Germán y Carito, Carito y Germán. No hace mucho escuché una teoría, la teoría de las duplas, que venía a señalar la conveniencia profesional de contar con un aliado con el que hacer binomio. Según la teoría aumentaba las posibilidades de alcanzar la eficacia. Germán Carrizo y Carito Lourenço son un dueto sonado que desde que abandonaron Sudamérica han convertido Valencia en su base de operaciones.

La dupla desde hace algunos meses ha forjado una nueva obra con olor a erres muy sonoras, herraduras y tinta. Se llama Fierro, y es su creación, la última, la más distinta. Carito y Germán, de lleno en la vorágine de su asesoría gastronómica Tándem (en ello siguen), necesitaban una muesca más, un lugar en el que hacer pública su impronta. “Creo que hemos ido haciendo los pasos naturales”, me cuenta Carrizo. “Hemos estudiado cocina, luego hemos sido cocineros en restaurantes, stagers en restaurantes de alta cocina, luego jefes de partida, jefes de cocina y hemos alcanzado objetivos importantes como la obtención de una estrella Michelín con un equipo fantástico. Ahora necesitábamos hacer algo nuestro, ver de qué éramos capaces”.

Carito y Germán, sencillamente, debían superarse, ponerse una nueva prueba, ser protagonistas de su propio viaje. La concreción es ese Fierro, menudo y coqueto. Por resumirlo, como si a la cocina de casa estos dos cocineros le hubieran añadido una larga mesa para doce.

Fuera filtros. “El cliente puede preguntar en todo momento cómo está hecho esto o dónde hemos comprado aquello, nos ven cuando estamos cocinando o fregando y eso genera un contacto con el cliente que es genial, es como si vinieran al living de nuestra casa. Están casi dentro de la cocina, genera una atmósfera brutal”.

Fierro, que está en Ruzafa (Valencia), lanza a los comensales un reto: vengan y júntense en una misma mesa, cara a cara, lado a lado, con otros tipos -quizá desconocidos- a celebrar una cena. Podrían haber abierto un restaurante ‘normal’, pero decidieron complicarlo. Benditas las complicaciones. Buscar la diferencia y la compatibilidad con el fluir de sus otros negocios gastronómicos.

¿Qué obstáculos presenta una propuesta así, distanciada en su formato de los habituales restaurantes? “Tal vez el obstáculo es que los comensales tienen que animarse a compartir una mesa donde se sentarán con personas que no conocen, y no es algo a lo que estemos acostumbrados al salir a cenar”. Nuevas maneras para nuevos públicos.
Gastronómicamente Fierro y su mesa permite probar a sus cocineros todo un abanico de conocimientos. Solo un menú que cambia constantemente, que se adaptan tal que un junco a los vientos que traen los comensales. “Queremos lograr una cocina con identidad, que podamos cocinar y cuidar a nuestros clientes mucho más de cerca, darles un poco de nosotros en cada cena.

La intrépida dupla decidió no apostar por lo previsible y jugárselo todo al doce.
Fierro
Calle del Dr. Serrano, 4 46006 Valencia
963305244
fierrovlc.com
Mediterránea, Creativa
50€-80€