Ayelet y Ronen son los jóvenes que llegaron desde Tel Aviv hasta la ciudad de Valencia con una idea clave: producir la cocina de sus tierras, tan rica en especias e ingredientes de origen vegetal. La despensa de la que se nutre Kukla es humilde y fresca: un buen compendio de verduras propias del Mediterráneo así como garbanzos, uno de los ingredientes que se repite a lo largo de la carta. En este espacio de decoración sencilla, con colores alegres y referentes pop a modo de carteles y otros ornamentos, se aprecia un interés por poner de manifiesto la importancia que tiene la gastronomía para la identidad de una zona geográfica.

En la carta, prácticamente vegana, encontramos varias opciones de hummus, el plato de puré de garbanzos con especias y jugo de limón, que puede subir grados de sabor con distintos condimentos picantes. Prueba de ello es el hummus mashawasha con tahini, comino y ajo. Uno de los platos principales más demandados es el shakshuka, una suerte de pisto propio de Oriente Medio a base de huevos escalfados en salsa de tomates, chiles, ajo y cebolla, a la que se le suele echar comino y pimentón. El shakshuka también está disponible en opción vegana, sin huevos escalfados y con garbanzos o en su rica versión con feta. Estos platos se acompañan de pan jalá casero o pan de pita.

Entre los entrantes, las piezas de falafel —buñuelos fritos de garbanzos—, la berenjena frita con yogur de romero o la coliflor con tahini —puré de sésamo— y salsa de tomate o la brulée de pimientos rojos asados con queso feta sirven para abrir el apetito e iniciar al paladar en los sabores propios de Oriente Medio. En la sección de ensaladas, la fatush con pepino, bulgur, pimiento rojo, cebolla roja, picatostes y queso feta o la sabih, que a estos ingredientes añade huevo duro de corral, lechugas variadas y salsa de mango. Esta ensalada proviene de uno de los sandwiches más famosos en Irak e Israel. El sabih es un pan de pita relleno con berenjena frita y huevo duro que suele incluir lechuga, tomate, cebolla, especias y puré de sésamo.

Dentro de la sección de dulces, encontramos preparaciones curiosas como el malabí, un postre totalmente vegano conocido por venderse en pequeños puestos ambulantes localizados en la Puerta de Damasco en la parte de la ciudad vieja de Jerusalén. El dulce, de textura similar al pudín, se elabora con maizena, leche y azúcar. Sobre la crema se añade almíbar y trozos de pistacho y coco seco. Para los amantes del chocolate, hay disponible un brownie bien ejecutado que se sirve con helado de cardamomo, un complemento que redunda en el carácter regional de la cocina de Kukla.
Kukla
Middle-Eastern CuisineCalle de Palomino, 8 46003 Valencia
665479038
www.facebook.com/KuklaValencia
Árabe, Vegetariana
20€-40€