Javi, Adrián, Ramón y Rocío de La Picaeta, sopas con onda

Javier, Adrián, Ramón y Rocío del podcast La Picaeta
Recién llegados del podcast La Picaeta, Javier, Adrián, Ramón y Rocío encajan las preguntas de nuestro cuestionario gastronómico demostrando que es posible abordar la información del sector con espontaneidad y una visión genuina.
Por Héctor Hernández
27 de octubre de 2022

Charlar un ratito con Javier, Adrián, Ramón y Rocío es en cierta forma redescubrir las razones por las que estamos aquí. La gastronomía puede ser algo más que corbatas y petulancia, aunque sea gourmet. Y eso es lo que en esencia ellos transmiten en su podcast La Picaeta, un espacio abierto a quien tenga cosas claras que contar alejadas del cansino discurso mediático de siempre.

La Picaeta nació como un espacio donde hablar de las cosas que preocupan a ellos, a quienes se ha unido Rocío en esta nueva temporada pese a la distancia (la pillamos en Dubái trabajando para el chef español José Andrés en una de sus nuevas aperturas) poniendo el punto de cordura a la parte vinícola de sus charlas. En ellas dan cera a todo lo que surja de interés en este mundillo donde ellos ahora también son la comidilla: una deliciosa y con una creciente legión de oyentes.

¿Cuáles son los tres primeros alimentos que OS entran ganas de adquirir cuando salÍs de compras?

Adrián: en este momento tengo una combinación que me apetece a todas horas: sardinas, aguacate y queso feta. Ahora cada vez que paso por un supermercado cae en mi cesta.

Javier: vino, queso y chocolate.

Ramón: huevos, patata y morcilla.

Rocío: yo casi siempre estoy en el mismo plan, mantequilla, pan por lo que pueda pasar y vino, por supuesto. Pero pan y mantequilla compro casi siempre allá donde entre.

¿Cuál es ese restaurante que repetiríaIs sin parar?

Ramón: este verano he descubierto en persona La Radio en Santander, y volvería todas las semanas. Vuelo directo Madrid-Santander solo para ir a comer allí.

Javier: Doppelgänger, en el mercado de Antón Martín. Podría comer su palmera con mole todos los días de mi vida.

Adrián: el mío es uno que visito frecuentemente con mi amigo Ramón, Bodega Anyora en el Cabanyal de Valencia, es uno de los que, por mucho más que vaya, no me canso. Y podría ir siempre.

Rocío: cogería vuelo directo si lo hubiera hasta Kanpezu y comería todos los días de mi vida en Arrea!, pero todos los días: su menú del día, su menú degustación, su menú degustación fiesta, la barra, los pinchos… Lo haría todo todos los días.

¿Y cuál el que no haBÉIS ido pero OS MORÍS de ganas por ir?

Javier: Bagá, necesito ir cuanto antes a Jaén y conocer a Pedrito.

Adrián: tengo entre ceja y ceja un restaurante de sushi al que dieron la estrella Michelin en la última edición, está aquí en Valencia y se llama Kaido, del chef Yoshi. Tengo muchísimas ganas de conseguir mesa para ir a probarlo.

Ramón: necesito probar Lera ya, en Castroverde de Campos, en Zamora. En honor a Castilla, después de tantos años siendo una institución, tengo que ir.

Rocío: aquí lo tengo muy claro, como digo mi religión tiene nombre y apellidos, y es Pitu Roca. Y yo me muero por ir al Celler. No he ido todavía y es que no me lo perdono nunca. Es de los pocos sitios donde me dejaría de verdad ir a ciegas al maridaje, en ningún otro restaurante, solo en ese. Iría a comer por supuesto, pero es que me apetece tanto sentarme allí y que me den de beber… Llegará el momento.

¿En qué placer culpable OS gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?

Ramón: cuando estoy solo en mi casa me preparo un bocadillo de salchichas Frankfurt (de las más baratas que haya, no tienen que ser Oscar Mayer, pueden ser las de Carrefour) con mostaza y con un poquito de mayonesa. Luego estoy enganchado ahora a los Cheetos Flamin´ Hot, que pican un huevo y son una gozada. Y cuando tengo mono me voy a tiendas de estas que hay por Madrid de productos americanos… Y esa noche peco un poco.

Javier: las pizzas del Telepizza. Y hay una que ya no está, la quitaron de la carta, no sé por qué. Desde aquí pido que la vuelvan a poner, es la pizza con hamburguesas pequeñas: era la mejor y la quitaron. La cheeseburger. Yo creo que la quitaron porque tenía una salsa que llevaba cosas ilegales, seguro. Y si tiene el borde relleno de queso, mejor todavía.

