Lady Marmelade

Artículo de Juan Echanove
Mermeladas, mantequillas, leche, café... pequeños caprichos del día a día que en un desayuno o merienda, por ejemplo, pueden llevarte a los más altos cielos. Pequeños grandes placeres de los que hoy nos habla Juan Echanove.
Por Juan Echanove
11 de marzo de 2014

Es un placer lento delicado y perverso.

Es algo que te envuelve y a veces casi te marea hasta perder el equilibrio.

Es un mundo de frutos que cuelgan de los árboles o, a veces, se enredan en los arbustos.

Es un tobogán que se desparrama por las comisuras de los labios y que, en ocasiones, y si tenemos suerte y reflejos como para recogerlo con la punta de la lengua, vuelve a nuestra boca retomando esa felicidad dulce que solo tienen los besos fortuitos y los sabores únicos que conocemos por primera vez y que casi nunca nos vuelven a sorprender.

Es objeto fetiche de culto en el amor y la pasión.

Es la bomba incendiaria del arte de lamer.

Es la mermelada... la confitura... la jalea.

Es el color que rompe el lienzo blanco de una tostada con mantequilla.

Es la calma que necesita el cuerpo después del despertar de una buena siesta en una tarde de domingo cuando el cuerpo nos pide dulce y nos pide sonrisa.

¿Quién no ha hecho mermelada casera alguna vez?

¿Quién no ha cometido la travesura de meter el dedo en el tarro y rechupetearlo hasta extraer los últimos recuerdos del final del verano que habitan en la mermelada de moras silvestres?

No voy a ponerme aquí ante vosotros como un experto catador de mermeladas y empezar a describiros todo un conjunto de "lugares comunes", de esos lugares que hablan de texturas, de densidades, punto cítrico, paso de paladar etc...

Prefiero limitarme a enumeraros unas cuantas de las que a mi más me han emocionado.

Y lo mismo voy a hacer con las tres mantequillas nacionales que más me gustan.

Y ahí no queda la cosa... porque también os confesaré cual es la leche de vaca que me parece más leche y más de vaca.

Y también os voy a decir cuales son mis dos cafés favoritos.

Y os lo tengo que decir porque para mi ese conjunto de pan con mantequilla y mermelada... ese café y ese gran vaso de leche (por separado), es el objeto de mi frustración más evidente.

Y me explico...

Casi todos los domingos del año hago Teatro... Y en todas y cada una de esas tardes de domingo siento la necesidad de tomarme ese tiempo "para mí", de bañarme en esa luz cálida del sol de las seis de la tarde, de preparar con mimo y ritual la mesa de la merienda, de alinear cuidadosamente platos, tazón, servilleta, cuchillo, cafetera, jarra de la leche, mermelada, pan tostado, mantequilla y una radio... y perderme en la fuga hasta el horizonte a lomos de ese sol efímero con la boca inundada de una dulzura que ya hace tiempo que perdí.

¡Pero nunca o casi nunca puedo hacerlo! A esa hora a mí me toca provocar, o al menos intentarlo, las mismas sensaciones a través del poder de la palabra y el mundo de los sueños, cuando se levanta el telón.

Pero mientras eso hago, no puedo evitar pensar en todas esas tardes de domingo que he perdido. Tantos momentos minimalistas de placer. Tantos goterones descendiendo por la barbilla.

Tanto dulzorrrrrrrrrrrr.

Mis mermeladas favoritas son unas cuantas y además de las que os voy a referir, os aseguro que hay centenares de ellas que son deliciosas. Tan deliciosas o más que por ejemplo:

"Esencia del Salz de moras silvestres"

"Liébana natural de naranja al orujo y de fresas al cava"

"Elasun de mostillo artesano"

"Ababol de higo"

"Señora mermelada de Tomate"

"Frutarama de piña natural al aroma de canela"

"Kenako gourmet de mandarina"

Y de las mantequillas... ¡qué queréis que os diga! Para mí las tres adoradas son:

"Mantequilla La Jarradilla" de Cantabria

"Mantequilla York salada" de Soria

"Mantequilla Mogui" de Soria

Y de la leche ... Para mí "Quintián de Lugo"... ¡ES LA LECHE!

Y en el universo del café mis estrellas favoritas son:

"Café de Agaete" en Agaete Gran Canaria.

"Café Altomayo" de Perú.

Pasan las horas de la tarde y ni siquiera la noche es capaz de suprimir el torrente de luz que esta merienda ha instalado en el cielo de mi paladar.