Nada indica que tras un portón del madrileño barrio de Salamanca hay un romántico edén urbano, con un lánguido jardín interior y una tienda acristalada que esconde un pequeño reino de compras. Bienvenidos a Federica & Co. Como lo define su alma, Federica Barbaranelli (Roma, 1978), "es un espacio mágico, mi propio Paradiso Perduto (Paraíso Perdido), un sueño hecho realidad". Tras viajar por medio mundo, esta italiana, de una gran sensibilidad y debilidad por las cosas bonitas, recaló en Madrid. En su momento quería ser escritora pero no lo vio muy claro. De mente inquieta, comenzó a idear y llevar a cabo múltiples negocios: trajo a España la firma firma cool de bailairnas French Sole, abrió Urban Antique... Hasta que abrió esta cueva preciosista. Aquí, además de bucear en anticuarios y brocantes franceses en busca de tesoros vintage, también vuelca su pasión y maestría culinaria con diversos cursos. "Para mí, la cocina es vida. Placer. Algo con lo que no puedo vivir sin. El alimento para mi alma, mi mayor capricho y mi única necesidad. Muchos niños y muchos corazones alrededor de unos fogones. Mi absoluta pasión e inspiración".
¿Qué ingrediente te define?
La albahaca.
¿Qué podemos encontrar en tu despensa?
Pasta y tomate auténticamente italianos, aceites de oliva de todos los tipos, pimienta negra molida de diferentes países, peperoncino, parmesano, pecorino romano y todas las plantas aromáticas frescas plantadas en mi cocina, bulgur, lentejas , quinoa.
¿Y en la nevera?
Carne del valle del Esla, o ternera o blanca, ¡nunca cerdo!. Huevos eco, mozzarella di bufala, verduras de la huerta de todo tipo (radicchio, miles de setas, alcachofas, cebollas blancas y cebolletas, espinacas, broccoli, achicoria, berza... ¡Todo lo que tenga color!) y mucha mantequilla demi-sel homemade que compro en Francia, aquí en España hay poca oferta de mantequillas. Y siempre, pasta fresca.
¿Cuál es tu playlist para una comida con amigos?
Jazz, siempre. Mi marido es un melomano y saltamos desde el estilo de los 20 hasta los gloriosos años 50. Música cajun de New Orleans, Miriam Makeba africana, clásica, mucha música clásica desde Litz a Mozart, y por supuesto Verdi.
¿Y la canción para el fin de fiesta?
Los nocturnos de Chopin.
¿Qué distingue a un buen anfitrión?
El gusto por lo sencillo y la falta de necesidad de aparentar. Importantísimo recibir en casa como si lo hicieras abriendo tu corazón, dando prioridad a la materia prima, sin contar “cuántos ni cómos ” cuantos más invitados mejor. Dar libertad a la casa para hacer sentir a tus invitados como en su propia casa. Siempre buenos vinos y un whisky de Malta. Cuando invites no adornes, siéntelo y disfrútalo. Y sobre todo, repite. Sin cortesías ni halagos, solo con el amor por la cocina en tus manos.
¿Qué significa para ti la cocina?
Vida. Placer. Algo con lo que no puedo vivir sin. El alimento para mi alma, mi mayor capricho y mi única necesidad. Muchos niños y muchos corazones alrededor de unos fogones. Mi absoluta pasión e inspiración.
¿Un placer (in) confesable?
Ir al mercado y gastarme todo mi sueldo.
¿Una ciudad gastronómica?
Nairobi por su mezcla entre el East África y occidente. Roma para volver a los inicios. París para enloquecer.
¿Un rincón gastro para desconectar?
Casa Cofiño, en Caviedes (Cantabria).
¿Un aroma?
La salsa de tomate "della mia nonna".
¿Un capricho reciente?
No tengo caprichos concretos, para mi es fundamental poder sentirme libre y apasionada cuando hago la compra y dar vida a mi imaginación.
¿Una locura gastronómica?
La tour d'argent, París.
¿Una bebida?
Vino rosado, Côte du Provence ( no hay otro con ese color salmón maravilloso y ese aroma impecable).
¿Qué llevas cuando te invitan?
Flores y vino.
¿El look perfecto para salir a cenar?
Soy un desastre, dejo el cuidado del interior mucho más pronunciado que el exterior. Informal, básico, jersey de chasmere, vaquero y bailarinas. Pelo y piel cuidados pero sin forzar ni el maquillaje ni el peinado.
¿A qué cinco personajes vivos o muertos invitarías a tu cena-fiesta?
Woody allen, Mozart, Mark Rothko, Amedeo Modigliani y Karen Blixen.
Para esta cena-fiesta, ¿cocinarías o encargarías la comida?
¡¡¡Cocinaría, siempre!!!
¿Cuál sería tu última cena?
Vino La Hermita de Palacios. Homemade linguine con salsa de langosta roja, fettuccine con ragú de ciervo, solomillo a la pimienta verde y souffle de queso y patatas... Nada de postre.
¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?
No entro en conjeturas dentro de la cocina de cada uno. Creo que la materia prima la hacen las manos de los que la usan y elaboran. Pero desde luego harta de la burraja en todos sitios como si no hubiera otra ensalada, y ¡ por Dios, basta el tartar de atún en todas las cartas!
¿Tu noche favorita de la semana?
Lunes, martes, miércoles, jueves... Siempre entre semana.
Cuando entras en un restaurante, ¿en qué te fijas primero?
En las opciones de vinos por copas que ofrecen. ¿Por qué siempre Ribera o Rioja incluso en los mejores sitios como si fuera la única opción? ¿Cómo se puede generalizar así con los vinos tan increíbles que hay en España?
¿Tu último descubrimiento gourmet? Restaurante, café, bar...
Soy adicta a los clásicos. En Madrid abren restaurantes cada semana más que cualquier otra cosa. Y todos iguales, misma Deco, mismas cartas... ¡Nada original! Soy absolutamente fiel a Norte y sur en Madrid pero el de la calle Costa Rica.