Adrián: hablando de quesos, a mí lo que ahora me gusta mucho son unas cheeseburgers que ha sacado Mercadona preparadas, son la puta leche. Son super pequeñitas y perfectas. Es como ese placer secreto. Las compras ya calentitas, casi no cruzan la puerta del super.

Rocío: los Yatekomo estos que vienen en el vaso, que les echas agua hirviendo y los polvos. Soy adicta, estoy enganchada a eso, me encantan. Ya lo he dicho.

¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?

Adrián: volviendo otra vez a mi querido barrio de El Cabanyal, para mí el mercado municipal del Cabanyal es, de aquí de Valencia, el que más me gusta. Ya no solo por las compras sino por la experiencia completa. Vas prontito a almorzar en el bar del mercado, donde se almuerza muy bien, y luego allí tienes puestos que son una maravilla.

Aquí en Valencia está también el de Rojas Clemente, el Mercado Central… Pero si tuviera que quedarme con uno, por ese empaque de la experiencia, me quedo con el Mercado del Cabanyal. Hace mucho que no voy por cierto y lo echo de menos.

Javier: al que más voy es al de Santa María de La Cabeza, en Madrid. No es muy grande, pero tienen de todo. Y luego la verdad que el Mercado Central de Valencia es la hostia, y es de los pocos mercados turísticos que aguanta con casi todo puestos.

Ramón: voy con dos: el mercado de abastos de Zamora, que para mi tiene las mejores carnes. Una barbaridad. Y por otro lado, ya sabéis que soy amante de Valladolid (capital de España de 1601 a 1606), voy a decir el mercado del Campillo, que es el mercado del centro de la ciudad y es una auténtica maravilla para las compras del día a día.

Rocío: vamos a quedarnos en Castilla. Bueno, no, en Castilla no, porque me voy a ir a León y si no se van a enfadar. Vamos a ir a León, al Reino de León. En León los miércoles y los sábados hacen un mercado en la plaza mayor y van todas las gentes de los pueblos de alrededor que tienen cosas para vender a nivel de comida: frutas, verduras, pero sobre todo chacinas, chorizos, legumbres… Es espectacular, el paraíso para coger el cáncer de colon de tu vida, todo pimentón. Y tiene el mejor puesto, que es de un señor de Orzonaga con un puesto de orujos. Tú vas allí a comprar a las 11 de la mañana con un frio que pela, te tomas un orujo con ese señor, le compras su botella y ya ves la vida de otra manera. Es el mejor mercado del mundo, de verdad. Miércoles y sábados.

¿Sabéis que León es uno de los sitios con más cáncer de colon del mundo verdad? Por el pimentón y el ahumado. Hay otro sitio, pero León esté en el pico. Todo lleva pimentón, todo está ahumado.

¿Qué capricho disfrutón OS HABÉIS dado recientemente U OS gustaría darOS?

Adrián: hace poquito hemos entrevistado a Xesc Reina para el último programa de La Picaeta, y desde entonces tengo muchas ganas de hacer un pedido a Can Company para probar sobrasadas y otros de sus embutidos. Creo que no tardaré mucho. Estoy buscando una ocasión para llegar y sorprender con unos embutiditos de allí.

Javier: mi último capricho, que fue con Adri, fuimos a Arrels, a conocer a Vicky Sevilla, a la cual entrevistamos en el programa, y comimos de lujo.

Ramón: las navidades pasadas me comí unos huevos fritos con patatas y morcilla y abrí una botella de Vega Sicilia del año de mi nacimiento, del 92. Lo recuerdo como un capricho ¡pum! Que me estalló la cabeza. Desde entonces no considero que me haya pegado así ninguno más que diga “hostia, qué jolgorio”.

Rocío: aquí no he tenido ningún capricho todavía como tal porque soy una rata de oficina. Soy sumiller pero no bebo. Pero antes de venir estuve comiendo en Madrid en un sitio que es Unagi: Borja es amigo, y a mí me flipa. Tiene dos puestos, en Las Rojas y en el Yatai Market, y en los dos puedes hacer un omakase con él. Ha estado trabajando en Japón y es un loco del sushi, hace unos nigiris que se te va la olla. Me comí una cantidad de nigiris que ahora mismo no puedo recordar, pero fue un capricho porque no tenía mucho dinero entonces. Entonces dije, lo poco que tengo antes de venirme aquí lo voy a gastar en comida, estaba claro.

¿RecORDÁIS alguna locura que hayÁIs hecho por amor... a la cocina?

