Extremadura mantendrá un año más las dos estrellas Michelin que ya lucía gracias al biestrellado Atrio. Quizás no ha sido el mejor año, pero es evidente que la gastronomía de la región aspira a recibir nuevos brillos que pongan en valor la cocina que aquí se practica.
El restaurante Atrio, la casa del chef Toño Pérez y José Antonio Polo como director de sala, vuelve a ser un año más el único restaurante con estrellas Michelin en la comunidad de Extremadura. Lo es por méritos propios, tantos como para ser siempre candidato a obtener la tercera estrella en las quinielas. La primera se encendió aquí en 1994, una década después llegaría la segunda, que han mantenido intacta hasta hoy. El premio a la excelencia que ofrecen a través de su cocina y de su servicio, pues aquí solo se aspira a lo máximo.

La cocina de Atrio es la cocina de Cáceres, un compendio de base tradicionales bien fundamentadas en torno a las que se despliega toda la creatividad de Pérez, que no duda en recurrir a los sabores del mundo cuando su genio creativo encuentra límites. Especial protagonismo para los productos ibéricos y las hortalizas del terreno, tratados siempre con respeto, sensibilidad y enorme pasión estética.
La bodega es uno de los grandes valores, con una gran selección de champanes de más de 40 bodegas, muchos de pequeños propietarios que elaboran únicamente con sus viñedos. A ellos cabe sumar los de reconocido prestigio, vinos de selectos viticultores y referencias internacionales de toda clase.
Un conjunto monumental clásico en apariencia regido por los cánones del entorno y vanguardista en su interior es el escenario perfecto para poner a prueba nuestros sentidos. Además del restaurante gastronómico, el proyecto alberga también un hotel, configurando una atractiva propuesta turística, de ocio y de descanso ante la que resulta imposible resistir. Un lugar imaginado con la hospitalidad en mente.