¿Cuáles son las diferencias entre plátano y banana?

Plátanos en distintos puntos de maduración
Se parecen mucho y proceden de la misma familia, pero no son lo mismo. El plátano y la banana son dos frutas que presentan algunas diferencias clave que merece la pena conocer.
Por Gemma Bargues
16 de marzo de 2022

¿Plátano o banana? ¿Banana o plátano? Aunque por fuera y por dentro puedan parecer casi idénticas y provengan de la misma familia de plantas (las musáceas), lo cierto es que entre ambas frutas existen claras diferencias, sobre todo a nivel nutricional, pero también en lo que respecta a su sabor, aroma, textura, forma y tamaño…

Cómo distinguir el plátano de la banana

No, no son el mismo alimento aunque pueda parecerlo a simple vista. Por eso, aquí recogemos algunas de las principales diferencias que hay entre ambos. ¿Quieres conocerlas? Sigue leyendo, aprende las claves para distinguirlos y que nunca más te den banana por plátano, o viceversa.

El aspecto, la primera diferencia entre el plátano y la banana

La primera pista que nos ayudará a diferenciar entre un plátano y una banana es la forma y el tamaño. Mientras que el plátano es más pequeño y curvo, la banana es más larga y recta, presentando también un diámetro superior.

Otra diferencia evidente del plátano son las características motas negras que luce en su piel y que se generan a medida que la fruta avanza en su proceso natural de maduración. Cuanto más maduro está, más manchitas negras tendrá y más oscura será su piel. En cuanto al fruto comestible, también hay diferencias de color, siendo la banana más blanquecina.

El etiquetado será también una seña que nos ayude a distinguir el plátano canario de la banana. Tal y como indica ASPROCAN, “a finales de 2013, Plátano de Canarias recibió el sello de Indicación Geográfica Protegida (IGP) convirtiéndose en el único del mundo que cuenta con este reconocimiento. Esta distinción garantiza la singularidad y el origen de nuestros plátanos, reconociendo al de Canarias como un producto único y de calidad”.

El origen y la producción, otra clave para distinguirlos

En todos estos aspectos diferenciales entre el plátano y la banana juega un gran papel el lugar de origen de ambas frutas. El primero viene de las Islas Canarias y es de producción europea, por lo que su producción está vinculada a los estándares de control fitosanitario, medioambientales y de seguridad alimentaria de la Unión Europea.

La banana, por su parte y fuera de dichos estándares europeos, es originaria de países latinoamericanos como Ecuador, Colombia, República Dominicana, Costa de Marfil o Camerún. Allí, grandes multinacionales controlan la producción a gran escala de este fruto a diferencia del plátano canario donde los procesos no son intervenidos por grandes compañías, sino que responden a métodos tradicionales realizados por pequeños productores.

En este punto, también influye el clima subtropical y suave de las Islas Canarias que permite que el grado de madurez se alcance poco a poco con una permanencia en la planta que es mayor en el plátano de Canarias (6 meses) que en la banana (3 meses). Esto confiere a esta fruta un mayor grado de madurez, sabor y aroma.

Plátanos maduros

¿Qué es mejor el plátano o la banana?

Para saber cuál de las dos frutas es mejor podemos atender a diferentes aspectos como sus propiedades y su valor nutricional, el aporte de calorías a nuestra dieta o la textura y el sabor, fundamentales a la hora de elegir entre uno y otro. Sin duda elegir entre el plátano y la banana es una cuestión subjetiva, ya que cada uno tendrá su propia opinión, pero quizás todos estos datos te ayuden y te permitan aclarar cuál te puede gustar más.

Propiedades y valor nutricional, parecidos pero no iguales

No es ninguna novedad: tanto el plátano como la banana constituyen frutas esenciales en la dieta de la población en general, y especialmente de la dieta infantil y de los deportistas, pues incorpora nutrientes que inciden positivamente sobre la salud. Ahora bien, ¿cuáles son estos nutrientes? ¿Son los mismos en ambas frutas? ¿Sabemos lo que compramos?

