Samantha Vallejo-Nágera, sin complicaciones

Samantha Vallejo-Nágera
Samantha Vallejo-Nágera es uno de los rostros más reconocidos de la gastronomía nacional. Hablamos sobre cuestiones culinarias con esta cocinera, empresaria y madre siempre en busca del sabor.
Por Edgar Otero
10 de febrero de 2022
Chefs y cocineros

Samantha Vallejo-Nágera Déroulède (Madrid, 27 de octubre de 1969) es mucho más que una de las integrantes del jurado de MasterChef. Lleva más de 20 años trabajando en su propia empresa, el Catering Samantha de España. Opina que ese es un trabajo divertido que, además, abarca algunas facetas que le apasionan. Ha publicado seis libros. En ellos aborda temas variopintos que van desde propuestas para fiestas infantiles hasta los mejores trucos organizativos en una cena, pasando por sus secretos para exprimir la vida al máximo.

En su página web personal nos encontramos con el blog Samyworld, que aglutina algunas de sus vivencias culinarias y que incluye un apartado dedicado a su paso por MasterChef. La visita es obligada también para los amantes de los fogones que quieren conocer sus recetas. Asimismo, colabora con la fundación A LA PAR y es madrina de la organización Mary’s Meals. En la sección #DownAddicts explica su experiencia como madre de un niño con discapacidad intelectual, da a conocer otros casos y crea una comunidad de apoyo. Hemos tenido la oportunidad de hacerle llegar nuestras preguntas y nos ha respondido de forma cercana y sencilla, descubriéndonos un poco más sobre ella y su carrera profesional.

¿En qué momento concreto de tu vida supiste que serías chef?

A los 18 años, la primera vez que entré en una cocina profesional fue por una apuesta vestida de chef. Disfrazada, porque para mí estaba disfrazada de chef. Pelando gambas y limpiando alcachofas descubrí una pasión oculta que sabía que iba a ser muy importante en mi vida.

¿Qué ingrediente has descubierto últimamente y no puedes sacar de tu cocina?, ¿por qué?

Ahora me ha dado por los garbanzos. Pero no descubro nada, sino que de repente me da por cosas y ahora me gusta mucho tomar legumbres. Es verdad que soy más de lentejas y me gustan mucho las pochas, pero me ha dado por hacer garbanzos y estoy todo el día comiendo garbanzos.

¿Qué debe tener la cocina en el futuro?

En el pasado, en el futuro y en el presente, sabor. Lo más importante para mí es que cuando comas algo que esté rico, que te diga algo, que te emocione, que tengas ganas de seguir comiendo porque el sabor es increíble

¿... y qué no debe tener?

Un exceso de técnica sin sentido. Para mí, es lo peor.

¿Cuál es el restaurante que no olvidarás en tu vida?

La verdad es que Etxebarri es uno de los sitios que más me gustan. Por muchas cosas, por la sencillez de la oferta, por el sitio, por el campo, por todo. Y es de los sitios de los que me acuerdo cuando pienso en un buen restaurante.

¿A qué restaurante, bar o taberna te gusta ir habitualmente?

Julián de Tolosa en la calle Ibiza de Madrid. El Viajero. Restaurante Alameda en Fuenmayor.

¿Qué tres cosas nunca pueden faltar en el espacio físico de tu cocina?

Una tabla, un delantal y un cuchillo cebollero.

¿Y qué tres cosas nunca te gusta que estén en ella?

Suciedad, ropa, no me gusta que la gente deje las cosas tiradas y la ropa por la cocina, y oscuridad, me gusta que la cocina tenga mucha luz.

Cuando duermes, ¿sueñas con cocina? En caso afirmativo, ¿cuál fue tu sueño más sorprendente?

Sueño mucho con cocina, con cosas raras. De hecho, ayer soñé que se iba el coronavirus así, con un golpe de aire. Sueño con llegar a última hora o que se me olvida algo. Sobre todo, dramas en torno a mi vida profesional, que siempre ha sido un poco escandalosa, porque el cátering es muy complicado y las prisas a veces son muy duras.

En menos de 140 caracteres, ¿cómo explicarías tu cocina?

