
Andalucía se ha consolidado como uno de los grandes destinos gastronómicos españoles, un territorio donde tradición y vanguardia conviven en perfecta armonía. Desde pequeños templos culinarios hasta grandes casas convertidas en referentes internacionales, la región ofrece una diversidad única marcada por la excelencia de sus productos del mar y de la huerta. En esta selección de los mejores restaurantes de Andalucía en 2025, encontrarás varias propuestas reconocidas por guías y críticos gastronómicos que reflejan la creatividad, el talento y la riqueza de esta tierra.
Abantal, Sevilla
Uno de los mejores restaurantes de Sevilla es Abantal, en donde podrás encontrar a Julio Fernández Quintero, quien hace las veces de cocinero reinterpretando la gastronomía andaluza desde la perspectiva más contemporánea. Abantal abrió sus puertas en el año 2004 y se encuentra en pleno casco antiguo de Sevilla, ahora en un espacio remodelado donde seguir disfrutando de su propuesta gastronómica y celebrando sus dos décadas en activo.

Alevante, Chiclana de la Frontera
En el Hotel Palacio de Sancti Petri Gran Meliá de Chiclana de la Frontera Alevante despliega desde 2016 una propuesta de alta cocina marinera que, si bien nació como el hermano pequeño de Aponiente, ha sabido evolucionar hasta convertirse en un restaurante con identidad propia e independiente. Dirigido por Ángel León y con Cristian Rodríguez y Alan Iglesias a los mandos de la cocina del día a día, fogones, defienden una cocina de mar innovadora, de fuerte personalidad y que se nutre del Atlántico para reinterpretar la tradición con mirada contemporánea. Alevante ya no es la copia barata de nada, sino un restaurante con mirada propia que convierte el mar en despensa.

Aponiente, El Puerto de Santa María
El restaurante de Ángel León en El Puerto de Santa María es uno de los grandes referentes de la gastronomía andaluza e internacional. León, conocido como el chef del mar por su investigación y desarrollo de alimentos procedentes del océano desde una perspectiva ecológica y sostenible, fue galardonado con el Premio Nacional de Gastronomía en 2012. La constante labor de investigación busca aprovechar al máximo los recursos marinos, combinándolos con una creatividad desbordante que ha dado lugar a propuestas únicas: desde embutidos marinos hasta menús inspirados en el agua de mar, técnicas pioneras como las nanoburbujas o el uso de la nueva máquina Fantasy Ice. El equipo de cocina está encabezado por Alan Iglesias y Cristian Rodríguez. El proyecto mantiene un fuerte vínculo con la sostenibilidad, con la marisma y con el entorno del litoral gaditano, llevando la experiencia culinaria a un territorio donde innovación, tradición y respeto por el medio marino se entrelazan para crear una propuesta singular.

Bagá, Jaén
La última gran revolución de la cocina andaluza se encuentra en Bagá, un pequeño restaurante de Jaén dirigido por el chef Pedro Sánchez que se ha convertido en lugar de peregrinaje para los amantes de la alta gastronomía. Se trata de un proyecto muy personal donde Sánchez plasma su formación en casas como la de Martín Berasategui o Tragabuches, el primer restaurante del cocinero Dani García. Con un aforo reducido de menos de 15 comensales, Bagá apuesta por la sencillez, el minimalismo y la autenticidad ofreciendo una cocina de sabores puros e inspirada más en la creatividad personal del chef que en la temporalidad o el territorio. Todo ello se sostiene también gracias al trabajo de su esposa Mapy, que acompaña y complementa el proyecto en sala.

