Dónde comer los mejores calçots en Barcelona

Calçot mojado en salsa romescu en Mussol Caspe
Mussol Caspe
La calçotada está de moda y además está en plena temporada. Acompáñanos por Barcelona para encontrar dónde disfrutar de los calçots y las carnes a la brasa en plena ciudad.
Por Òscar Gómez
04 de marzo de 2024

Los calçots son cebollas. Pero ojo, no son cualquier cebolla. Tienen lugar, fecha de nacimiento y padre conocido: un payés llamado Xat Benaiges los inventó en Valls hacia el 1896a base de resembrar brotes de cebolla e ir tapando con la parte inferior de su tallo con tierra —de manera similar a como se hace con los espárragos para que se mantengan blancos—. Así son más tiernas, dulces y aromáticas. De este acto de calzar las cebollas viene su nombre: calçots. Y una calçotada es comer calçots, pero tampoco de cualquier manera: la calçotada es un rito, una liturgia y un acto social. Un momento compartido que no tiene sentido hacer sólo, nadie va solo a comer calçots. Es ley y es lo que hay.

Nos damos una vuelta por Barcelona para traerte buenas calçotadas porque lo que durante décadas fue una ceremonia rural y campera, ha sido asimilada al entorno urbano. Puedes encontrar calçotadas en Barcelona durante los meses de invierno, que es cuando reina el calçot. Y aunque la ortodoxia original cocina estas dulces y tiernas cebollas a la llama, en la ciudad se preparan a la brasa. La practicidad manda. Y tampoco se degustan de pie, que es como se hacía y se hace según la ortodoxia, en Barcelona se gozan sentados y alrededor de una mesa. Con babero, eso sí, para limitar en lo posible el alcance de las manchas de la salsa que gotea y se derrama. Porque esta es otra, no hay calçotada sin una buena salsa de calçots, primísima hermana del romesco, hecha a base de frutos secos tostados y verduras escalibadas.

El Mirador de Can Cases

Situado en el barrio de Les Planes, esta casa de campo con mirador al parque natural de Collserola es un espectáculo y una fiesta del calçot. Cada fin de semana se llena de familias y grupos de amigos que se desplazan en masa para disfrutar de un ambiente festivo que llama la atención. Será porque estás literalmente en el campo y será porque ir a comer calçots implica un cierto estado de ánimo festivo, reina el bullicio alegre y el perfume ahumado, reina el calçot. Te pongo un ejemplo para que me entiendas: tienen tres personas dedicadas a ordenar el aparcamiento de los coches que llegan, es que va muchísima gente. Y cuando estás en la mesa, como no tienen un comedor grande sino que las habitaciones de la casa campera son las que van acogiendo a los grupos, es divertido ver como los que entran van exclamando «ahhhh» y «ohhh» cuando te ven pelar y 'sucar' en la salsa los calçots. Personal muy amable, una organización impresionante, crema catalana para el postre y la opción de poder disfrutar de la sobremesa en su terraza con vistas al paisaje. Lo más parecido a los calçots rurales sin salir del término municipal de Barcelona. Bravo.

Camí de Can Cases, 15. Teléfono 935891868

Calçots en El Mirador de Can Cases de BarcelonaEl Mirador de Can Cases

Cal Boter

Esta es una de las cocinas con brasa más auténticas de Barcelona. Este local angosto y de personalidad desbocada —sólo tienes que pasear la retina por sus paredes alicatadas de recuerdos del barrio, vaya gozada— cocina calçots en su brasa y preparan un romesco clásico para acompañarlos. «Escalibamos los tomates y los ajos al horno, los pelamos y añadimos almendras y avellanas tostados, y usamos ñoras, la pulpa de las ñoras. Un poco de ajo crudo, aceite, sal y vinagre» nos comentan. Trituran hasta una textura cremosa que aun mantiene un punto tosco y rural muy agradable. Aunque no tienen un menú calçotada integral, en realidad como su oferta es de carnes a la brasa, te lo montas tú escogiendo el segundo que quieres para continuar tras el primer pase encebollado. Terminan con una buena crema catalana y una atención inmejorable. Cal Boter es de esos restaurantes con alma de barrio que te hacen feliz. Hay que cuidarles.

Calle de Tordera, 62. Teléfono 934588462

Belbo Terrenal

Tres minutos. Tres minutos separan la más-que-céntrica Plaça de Catalunya de Belbo Terrenal, que ofrece una calçotada en terraza molona, tranquila y con un punto señorial. No en vano el restaurante está dentro de un hotel cinco estrellas, se nota en la decoración, el espacio y en la mezcla de público local con huéspedes foráneos. Esto lo hace interesante. Repiten experiencia que iniciaron el año pasado, y es que hay mucha demanda urbana de calçotada y su fórmula incluye —ojo al dato— calçots ilimitados para empezar. Antes incluso te habrás calzado una de vermut con patatas chips y olivas, van fuertes en esto de crear un ambiente de fiesta y alegría, la verdad. Su salsa es densa e incluye el característico sabor de la ñora, se adhiere bien al calçot y prefieren llamarla rigurosamente 'salsa de calçot', porque de hecho no es exactamente un romesco. Las carnes se cocinan en la brasa exterior al momento y las acompañan con mongeta del ganxet, fina y delicada. Y terminan con crema catalana casera, hecha por ellos. Impecable.