Basándonos en el “Estudio sobre la Calidad Nutricional del Plátano de Canarias”, realizado por la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN), el contenido en proteínas y grasas de esta fruta es muy bajo, siendo un alimento perfectamente compatible con dietas de adelgazamiento. De este estudio se desprende también “la presencia mayoritaria de agua que se sitúa en torno al 75% del peso total”, por lo que presenta una acción depurativa y contribuye a hidratar el organismo y a eliminar sustancias tóxicas.

En lo que respecta a su contenido en hidratos de carbono, dicho estudio destaca que “el plátano contiene 21,70 gramos de este nutriente por cada 100 gramos de producto, cuya función principal es la de aportar energía”.

En cuanto al tipo de carbohidratos, el plátano tiene menor cantidad de almidones y mayor cantidad de azúcares (glucosa, fructosa y sacarosa), lo que le aporta su sabor dulce característico. Por su parte, la banana posee más hidratos de carbono (26 g/100 g) pero compuestos en su mayoría por almidones, por lo que contiene menos cantidad de azúcar.

A medida que avanza el proceso de maduración, el contenido de azúcares totales aumenta en la fruta, mientras que se reduce la cantidad de almidón. Por ello, y así lo explica la Fundación Española de Nutrición (FEN), “el plátano es un fruto suave y bastante digerible siempre que esté maduro. Sin embargo, el almidón hace al plátano verde difícil de digerir, resultando indigesto y pudiendo originar flatulencias y dispepsias”.

Otro aspecto importante del plátano canario es su elevado contenido en fibra (2,22 g/100 g), convirtiéndose así en un alimento muy beneficioso para prevenir el estreñimiento, mejorar la salud digestiva, regular los niveles de colesterol en sangre y prevenir, por tanto, la aparición de enfermedades cardiovasculares. El aporte de fibra en la banana también es relevante, aunque ligeramente inferior (2,1 g/100 g).

Banana cortada en rodajas

Por otro lado, el fruto canario también aporta vitamina C en mayor cantidad que su competidora la banana, lo que favorece el desarrollo de huesos y piel, así como del grupo B, especialmente la vitamina B6 que contribuye al funcionamiento metabólico del organismo (producción de anticuerpos, mantenimiento de la función neurológica normal, funcionamiento del sistema inmunitario, etc.) “Un plátano cubre el 30% de la ingesta recomendada de esta vitamina para hombres de 20 a 39 años con actividad física moderada”.

También es importante tener en cuenta el notable contenido en minerales saludables en el plátano, tales como “fósforo, manganeso, hierro, zinc, calcio, magnesio y potasio (420 mg/100g), un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal”, detalla el informe ASPROCAN. En el caso de la banana, esta también es una buena elección para ayudar al cuerpo a recuperarse tras un esfuerzo físico o actividad deportiva, aunque la cantidad de potasio que contiene es ligeramente inferior a la del plátano (387,8 mg/100 g). En cambio, ambos poseen un contenido muy bajo en sodio, ganando el fruto canario por muy poca diferencia.

La banana tiene mayor aporte calórico

Seguramente has oído alguna vez que tanto el plátano como la banana son frutas que “engordan” y que, por tanto, deben evitarse en determinadas dietas de adelgazamiento. Aunque es cierto que su aporte calórico es mayor al de otras frutas, hay que matizar que estas calorías se traducen en un aporte energético y nutritivo muy beneficioso para el organismo.

La diferencia de calorías entre ambos frutos, además, es mínima. Según información de ASPROCAN, el aporte de calorías del plátano es inferior al de la banana (unas 90 kcal/100 g frente a 109,6 kcal/100 g). En ambos casos, recordemos que la maduración del fruto hará que este aporte calórico se libere en el organismo en forma de azúcares sencillos, compuestos mucho menos interesantes a nivel nutricional.

Además, como decíamos antes, el plátano es muy bajo en grasas, muy alto en fibra y con un gran aporte de agua en su composición. Estos tres factores hacen que, no solo el fruto canario sino también la banana, estén considerados como alimentos perfectamente aptos para incluir en la dieta habitual de cualquier persona. Eso sí, el plátano tiene cuatro veces más de proteínas, así como un mayor aporte de fibra, hierro y vitaminas A y C.

