Ámsterdam suele ser un comodín entre los europeos a la hora de viajar. Una de esas ciudades que siempre se tiene en mente cuando se prepara unas vacaciones de verano alejadas del clásico sol y playa, unos cuantos días de descanso en cualquier época del año o incluso una escapada de fin de semana. La preciosa ciudad holandesa es capaz de ofrecer tradición, arquitectura, compras, cultura y también gastronomía.
Por eso, por si uno de nuestros gastrónomos está pensando en dejarse caer por ella tanto estrenándose como repitiendo, hemos querido hacer una selección de algunos de los mejores restaurantes de Ámsterdam. Establecimientos reconocidos por diferentes motivos en los que acercarse a comer o cenar será un auténtico placer para los sentidos. Tanto si se opta por alguno de los más distinguidos como si se eligen los espacios informales que recogemos en esta pequeña recopilación.
Bord’Eau

La Guía Michelin lo define como «Delicioso y sofisticado o quizá “deliciosamente sofisticado”: no sabemos qué define mejor este hermoso restaurante». El Bord’Eau de Ámsterdam tiene dos estrellas Michelin, ofrece grandes vistas y presenta la cocina de Richard van Oostenbrugge, refinada y de enorme calidad. Se centra en ofrecer grandes materias primas con elaboraciones sencillas, que no empañen su sabor más genuino y, al contrario, lo único que hagan sea ensalzarlo. Uno de sus platos más rutilantes es la ostra holandesa con consomé frío de rodaballo.
Hannekes Boom

Hannekes Boom es el restaurante más informal y fresco de esta lista. Un espacio gastronómico ubicado cerca de la Estación Central de Ámsterdam, con impresionantes vistas a la bahía del IJ, el Museo Marítimo Nacional y al inusual Museo de la Ciencia NEMO, que es también terraza y una idílica sala de pequeños conciertos al aire libre. Su propuesta culinaria es fresca y orgánica, al más puro estilo holandés, en la que es protagonista la sencillez, la suculencia y la ligereza. Son deliciosos sándwiches, hechos con un pan exquisito, pescados, carnes y un menú del día, a mediodía, que cambia semana tras semana de acuerdo a la temporada. Sin elitismos ni precios desorbitados.
Vinkeles

En el distinguido hotel The Dylan de la capital se encuentra el restaurante Vinkeles, una verdadera apuesta por el clasicismo. El cocinero Dennis Kuipers y su equipo son los encargados de presentar una cocina francesa de una impecable factura en la que se conjuga tanto su fulgurante pasado como su sereno presente. Con ingredientes de procedencia internacional, con predominancia de asiáticos y los básicos de la culinaria gala, ensalza la pureza de las sapiencias y dispone presentaciones delicadas. Una de sus últimas creaciones es el hamachi crudo, un producto marino que acompaña de fresas, yuzu, coco, jalapeño, pistacho y lavanda. Tiene una estrella Michelin.
Moeders

Este es un restaurante singular, un espacio en el que las madres se llevan todo el protagonismo porque sí, porque lo merecen. Ellas son únicas e irrepetibles, las que nos dieron la vida y las que, en la mayoría de los casos, tantas veces nos alimentaron con sus platos. En homenaje a ellas, este establecimiento prepara los mejores platos típicos holandeses como lo haría una madre, de forma casera y con mucho sabor, con guisos como el «Suddervlees», de carne con patatas cocidas y col roja, como bandera. Los precios son contenidos, es tranquilo dado que no se encuentra en el centro turístico por excelencia de Ámsterdam y en todas partes encontrarás fotos de las madres de muchos de sus clientes. Muy curioso.
La Rive

Otro hotel, en este caso el InterContinental Amstel, ubicado en las orillas del río, es el que acoge el restaurante La Rive comandado por el cocinero Rogér Rassin y reconocido con el plato Michelin. Se trata de un comedor en el que se combina la cocina mediterránea con la francesa, dejando un resquicio para influencias de origen asiático, aunque estas sean muy delicadas y discretas. Uno de los últimos platos concebidos en el restaurante, para la temporada primavera-estival del presente año, ha sido un bombón preparado con carne de vaca lechera holandesa relleno de cangrejo procedente del Mar del Norte y coronado por caviar y crema de aguacate.