Calle de Casp, 1-13. Teléfono: 931600064

Calçots servidos en el restaurante de Barcelona Belbo TerrenalBelbo Terrenal

Mussol Casp

En Mussol te ponen el vino moscatel en porrón —si quieres, que no se trata de obligar a nadie, además invita la casa— y un babero donde se lee «Amb colla i pitet», esto es, «en cuadrilla y con babero». Así que la cosa está clara, al Mussol uno viene a divertirse en grupo. Y aún así, no puedes dejar de apreciar una decoración cuidada y fina. Sinceramente, nada rural, porque Mussol es un restaurante de cocina catalana y brasa que funciona todo el año, no tendría sentido intentar convertir su sala en un decorado para la temporada de calçots, así que por mi parte, nada que objetar. Tienen la particularidad de ofrecer hasta cuatro menús distintos de calçotada. Uno clásico, con veinte unidades y salsa romesco, que continúa con pollo de payés a la brasa o con butifarra y alubias salteadas. Tienen la opción de calçotada con parrillada, y aquí los segundos son un festival que incluye el pollo, la butifarra anterior… y también medallón de ternera, conejo y cordero a la brasa. O sea, un completo. Opción también de calçotada celíaca y vegetariana. De postres, puedes escoger en todos los casos entre un sorbete de limón y albahaca o una clásica y canónica crema catalana.

Calle de Casp, 19. Teléfono: 933017610

Una familia toma calçots en Mussol CaspeMussol Caspe

Can Travi Nou

En una masía, vamos bien, Can Travi Nou está ubicado en una masía. Este clásico de las calçotadas urbanas es un restaurante de cocina tradicional catalana y ofrece dos menús de calçotada. En el sencillo, arrancas ya con 20 calçots por persona y en el segundo —que denominan menú calçots pica-pica— se incluye también caracoles, buñuelos, escalibada con anchoas y un poquito de jamón del bueno. La diferencia supone aproximadamente unos 9 euros. En ambos casos, tienen la virtud de acompañar los platos con pan de tipo coca del Maresme, tostado y con tomate. Luego llegan las carnes, que para la opción simple es el pollo, la txistorra —guiño al norte en este caso—, butifarra negra, cordero braseado y butifarra fresca de La Garriga. En el menú extendido encontrarás abundante cordero a la brasa y butifarra. En ambos casos acompañan con mongetes o alubias y con patatas al rescoldo. Para terminar, crema catalana. Incluye el café, que va muy bien porque al ser una comida en grupo, las sobremesas son también parte importante de la calçotada.

Carrer de Jorge Manrique, s/n. Teléfono: 934280301

Calçots de Can Travi NouCan Travi Nou

Can Cortada

Si en Can Travi estás en una masía, en Can Cortada estás casi en un castillo. La cosa escala rápidamente, porque esta es una masía fortificada. Ambos pertenecen al mismo grupo de restauración. Así que la oferta es similar y paralela. Llevan dando de comer tradición y brasa desde el 1994, saben lo que hacen. Su calçotada, contiene los veinte calçots iniciales y se completa con pan de payés tostado y con tomate, con carnes (churrasco, pollo, txistorra, cordero braseado y butifarra de La Garriga) acompañadas con alubias y patatas al rescoldo. En este segundo plato de proteína subidita de brasa, el romesco deja paso al allioli, otra de esas salsas que cobra gran sentido cuando son difrutadas en grupo. Así todos sabemos lo que hay, es la gracia de comer en comunión social, si se me permite el apunto gastro-social. Su menú también incluye el postre de crema catalana y el café para darle al palique y estirar un poco la tarde.

Avenida de l'Estatut de Catalunya, s/n. Teléfono: 934272315

Goja Rooftop

Otro restaurante de hotel metido de pleno en el mundo de la calçotada. Otra terraza gozosa para mezclar esta tradición rural en el mordisco con la ciudad metiéndose por la retina. Calçotadas chic, que no por eso dejan de ser calçotadas. El menú incluye calçots de Valls (atención aquí, porque son all you can eat, es decir, ilimitados) y luego te pones tibio de carnaca emparrillada: costilla de ternera y butifarra, que acompañan con fesols (alubias) de Santa Pau y patatas al rescoldo. Estas alubias, provenientes de la comarca volcánica de Olot, son menudas, gustosas y particularmente delicadas. El pan tostado es de hogaza de payés y lo sirven tostado con tomate, ajo y aceite. De postre, crema catalana casera, aunque atención los amantes del láctico: también ofrecen mel y mató (requesón). Tienen opción de menú calçotada vegetariano, con parrillada de verduras a base de pimiento, berenjena, alcachofas y apionabo.

Calle de Pau Claris, 122. Teléfono: 932723814

Menú calçotada de Goja Rooftop en BarcelonaGoja Rooftop