Guiado por una suerte de intuición por el art decó, un arte exuberante con riesgo de empachar, me planto en la acera de en frente al teatro Coliseu de Oporto, tan lustroso, con esas letras iluminadas reptando en la fachada, que produce la impresión de bailotear entre épocas. Es la calle de Passos Manuel.

Un edificio caluroso por fuera (siete grandes letras lo titulan con la palabra Garagem) pero desastrado en su entrada. Es el número 178 de esta rua, en este Oporto divertido que mató a cañonazos a una ciudad tan melancólica que hasta le fue a poner a su aeropuerto el nombre de una víctima en accidente aéreo. En esta cuarta del mundo hay una ambientación oliendo a era de cines y teatros llenos, a colas, sombreros y grandes abrigos. Eso quebró, pero quedan unas vibraciones en aumento.

Subo en ascensor desde el zaguán destartalado de un supuesto garaje. Cuarta planta. Tras traspasar la entrada, Maus Hábitos. ¿Qué es este sitio, además de un canto a los 'malos hábitos'? "Un crisol de cultura, una lanzadera de la efervescencia local", enuncia el típico. Y uno de los mejores lugares para comerse Oporto, casi literalmente, desde su mismísimo corazón. No es un restaurante, pero se zampan sus propuestas gastro a ritmo de vicio. Ni es una galería pero hay un programa expositivo incesante. No es un centro artístico pero hay residencias continuas de artistas. Restaurante, galería, todo lo contrario. Área de encuentros. Es su indefinición lo que hace de Maus Hábitos un emblema.

Me gusta como en ese revoltijo de arte y mesa la parte gastronómica es la coartada que hila todo lo demás, la sala de máquinas. Tomo asiento a lo largo de un salón cual cantina, con vistas al gran teatro Coliseu. Más tarde una copa en su terraza donde la vida en portugués se arremolina. Todavía no termino de saber qué es Maus Hábitos. Busco respuesta.
"Maus es un nivel superior de entretenimiento", escucho. La cara más transgresora de la cultura europea, barniz de bohemia, alma joven... y cocina veggie donde igual dan las inclinaciones. La cara más emocionante del 'uptown' local ante la cual los prejuicios sobran.

Para el horario mañanero del domingo una carta que me despierta una sonrisa cómplice. The Vicious Brunch, por Maria Bleck e Teresa Carrington. "Um brunch caseirinho, feito na hora, dedicado especialmente aos mais ávidos domingueiros". Para vosotros, domingueiros, descarga de huevos biológicos, quesadillas, pancake, ensalada y granola.
El fotógrafo Daniel Pires descubrió en 1999 el cuarto piso del garaje Passos Manuel. Andaba tras un sitio para su estudio. Al refugio de la capitalidad cultural europea brotó este caladero de artistas sin chance en otras galerías de la ciudad. Durante más de una década han experimentado en la creación tal que si estuvieran buscando fuego. El restaurante, la terraza, ha hecho sostenible todo lo demás. Equilibrio en el balance gastroartístico.

En la noche de Oporto la luz del Coliseu se cierne mágica sobre esta sala con un aroma a La Habana. Si se metiera la mano en su caja de valores sonsacaríamos los de experimentación, mezcla y un hábitat tan caliente que dan ganas de tenerlo muy cerca para visitarlo machaconamente.
Obtenidos los porqués, abalancémonos sobre el qué. Mandan las pizzas, entalladas a ritmo de personalidades legendarias: Madonna, Carmen Miranda, Salvador Dalí, Eileen Gray, Amália, Björk (!!), Archimbold... Sabrosas, camperas. Son imprevistos en un tablero sin ataduras.

Los clichés sobre Oporto no asoman en Maus Hábitos. La vida más apabullante de la ciudad, en cambio, tiene sede aquí. Adelante.
Maus Hábitos
Rua Passos Manuel 178, 4º4000-382 Oporto (Distrito de Oporto) - Portugal
+(351) 937202918
www.maushabitos.com
Internacional
20€-30€