El flat white es un café que se ha vuelto muy popular en las cafeterías de todo el mundo. Es muy apreciado por su textura aterciopelada y por su equilibrio perfecto entre el café espresso y la leche con espuma. La proporción ideal es de aproximadamente dos partes de leche por una de café.
Tiene su origen en los años 80 en Australia y Nueva Zelanda. Ambas naciones tienen su propia versión de cómo y dónde nació esta bebida, pero en esencia, el flat white fue la respuesta a la necesidad de conseguir un café con leche que fuera menos espumoso que un cappuccino y más fuerte que un café latte.
De hecho, el flat white se diferencia de otros cafés principalmente por su textura y proporción de ingredientes. A diferencia del latte, que tiene más leche y una textura menos cremosa, el flat white utiliza una microespuma fina que se mezcla armoniosamente con el espresso. Por otra parte, el cappuccino tiene una capa gruesa de espuma de leche encima del café y suele ser, por tanto, más espumoso y aireado. En comparación con el café con leche, que es una mezcla simple de café y leche caliente sin microespuma, el flat white ofrece una experiencia más suave y aterciopelada, con un equilibrio perfecto entre la intensidad del espresso y la suavidad de la leche.
A continuación, te contamos todos los trucos para preparar un flat white perfecto y aprender a hacer una forma muy sencilla con la espuma.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 5 minutos
- Tiempo de cocinado: 5 minutos
- Tiempo total: 10 minutos
- Raciones: 1
- Categoría: bebidas
- Tipo de cocina: internacional
- Calorías por ración (kcal): 99
Ingredientes del flat white
- 30 ml de café espresso
- 150 ml de leche entera
Utensilios necesarios
- Batidor de leche o la varilla espumadora de la cafetera express
Cómo hacer un flat white
En primer lugar, preparamos 30 ml de café espresso en una taza. Si no disponemos de cafetera express, aunque no es lo más purista, podemos hacerlo con otro tipo de cafetera siempre que obtengamos un café con cuerpo que haga de buena base para nuestro flat white.
Calentamos en una jarrita 150 ml de leche entera a una temperatura de aproximadamente 60-65 ºC. Después, introducimos la varilla de vapor o un batidor de leche para texturizar la misma, hasta obtener una microespuma fina, con burbujas muy pequeñas, casi imperceptibles.
Eva SalorioA continuación, sujetamos la jarra de leche con una mano y la taza con el espresso con la otra, inclinándola ligeramente. Al principio, vertemos la leche en un chorro fino y constante, formando círculos, desde una altura de unos 5 cm. Esto ayuda a que la leche se mezcle con el espresso sin romper la crema del café.
Eva SalorioA medida que la taza se vaya llenando, bajamos más la jarra y vertemos más cantidad de leche. Una vez que la taza esté casi llena y la leche comience a aparecer en la superficie, acercamos la jarra al café y empezamos a moverla suavemente hacia adelante y hacia atrás mientras seguimos vertiendo la espuma. Al final, movemos la jarra hacia adelante en línea recta para «cortar» y conseguir así la forma de un corazón.
Resumen fácil de preparación
- Preparamos un café espresso
- Calentamos la leche y la batimos hasta obtener una microespuma
- Vertemos la leche desde unos 5 cm
- Acercamos más la jarra y con movimientos hacia adelante y hacia atrás, formamos un corazón con la espuma