El pacharán, licor de endrinas tradicional

Botella de pacharán, copa y endrinas
Zoco
Típico en gran parte del norte de España, el pacharán se ha convertido en un licor que no puede faltar después de una copiosa comida entre amigos.
Por Alfredo Álamo
16 de enero de 2018

No es fácil rastrear el origen de esta conocida bebida, aunque es de ley pensar que su nacimiento se dio allá donde su ingrediente principal, las endrinas, es más abundante. Así pues, la zona boscosa del norte de España, que hoy comprendería territorios como el País Vasco, Navarra, Cantabria, La Rioja o Aragón, es donde es más probable que surgiera. Si buscamos la primera referencia histórica, nos iríamos al siglo XIV, a las bodas del príncipe Gonofre de Navarra con Doña Teresa de Avellano.

El pacharán, palabra que deriva casi directamente del patxaran euskera, se produce a partir de endrinas, que se maceran en aguardiente anisado hasta que coge su característico sabor y color rojizo. Durante la Edad Media fue una bebida muy popular y que, poco a poco, fue extendiéndose desde Navarra a otras regiones.

De hecho, dice la leyenda que la reina Blanca de Navarra, afectada de problemas de estómago, hizo llevar pacharán en abundancia para aliviar sus dolencias, mientras residía en el monasterio segoviano de Santa María de Nieva. Corría el año 1441, pero la fama del pacharán comenzaba a traspasar fronteras.

Copa de pacharánZoco

Desde mediados del siglo XX, el pacharán se comercializa de manera industrial, manteniendo un volumen alcohólico medio, ideal como copa de aperitivo servida con hielo, pero también como licor para ayudar a hacer una buena digestión, sobre todo después de una rica, pero copiosa, comida. Pese a la aparición de marcas y la regulación del estado, el pacharán sigue siendo un licor casero tradicional, gracias tanto a la tradición como a lo fácil que resulta prepararlo.

Y es que, para hacer una frasca de pacharán, sólo hace falta destilado anisado y un puñado de endrinas. Lo ideal es rellenar el 20% de una botella con las bayas y luego añadir la bebida hasta arriba. Todo esto depende de la madurez de las endrinas, claro, pues su azúcar es el que determinará su grado alcohólico y su acidez. Lo normal es macerar tres meses la mezcla, acordándonos de mover la botella al menos un par de veces por semana.