Del arbusto originario de los valles de la cordillera del Himalaya y extendido por todo el Tíbet, China, Mongolia, Corea y Japón, surgen los frutos del Goji, unas bayas conocidas en Asia desde hace más de dos mil años. Fue el mítico emperador de la antigua China Shennong quien las incluyó en su libro Shen Nong Ben Cao Jing, un manuscrito fundamental de la medicina tradicional que incluye 365 plantas y recopila los conocimientos medicinales y agrícolas de la época. Desde ese momento, se empezaron a difundir oralmente las propiedades medicinales del fruto del Goji hasta la aparición de los primeros registros escritos, como el del libro de Li Shizhen que se refería a las bayas de la siguiente manera: “Tiene un sabor amargo y frío, cura la enfermedad interna demoníaca, calienta el corazón y el riñón, disminuye la sed, y es buena mantener el cuerpo joven”.
Qué son las bayas de Goji
La baya de Goji, Lycuym barbarum, pertenece a la familia de las solanáceas, un amplio conjunto botánico en el que están incluidas muchas de las verduras de la huerta. La planta es un arbusto perenne, leñoso y resistente a temperaturas extremas que puede llegar a medir hasta tres metros de altura y dos de anchura. Sus ramas son espinosas con hojas alargadas y gruesas de un verde brillante y flores púrpura. Las distintivas bayas de Goji, ovaladas y carnosas, son de un tono naranja o rojizo y pueden variar su tamaño dependiendo de la variedad a la que pertenezcan. Existen aproximadamente 80 especies diferentes del género Lycyum, muchas de ellas comestibles. Sin embargo, la más apreciada por la calidad de sus frutos es la barbarium, tradicionalmente cultivada en las llanuras fértiles del río Amarillo, en la región de Ningxia, al norte de China. Tras la recolecta, pueden comercializarse y consumirse frescas, pero lo más habitual es desecarlas al sol de forma natural o por medio de secado mecánico.

Tan importantes son estas bayas en la cultura Oriental que en Ningxia, considerada la capital mundial del Goji y la principal zona de producción, se celebra cada año el festival del Goji. Un evento de dos semanas de duración organizado por los propios agricultores locales que coincide con la cosecha del fruto para honrar sus bondades.

Propiedades, beneficios de las bayas de Goji
Ricas en nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales y aminoácidos, y pobres en grasas, las bayas de Goji están repletas de beneficios para la salud. Estos frutos son una buena fuente de vitamina A, crucial para la lucha contra las enfermedades neurodegenerativas, la regeneración celular y el buen funcionamiento del sistema inmunitario y los órganos vitales. Igualmente su excelente contenido en vitamina C (casi seis veces superior al de la naranja) fortalece las defensas del cuerpo contra las infecciones, promueve la producción de colágeno, la cicatrización de las heridas y contribuye con la absorción del hierro en la sangre, esencial para la producción de glóbulos rojos y el transporte de oxígeno a todo el cuerpo.

El potasio que contienen las bayas es fundamental para el correcto crecimiento del organismo, la formación del músculo y el buen desempeño del sistema nervioso. Su aporte de calcio ayuda al desarrollo de huesos y dientes fuertes, así como a la prevención de la osteoporosis. Debido al aporte de fibra dietética, resultan altamente positivos para el proceso digestivo. A su vez, los polisacáridos presentes en las bayas promueven la salud del sistema inmune, reducen la irritación gastrointestinal, protegen contra el daño neurológico y equilibran los niveles de azúcar en la sangre. Gracias a sus compuestos antioxidantes, estas bayas proporcionan un efecto protector en nuestro cuerpo, que colabora con el sistema inmunológico evitando el envejecimiento celular prematuro causado por los radicales libres.
Contraindicaciones de las bayas de Goji

Existen ciertas restricciones en su consumo, y es que los frutos del arbusto del Goji no están recomendados para todo el mundo. Su ingesta puede interferir con ciertos medicamentos que contengan sustancias anticoagulantes, mitigando la eficacia de los mismos y produciendo efectos dañinos. Igualmente, personas con problemas de diabetes o presión arterial deberían evitar su consumo debido a la incompatibilidad que presentan los frutos con los medicamentos empleados para tratar esas enfermedades. Del mismo modo, podrían sufrir efectos adversos a las bayas frescas las personas con alergia al polen, ya que debido a la cercanía del fruto a la flor pueden contener cantidades mínimas de polen siempre que el fruto se conserve fresco.
Usos en la cocina de las bayas de Goji
Estas bayas pueden consumirse con numerosas elaboraciones, ya que únicamente aportan algo de dulzor con matices de frutos rojos con una textura similar a la de las pasas. Una de las mejores formas de consumirlas es en el desayuno. Ya sea mezclándolas con yogur natural y muesli, preparando unas gachas de chía con frutos secos, fruta fresca y ralladura de coco, o bien para elaborar un snack de barritas energéticas de avena, almendras y miel, aportarán una dosis extra de energía a primera hora de la mañana. Igualmente puede añadirse una cucharadita de bayas de Goji deshidratadas a batidos de frutas o a unas tortitas con nata y caramelo.

Son ideales igualmente para tomarlas en infusión con hojas de hierbaluisa, jengibre y un poco de ralladura de limón. Al igual que pueden incorporarse infusionadas a aguas frescas de frutas como la sandía, la fresa, el mango, la piña o los frutos rojos.
Complementarán a la perfección con dulces hechos en casa como unas tartaletas con base de crema inglesa con fresa, kiwi y chocolate, unas trufas cubiertas de chocolate, magdalenas de arándanos con nueces, bizcocho de yogur glaseado o unas galletas con nueces de macadamia y chocolate blanco.

Además de elaboraciones dulces, las bayas de Goji pueden incorporarse a algunas recetas saladas, como coliflor y brócoli con bechamel, o una ensalada de brotes tiernos, aguacate y nueces. Otra opción muy recomendable para vegetarianos podría ser un tabulé de quinoa, tomate, cebolla, cilantro y perejil, o una ensalada de garbanzos con arroz basmati y vegetales de la huerta.