Los Teckels, también conocidos como perros salchicha, son una raza que se hizo popular gracias a la afición de las monarquías europeas. La Reina Victoria de Inglaterra fue una apasionada de los Teckels. Quizás por eso, el restaurante está decorado al estilo de los locales londinenses de los años 20.
Esta evocación del Londres de principios de siglo XX la ha logrado Cousí Interiorismo, la empresa encargada del proyecto. Las decoradoras han recreado distintos espacios muy acogedores, utilizando maderas dentro y fuera del restaurante. La fachada está formada por maderas pintadas a rayas azules y blancas y en el interior se "ha querido huir de una visión demasiado industrial o minimalista, aunque sin renunciar a elementos que no pueden faltar en un entorno vanguardista, como el cemento o las lámparas industriales". En una de las paredes, el artista Manuel de la Campa ha dibujado un enorme zepelin sobrevolando la silueta de Londres.


La entrada al restaurante da paso a un espacio que recuerda a un invernadero. Los amplios ventanales que dan a la calle Concha Espina lo llenan de luz. Vigas en el techo. El suelo adoquinado de piedra sirve de elemento de transición entre el interior del restaurante y la terraza exterior, que está abierta todo el año.
La terraza, totalmente integrada con la línea de decoración del restaurante, es un lugar que da mucho juego. Los dueños del restaurante, un grupo de jóvenes emprendedores, han elegido a la diseñadora de interiores María Villalón para crear un ambiente familiar y acogedor. En ella destaca una mesa de raíz de teca de más de 300 años, y un banco de madera con telas de estampado geométrico.


Una vez descrito el ambiente de Teckel, hay que recrearse con su oferta gastronómica. Los platos que se ofrecen quieren recuperar sabores del hogar, dándoles algún toque que los hace especiales. El chef que se encarga de firmar la carta es el joven César Galán, con más de trece años de experiencia. Destaca tres elementos: "tradición, el producto y la personalidad". Galán ha cuidado la procedencia de las materias primas, buscando la relación directa con proveedores locales, pero también buscando productos más lejanos, que tienen una calidad singular, como el Tiramisú de la Nonna Nella o la carne que emplean en la hamburguesa que viene del restaurante El capricho de León, que, según las revistas TIME y The Guardian, es la mejor carne que se puede probar en el mundo. Si pudiéramos hacer la trazabilidad de cada uno de los platos y de las materias primas que los componen, veríamos que las carnes son de Castilla y León y Galicia; los pescados, de Andalucía y del Cantábrico y las frutas y verduras, de la Rioja, Levante o Aragón.

Galán quiere que cuando el cliente se vaya del restaurante se haya sentido como en la casa de su abuela. La carta ofrece entrantes, como croquetas, ensaladilla, flamenquines o tortilla de patata. Y, entre los platos principales, hay que probar la mencionada hamburguesa, que se sirve sin pan, las albóndigas, la pluma ibérica, las costillas, el solomillo y el atún marinado con guacamoles y chile habanero.

Y no hay que olvidarse de pedir un postre en Teckel, porque 1 euro de su precio se dona a la Fundación Aladina, que ayuda a niños y adolescentes enfermos de cáncer. Una idea que refleja el compromiso de Teckel con "lo social", algo tan valorado en nuestra sociedad.

Teckel Madrid
Avenida de Concha Espina, 55 28016 Madrid
915996400
www.teckelmadrid.com
Mediterránea
25€-45€