Vamos a descubrir cómo se hace el vermut de una forma artesanal y completamente casera; este es el proceso a seguir:
- Paso 1: En un bote de vidrio con tapa, introduciremos los botánicos que harán posible el vermut, como el ajenjo, que resulta imprescindible, la canela, la cáscara de limón, la cáscara de naranja, la manzanilla, la genciana, las bayas de enebro, la flor de saúco, el cilantro, la corteza, el regaliz y la lavanda. Por cada litro de vino, preferiblemente blanco, será una media cucharada grande del ajenjo o un poco menos si el amargo no es nuestro mejor amigo, media barrita de canela, las cáscaras respectivas de ambos cítricos y una cucharada de cada una de las hierbas mencionadas.
- Paso 2: Dejaremos el recipiente en un espacio cerrado, oscuro, seco y fresco entre dos semanas y un mes. Debemos esperar hasta que los aromas y sabores de todo lo que hemos infusionado en el vino pasen a este.
- Paso 3: Pasado este tiempo, será momento de retirar los botánicos y afinar el resultado. Añadiremos un poco de miel o unas tres cucharadas de azúcar un poco caramelizado, así como un toque extra de alcohol, necesario para que sea un vermú como tal. Puede ser un poco de eau de vie, que resulta bastante neutra, o incluso jerez tanto dulce como seco. Algunas personas también lo dejan tal cual, sin añadir grados, por lo que todo es cuestión de probarlo antes.
Llegados a este punto, el vermut habrá quedado listo para degustar.