos por sus propiedades nutricionales, lo exportaron a la India, momento en el que se introdujo en el Sudeste Asiático y, paulatinamente, en algunos países del continente africano. Como dato curioso, cabe destacar el origen de su significado. El nombre de anacardo se lo dio el monje y naturalista francés André Thevet, a quien su forma le recordó la de un corazón invertido (“ana” significa “hacia arriba” y “cardium”, “corazón”).
Actualmente, los mayores productores mundiales de anacardo son Brasil, India, Vietnam y África occidental, países en los que su clima húmedo tropical favorece el desarrollo de estas semillas. La región nordeste de Brasil tiene un área plantada superior a las 800 mil hectáreas, por lo que se convierte en un producto vital para su economía, ya que la gran mayoría de los productores son pequeños agricultores que cultivan terrenos inferiores a 10 hectáreas.
Propiedades nutricionales y beneficios
La magnifica composición del anacardo se traduce en una serie de beneficios para la salud, motivo por el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su consumo. Por 100g los anacardos aportan los siguientes valores nutricionales:
- kcal: 600
- Agua : 4.4 g
- Grasas: 42 g
- Proteínas: 18 g
- Hidratos de Carbono: 20 g (contenido mayor que otros frutos secos como las nueces o almendras cuyo contenido es menos a 5g)
- Fibra: 4 g
*Una ración adecuada serían unos 25 g = 15 anacardos.
En primer lugar, los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados presentes en los anacardos, ayudan a la disminución de los niveles de colesterol LDL (malo) y triglicéridos, por lo que las personas que los consumen están más exentas de sufrir enfermedades cardiovasculares, como ataques cardiacos o infartos cerebrales, que aquellos que no los consumen.
La nutricionista Carmen Palomo Domingo, diplomada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad Complutense de Madrid y experta en obesidad y trastornos de la conducta alimentaria reconoce que, a pesar de su alto contenido en grasa, "no es necesario eliminarlos de las dietas para control de peso, solo se debe cuidar la cantidad. Para mí, son un aliado fantástico ya que su contenido en fibra, grasas saludables y proteínas hacen que la sensación de saciedad sea mayor y evitan el consumo de otros alimentos insanos, ultraprocesados y con más calorías".
Otra de las propiedades tiene su origen en su riqueza en minerales, como el magnesio y el cobre; este último fundamental en nuestra salud ya que es esencial para la regeneración de tejidos (pelo, uñas o piel) y el correcto funcionamiento del sistema inmune. Además, el anacardo es rico en triptófano, uno de los aminoácidos esenciales precursor de los neurotransmisores serotonina y melatonina y de la vitamina B3 o niacina. Estos componentes son los responsables de mejorar nuestro estado anímico y facilitar un mejor descanso.
"El secreto para beneficiarse de las propiedades de los frutos secos es incluirlos en el marco de una dieta sana. El consumo puede ser diario, pero moderado, unos 25g al día y variando entre los diferentes tipos de frutos secos", concluye la experta.

El riesgo de ingerirlos crudos
Como hemos dicho la semilla del anacardo se encuentra en el interior de una nuez cuya cáscara contiene una resina altamente tóxica denominada "urushiol", el simple roce puede ser causante de afecciones dermatológicas como la dermatitis severa. ¿Y cómo se extrae el fruto?, os preguntaréis. El proceso parte de un tratamiento de calor, de este modo, se desprende de la cáscara con seguridad y el anacardo acaba tostándose.
No hay peligro de que te encuentres un anacardo crudo puesto que, a no ser que trabajes en una plantación de los mismos y los encuentres en su estado natural, es común hallarlos en los supermercados tostados o fritos, aunque en su etiquetado los comercialicen como "crudos". Eso no quita que los expertos llamen a la precaución, pues comerlos crudos en grandes cantidades y de una sola sentada puede provocar consecuencias fatales como la muerte.
Cómo comer anacardos y recetas famosas
Los frutos secos suelen ser muy socorridos a la hora de acompañar el aperitivo. Por ejemplo unos anacardos garrapiñados con chile y lima son el maridaje perfecto para acompañar a la cerveza o al vermú. Además, puedes hacer un uso de estas semillas mucho más allá del picoteo... Servirlos en una ensalada, como guarnición en alguna crema o sopa, como tentempié entre horas o como entrante acompañando a distintas variedades de quesos...
En Asia cobran gran protagonismo, especialmente en la cocina de países del Sudeste Asiático o en India. Se agrega a todo tipo de platos con verduras, carne... e incluso a postres. Los anacardos potencian el sabor de cualquier plato y aportan un toque crujiente donde sea que se agreguen (sopas, salsas, arroz, condimentos, ensaladas, pasteles). Además, se trata de uno de los espesantes más utilizados en esta zona del planeta. Son muchos los cocineros que los saltean ligeramente para aumentar su sabor, agregan un puñado de estas nueces a un mortero, los trituran y los añaden a un curry hasta hacer una salsa muy espesa y sabrosa.
Asimismo, en la cocina vegana, son empleados a la hora de elaborar cremas o mantequillas que reemplazan a las derivadas de la grasa láctea. También sirven para la elaboración de numerosas recetas dulces como puede ser una sabrosa tarta de coco y anacardos.
Sé creativo. ¿En cuál de tus recetas son los grandes protagonistas?