Decenas de países, cientos de recetas y millones de personas que disfrutan al degustar un trozo de empanada, una empanada individual o varias empanadillas. Este término hace referencia a una fina masa de pan, hojaldre o masa quebrada que generalmente se realiza con harina de trigo, aunque también son conocidas las empanadas realizadas con harina de maíz u otros cereales. La masa puede rellenarse tanto con productos salados como con rellenos dulces, para posteriormente ser frita u horneada. La grasa empleada para finalizar la empanada puede ser manteca o diversos aceites vegetales.
Empanada gallega

La empanada gallega es la más célebre de las empanadas nacionales. Forma parte del sentimiento gastronómico de Galicia. Ya encontramos las directrices sobre cómo preparar este plato en la época de los godos, durante el siglo VII, cuando se decretaron una serie de normas para su elaboración. La primera variedad de la que se tiene referencia es la de pollo y champiñones, esta receta dio paso a multitud de variantes, generalmente procedentes de los ricos territorios gallegos. Así, encontramos empanadas cárnicas con ternera y cerdo; atún o bonito desmigado; sardinas con una salsa a base de tomate llamada zaragallada; bacalao guisado con pasas; de anguila, muy típica en Lugo; de congrio, clásica en Mariñas de Lugo; de todo tipo de mariscos cocidos o las realizadas con lamprea, propias de Pontevedra.
Hornazo
Un buen horno -de ahí proviene su nombre- y excelentes productos de chacinería son algunos de los ingredientes indispensables para preparar hornazo, un tipo de empanada consumido especialmente en Castilla y León, aunque su preparación se da en varias provincias de España. El hornazo es uno de los productos típicos de Salamanca, allí se realiza con diferentes embutidos como chorizo, lomo o jamón y huevo duro. Hay constancia de este producto intenso y tan sabroso desde el año 1543, durante el reinado de Felipe II. Las doradas paredes de masa del hornazo protegen el relleno interior y preservan la duración del alimento, por lo que no es de extrañar que se relacione el origen del hornazo a la esfera pastoril.
Empanadas argentinas

Argentina es famosa por sus empanadas, unos irresistibles bocaditos con forma de semicírculo que no supera los 20 cm de diámetro. El disco de masa se cierra con un repulgue, que según la forma que tenga indica el sabor que la masa frita u horneada encierra en su interior. A lo largo del vasto territorio de Argentina se suceden uno u otro tipo de relleno, siendo los más comunes y demandados los de carne vacuna, de pollo, las humitas -a base de maíz-, la que combina jamón y queso o las opciones vegetarianas que usan acelgas o espinacas mezcladas con queso o salsa blanca. Las versiones cárnicas aderezan la farsa con huevo duro picado, cebolla y especias como comino, pimentón dulce o pimienta. Para evitar que queden secas, se emplean distintas salsas. En el norte de Argentina nos encontramos con empanadas dulces rellenas de membrillo, frutas deshidratadas, cabello de ángel o dulce de leche.
Empanadas salteñas

La salteña es la empanada propia de la identidad culinaria de Bolivia. Este producto es especialmente jugoso y potencia notablemente el sabor de carnes de res, pollo o porcino. Además, incluye entre sus ingredientes huevo duro, especias o algunos vegetales. La explicación del nombre ‘salteña’ se debe a que la creadora de la joya gastronómica cocida al horno era oriunda de Salta, Argentina. Juana Manuela Gorriti inventó esta empanada -que contrastaba con las conocidas hasta entonces por la textura del interior menos sólida- como forma de subsistencia a las penurias económicas que arrastraba su familia. La receta fue cogiendo fama y se extendió por todo el país boliviano, llegando a establecerse el gentilicio de Juana Manuela como nombre final. La salteña hace uso además, de varias legumbres y del líquido de la cocción. Su sabor y características son tan apreciadas que es casi la comida oficial del mediodía para un gran número de bolivianos.