Bananas vistas de cerca

¿Cuál de las dos frutas es más saludable? Teniendo en cuenta todo lo anterior, la respuesta es clara: ambas son igualmente beneficiosas para el organismo, siempre y cuando su ingesta forme parte de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. En el caso de las personas diabéticas, por ejemplo, sí sería preferible optar por una banana o plátano verde, pues tendrá menos cantidad de azúcar. Y por supuesto, serán más o menos saludables dependiendo de cómo las preparemos. Un plátano tomado en crudo, por ejemplo, siempre será mucho más saludable que una banana frita o rebozada.

El sabor y la textura del plátano, más dulce y jugosa

Distintos por fuera, pero también por dentro. ¿El paladar también los distingue? Sí, y es que el sabor es otra de las claves que nos van a ayudar a diferenciar entre ambas frutas. El plátano presenta un sabor más dulce que la banana debido a que posee, como hemos visto, más cantidad de azúcar.

Además, el fruto canario posee un mayor índice de humedad, por lo que a la hora de consumirlo resulta mucho más jugoso y apetitoso que la banana. Esta, por su parte, es menos dulce y presenta una textura más tersa, áspera y seca por su composición en hidratos de carbono (azúcares y almidón).

El clásico banana bread

Esta diferencia de sabor influye también en la manera en que consumimos cada fruta. El plátano es muy utilizado en repostería ya que sirve como sustituto del azúcar si queremos conseguir dulces más saludables. Pero también puede ser el ingrediente protagonista de infinidad de postres como la clásica tarta banoffee o el famoso banana bread (pan de plátano). Otras recetas como las tortitas y galletas con copos de avena, la mousse, el helado, los famosos plum-cake, las tortas, etc. se rinden ante el sabor dulce de este alimento que, por cierto, resulta delicioso si se come simplemente en crudo o con yogur.

Los tostones, las tajadas o los chifles son elaboraciones originarias de países latinoamericanos, de donde procede la banana. Esta fruta, menos dulce y con una textura más harinosa, resulta más apetitosa cuando se cocina, aunque también se puede comer en crudo.

Y una tercera pista que distingue ambas frutas además del aspecto y del sabor, el aroma. “Basta acercarnos ambas frutas a la nariz para encontrar matices. El olor del plátano es más intenso, debido a determinados compuestos que son más abundantes en la variedad canaria”, matizan desde ASPROCAN.

Diferencia entre plátano macho, hembra y banana

Si hablamos de frutas pertenecientes a la familia de las musáceas, no podemos olvidarnos del plátano macho, diferente a la banana y -más todavía- al canario. También llamado plátano verde o hartón, es una variedad procedente de Asia desde donde se introdujo en África y, siglos después, en zonas tropicales y subtropicales de América Latina.

Chips de plátano macho frito

Por su aspecto, textura y aroma, las claves para distinguir un plátano macho son claras. La piel de esta fruta es gruesa y de un color verde intenso, mientras el fruto comestible es más blanco. En cuanto a su tamaño, el plátano macho es el hermano mayor de este trío platanero pues puede llegar a pesar hasta 200 gramos frente a los 100 que alcanza como máximo un plátano canario. Su forma es recta y alargada, más similar a la de la banana.

También similar a esta en la textura. El plátano macho es firme, poco aromático, harinoso y más bien seco. Esto se debe a su composición en hidratos de carbono, en los que predomina una mayor concentración de almidones y menos azúcares. Por este motivo, no se consume crudo, sino cocinado como si de una patata se tratara (cocido, en puré, frito, asado, al horno, como guarnición de un plato de arroz o de una carne o pescado, en tortilla, etc.) o como ingrediente estrella de platos típicos como la sopa de plátano macho o verde.

Y si existe un plátano macho, ¿existe un "plátano hembra"? No, no existe. Este nombre no es más que un coloquialismo inventado y utilizado popularmente en algunos países para referirse al fruto que aquí conocemos como plátano canario. Ahora que ya conoces las principales diferencias entre el plátano, la banana y el plátano macho (nunca en femenino), solo tienes que escoger el que más te guste o el que más se adapte a tus necesidades. Y tú, ¿por cuál de estas versátiles frutas tropicales te sueles decantar?