En una ciudad tan grande y turística como Roma, la capital italiana, cada vez se hace más complicado dar con propuestas gastronómicas interesantes y de calidad. Comer se ha convertido para muchos en un trámite más y la degustación de buenos alimentos, de platos distintivos, queda en un segundo plano ante una oferta apabullante donde manda lo homogéneo. No obstante, no son pocos los restaurantes que se resisten a esta tendencia. Casas como Da Cesare, en pie desde 1965, buscan justo lo contrario.
La distinción comienza en algo tan sencillo, tan básico, como los ingredientes que se utilizan día a día entre fogones. Para cocinar, afirman, solamente emplean aceite de oliva virgen extra. Para las frituras, con el fin de darles un carácter diferenciado, aceite de cacahuete extra seleccionado. El parmigiano reggiano que en este espacio se ofrece es elaborado por uno de los artesanos más reconocidos del país y las pizzas, por ejemplo, solamente las presentan con verdadera mozzarella, genuina, totalmente alejada de las industrializadas.

Y continúa con la autenticidad de los sabores. Sin renunciar a la creatividad, a nuevas técnicas culinarias, rechazan frontalmente la deformación y desnaturalización de los sabores más esenciales y puros. Por eso concretan su propuesta en platos con unas cualidades organolépticas fácilmente reconocibles, un alto valor nutricional y «una elevada calidad intrínseca para resaltar su autenticidad». A través del respeto a los recetarios tradicionales, así como la búsqueda y selección de las mejores materias primas próximas, de pequeños productores y temporada.
Con estos mimbres, el acogedor restaurante Da Cesare lucidor del plato Michelin lleva a cabo una magnífica interpretación de las especialidades toscanas y de las delicias del mar. Destacan entrantes a base de carne como el toscano, una combinación de finocchiona, salami, copa y tocino de Cinta Senese; el jamón con mozzarella de búfala o la bresaola con rúcula y queso Grana. Y a base de pescado, como el carpaccio mixto con crustáceos y ostras Gillardeau, las anchoas marinadas de Cetara o el ahumado de salmón salvaje.
En cuanto a primeros platos sobresalen los fettuccine con ragú de carne de raza Chianina, los rigatoni con estofado de carne de raza Chianina y queso pecorino di fossa, la sopa de cebada y lentejas, los spaghetti con almejas finas salvajes o los raviolis caseros con salmón. Los principales pasan por un bistec de carne de la raza Frisona a la parrilla, una hamburguesa tártara a la parrilla con trufa, un escalope al vino, una fritura de calamares y gambas de arrastre del Tirreno, un pescado blanco al horno con patatas o unas albóndigas de calamares.

Si deseamos una pizza, al más puro estilo romano, encontramos desde la más clásica margarita o napolitana a la de jamón de Parma, la de champiñones o la pizza de pez espada ahumado. En De Casare los ágapes terminan con unos buenos postres, todos ellos caseros, como el pastel de ricotta con peras, los cantuccini toscanos de chocolate fondant con ron o el helado de crema, chocolate o avellanas.
Da Cesare
HostariaVia Crescenzio, 1300193 Roma (Lacio) - Italia
+(39) 066861227
www.ristorantecesare.com
Italiana
30€-90€