Al restaurante Don Giovanni lo definen como una auténtica trattoria. Un enclave culinario en el que uno de los grandes embajadores de la cocina italiana en tierras españolas, Andrea Tumbarello, oficia con soberbia. Él, economista de formación, llega a España para disfrutar de la Semana Santa de Málaga de 1989 y se enamora. ¿Del país? Puede que sí, pero sobre todo de «la rubia madrileña culpable de todo», Carol, que también estaba de vacaciones en la ciudad andaluza.
Quince años más tarde, a finales del 2004, se trasladaba a Madrid para casarse con ella y empezar una nueva vida. Pocos meses después, en 2005, el restaurante se cruzaría en sus caminos. Estaba al lado de su casa, fueron una noche a cenar y la pasta que habían pedido decepcionó al italiano. Pidió hablar con la dueña para transmitirle su disgusto y esta le ofreció el traspaso. Un mes después, el hombre números experimentaba en la cocina para ver si era capaz de llevar adelante el negocio.

Tras aceptar el reto y enfrentarlo con éxito desde sus primeros pasos, se hace con el control del espacio definitivamente quedándoselo en propiedad. Cierra su despacho profesional en Milán y se pone la chaqueta de chef. No pasaría demasiado tiempo hasta que Don Giovanni apuntase maneras despuntando a ojos de todos. Crítica y público convencidos de estar ante un italiano en mayúsculas. Partiendo de una anécdota y sumando trabajo duro, Don Giovanni se convertía en el restaurante italiano de referencia en Madrid, con dos soles de la Guía Repsol, entre otros premios.
La clave es, naturalmente, su genuina cocina: platos sin pretensiones que emanan autenticidad italiana, sencillez, cariño y suculencia. Preparaciones llevadas a cabo por el propio Tumbarello y por su equipo, liderado por Svedelin Manolov y Yanier Lemos, con elaboraciones aportadas hace unos años por el chef Rodrigo Semczuk, profesional proveniente de la plantilla de Abraham García de Viridiana y ahora responsable del Don Giovanni del Hotel Finca Cortesín de Casares, Málaga.

En un local acogedor, con alma popular, convienen inequívocos italianos como la lasagna della Mamma, los carpaccios, la tagliatelle con trufa negra, los raviolis de corzo o la panna cottacon aquellas novedades introducidas por Semczuk, como los panes artesanos de impecable sabor, esas míticas lentejas con curri del restaurante Viridiana y alguna que otra propuesta de ese otro templo madrileño. A la propuesta gastronómica se suma una interesante oferta de sales con una veintena de tipos llegados de todo el mundo, diferentes vinagres de gran calidad con los que aliñar algunos de los platos y un surtido de embutidos italianos, exquisitos, que son cortados con la mítica cortadora Berkel, una de las más valoradas y apreciadas. Pura Italia.
Don Giovanni
Paseo de la Reina Cristina, 23 (posterior) 28014 Madrid
914348338
www.dongiovanni.es
Italiana
40€-60€