Lo voy a hacer en mucho menos. Yo hago una cocina internacional creativa, muy vegetal, sofisticada, divertida, amable, sencilla y sobre todo muy buena. Mi lema es “quedar bien sin complicarse la vida”.

¿Qué plato de tu infancia te gustaría reinventar?

Para mí hay un recuerdo de infancia que es el arroz a la cubana. Es que a mí no me gusta reinventarlo. Me gustaría seguir tomándolo toda mi vida, porque yo no soy de reinventar platos. Soy de hacerlo de otra manera, pero no cambiaría ese plato por nada.

¿Por qué plato te gustaría ser recordada?

Siempre he estado muy relacionada con mi tarta de chocolate. Una ensalada de pasta fresca que hago muy buena. Cosas puntuales de mi cátering, como el rosbif, el solomillo de las bodas, que es el plato estrella, con una salsa con colmenillas. Cocina sencilla.

Si solo tuvieras 5 ingredientes, ¿cuáles serían y qué plato harías con ellos?

Arroz, queso, lechuga, aceite de oliva virgen extra y calabacín. Haría un arroz salteado con calabacín y queso y luego una ensalada con aceite de oliva y queso. Me gusta mucho el verde, la lechuga, el calabacín salteado. O sea, lo que es vegetal, hidrato y queso. Bueno, y luego me hace falta el sexto ingrediente que serían las gambas a la plancha. Siempre, en cualquier momento, siempre me vienen bien

¿Cuál es la mejor ciudad gastronómica de todas las que has ido?

Me apasiona Turquía y Estambul. Me encanta Estambul. Me encantó Jerusalén. Me encantó toda esa comida. Muero por Bangkok. Me encanta París. San Sebastián. En cada ciudad a la que voy me organizo para comer bien. Al final, como bien en cualquier lado, pero sobre todo las que he dicho ahora. México, México, DG, Guajaca. Tampoco conozco muy bien el DF, pero la comida mexicana me encanta.

¿Qué restaurante en que no has estado te gustaría estar?

No soy una loca de ir a conocer sitios, la verdad. No, ahora mismo no se me ocurre.

¿Qué haces cuando no cocinas?

Hago deporte, estoy con mis hijos, hago fotografía. Trabajo. Monto en bicicleta y a caballo. Mis hijos, mi bici, mi moto, cocino y cocino. Me encanta cocinar y todo lo que está en relación con la cocina. O sea, la mesa, las flores, la puesta en escena y luego sentarme en la mesa y disfrutar comiendo, que es para mí lo más importante.

¿Qué tópico sobre los cocineros es cierto?

Que están como las maracas de Machín todos, porque son muy raros. Yo me considero cocinera a la vez que empresaria, pero también caterinera, porque siempre he sido de cátering aunque ahora tengo restaurante. Pero reconozco que el cocinero puro al cien por cien está como las maracas de Machín.

¿Cómo sería tu día gastronómico perfecto?

Mi viaje gastronómico perfecto es comer. Por la mañana, mi desayuno con fruta, mi tostada con un pan buenísimo, con aceite, con tomate, con jamón, que es lo que desayunado hoy. Dos buenos cafés americanos con leche. Luego un plátano a media mañana para no llegar con mucha hambre a la comida. E ir a comer un buen chuletón a Casa Taberna, por ejemplo, o cualquier sitio. Y luego para cenar, me iría a un japonés. Me encanta la comida asiática, me encanta. Me parece que, para la noche es mucho más ligera.

Me estás preguntando eso y se me está ocurriendo irme a tomar un arroz a Valencia o a comer un pulpo a Galicia. O sea, que me encanta disfrutar de la gastronomía de cada sitio.

¿Qué debe tener sí o sí un buen gastrónomo?

Paladar.

¿Con qué postre acabarías esta entrevista?

Con una tarta de fresas. ¡Me encanta la repostería francesa tradicional! Lo que es una buena masa quebrada de mantequilla buena o sablée. Pero bien dulce, bien de mantequilla y fruta por encima. Me apasionan las tartas calientes de ciruelas, la tarta de manzana, también caliente, la tatín… ¡me encanta! Una buena tarta de fresa.