Bardal, Ronda
Bardal es considerado por las guías gastronómicas más prestigiosas otro de los mejores restaurantes andaluces gracias al trabajo de Benito Gómez, hacedor de una cocina creativa donde no faltan productos ecológicos de su propia finca Rabadán. Gómez se formó en la Escuela de Hostelería de Sant Pol de Mar y tuvo oportunidad de trabajar en restaurantes como Las Rejas, La Alquería en la Hacienda Benazuza o Tragabuches. Ahora, acogido como un andaluz más en Ronda, cuenta con la ayuda de Manu Romero como jefe de cocina, Marco Trujillo como jefe de sala y Miguel Conde como sumiller.
La Costa, El Ejido
El restaurante La Costa, en El Ejido, abrió sus puertas en la década de los 60. Hoy, bajo la dirección de José Álvarez, segunda generación, propietario y chef, puede enorgullecerse de haber convertido una casa de comidas familiar en parada obligatoria para los aficionados a la gastronomía. Su éxito es fruto de un trabajo impecable con los productos de proximidad: pescados y mariscos procedentes del Mar de Alborán así como verduras y hortalizas de la huerta almeriense, muchas veces cultivadas por pequeños proveedores locales. No en vano, El Ejido es famoso por su extenso paisaje de invernaderos. Su cocina, basada en los mejores productos locales, se disfruta ahora en un espacio recientemente reformado para actualizar sus instalaciones y adecuarlas a las necesidades actuales. Que no te engañe su ubicación en mitad de un polígono industrial: en La Costa la calidad brilla con luz propia. Además, el proyecto se completa con La Barra de José Álvarez, un bar contiguo que comparte cocina y bodega con el restaurante principal.
La Finca, Loja
Dentro del hotel Finca La Bobadilla en la Sierra de Loja, recientemente incorporado al grupo Único Hotels, se encuentra el restaurante La Finca de Fernando Arjona. La Finca —llamado así porque se encuentra en una finca interior del hotel poblada de olivos, almendros y encinas— ofrece cocina tradicional andaluza a base de técnicas contemporáneas y rinde homenaje a los sabores locales. La experiencia se inicia en una antigua capilla donde se sirven los aperitivos antes de pasar al comedor de estética rústica y elegante. Además, forma parte de un entorno rural de 350 hectáreas con un huerto propio de donde se extraen productos de temporada, reforzando el compromiso con la cocina de cercanía y sostenible.

LÚ Cocina y Alma, Jerez de la Frontera
Juanlu Fernández es un panadero reconvertido en cocinero que abrió este proyecto en 2017. Estuvo en las cocinas de Aponiente durante una década. Lo suyo es mezclar la gastronomía francesa con la despensa andaluza, lo clásico con lo contemporáneo, fusionando técnicas francesas con sabores del sur. Su propuesta, basada principalmente en pescados y verduras, se cocina en el corazón de la sala, lo que refuerza la cercanía con el comensal. El proyecto se completa con Bina Bar, un lugar donde comer muy rico en un ambiente informal y desenfadado con recetas de toda la vida pero con un toque especial y diferente y con Krombol, un coqueto espacio donde probar desde las mejores tartas y postres hasta desayunos selectos y saludables.

Noor, Córdoba
Lo de Paco Morales ha sido una carrera meteórica hasta alcanzar el éxito por derecho propio. Desde que abriera Noor, el restaurante que regenta en la ciudad de Córdoba, todo han sido premios y elogios. En su última temporada, inspirada en el Siglo XVIII, Morales continúa reinterpretando la historia culinaria andalusí a través de su propuesta gastronómica, que se concreta en tres menús degustación: Tanwer, Thawra y Taqadum, cada uno explorando diferentes aspectos históricos de este periodo. El proyecto lo comparte con Paola Gualdini, su pareja, con quien además acaban de ser padres. Juntos, han impulsado también la apertura de un bar en Atenas y del restaurante Qabú en Dubái, consolidando así su proyección internacional.

Skina, Marbella
Skina fue el primer proyecto marbellí del sumiller y empresario Marcos Granda, quien, con la ayuda de Mario Cachinero en cocina ha logrado situar su restaurante como uno de los imprescindibles de nuestro país. Hace algunos meses, coincidiendo con su 20 aniversario, el equipo se trasladó del pequeño local que ocupaban en una esquina del centro de la ciudad, a un cortijo de 1.800 metros cuadrados situado en la Milla de Oro, un proyecto único que busca revolucionar la oferta gastronómica de la región y que les permite aspirar a todo en el panorama nacional e internacional. Su propuesta se basa en una visión contemporánea del recetario andaluz, una cocina profundamente arraigada en la tradición pero reinterpretada con técnicas actuales, siempre a partir de productos de temporada y de proximidad en busca de la máxima calidad. A ello se suma una nueva bodega que alberga la colección de vinos de Marcos Granda y espacios renovados, concebidos para ofrecer una experiencia única a través de varias estancias.