Ramón: yo me he ido a Campaspero a por un lechazo a las 4 de la mañana, que ya es amor por la cocina y por la Navidad. Y luego he reservado en un restaurante, donde no me daban mesa, no voy a decir cuál, a nombre de un título nobiliario inventado como es el Vizconde de Vegalatorre, para que me dieran mesa. Y me la dieron.

Rocío: tengo muchas de estas por la cocina. La primera es tener mi cuenta bancaria siempre con cero euros. Pero en una de las últimas fuimos a Eslovenia de vacaciones (entre Eslovenia, Trieste y el norte de Italia) y yo tenía muchas ganas de ir a comer a Hiša Franko, que es un restaurante que tiene dos estrellas Michelin y que está en la mitad de la montaña de Eslovenia. Alquilamos un coche con el poco dinero que teníamos, nos fuimos a comer, nos los gastamos todo allí, y nos tocó dormir en el coche con la tajada que llevábamos, en un aserradero que había allí. Aparcamos como pudimos... Me ha tocado varias veces dormir en el coche por no tener dinero. Por elegir entre dormir y comer. Yo como y ya veré luego dónde duermo. Yo decía "como esta señora salga de aquí del restaurante y me vea durmiendo aquí al lado en un coche, va a pensar ¿pero esta chica, por favor?". Yo lo de amor a la cocina es dejar la cuenta siempre tiritando vaya.

Adrián: más que locuras lo que he hecho son barbaridades. Yo vengo de una cuenta de foodies y soy muy amante de las hamburguesas, y podría hablar de barbaridades que hemos hecho como irnos unos cuantos amigos foodies a Madrid o a cualquier otro sitio a hacer rutas de burgers y a lo mejor clavarte en dos días 10 burgers diferentes. Más que locura es como poco recomendable por la OMS y seguro que algo peligroso podríamos decir. Pero oye, todo por probar las más posibles en el menor tiempo, optimizando.

Javier: editar los programas del podcast es bastante locura. Y el capítulo de Madrid Fusión fue especialmente locura, cuando me fui yo solo allí sin conocer a nadie. Nada más llegar me encontré a Joan Roca y le dije: "usted es Joan Roca ¿verdad?". Estaba en las escaleras mecánicas y lo tenía delante. Sabía que era Joan Roca, pero se lo pregunté por si acaso. Y le dije: "mira somos de un podcast que se llama La Picaeta (no nos escuchaba ni Cristo), ¿te importaría que te entrevistara?", y me dijo "sí sí, pídelo donde lo tengas que pedir y no te preocupes que me entrevistarás". Y lo entrevisté. Eso fue bastante locura, el irme ahí yo solo y pedir entrevistas sin conocimiento.

Rocío: el único que fue a Mercamadrid a las 5 de la mañana…

Javier: ¡es verdad! Para Madrid Fusión, nos levantamos como a las 4 de la mañana para ir a visitar Mercamadrid. El segundo día de Madrid Fusión, después de estar 12 horas el día anterior. Esa fue buena locura.

¿Qué ingrediente o materia prima considerÁIs sobrevalorado?

Ramón: el tuétano y la trufa. El tuétano está sobrevalorado, está idealizado, el tuétano es tuétano. Y la trufa es trufa, no hay que echarle trufa a todo.

Javier: los piñones, me parece que es una cosa carísima. Fui el otro día a comprar piñones, porque la morcilla de arroz no lleva piñones ahora (supongo que porque es muy caro) para hacerlos con la morcilla de arroz y los devolví, dije "¿pro esto qué es?".

Adrián: uno de los que me parece sobrevalorado a pesar de que me gusta mucho, pero sí que creo que también se ha idealizado demasiado, es la trufa. Que bueno sí, a mí me gusta, me funciona, pero es verdad que también la considero un poco de más. Y si nos vamos a hablar más de precios que están al nivel del oro, ese aguacate que no falta en mi combinación con salazones es bastante prohibitivo. Hay que buscar la sardina más barata para compensar con el aguacate porque si no…

Rocío: el caviar a lo mejor, pero como estoy más metida en el mundo del vino voy a tirar por ahí, y creo que hay champagnes que de verdad, es una tontería pagar lo que se paga por beber semejante mierda, literal, no me callo. A veces con el vino se paga la marca y con el champagne mucho más. Por supuesto, yo soy fanática del espumoso ¿eh? Pero se puede beber muy bien no pagando auténticas barbaridades. El champagne está sobrevalorado en ese sentido, algunas marcas de champagnes, grandes casas. Pero bueno, ahí sigo yo bebiéndolo, no pasa nada. Lo critico, pero me lo bebo.

Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?

Javier: ahora mismo la decoración es algo que se está sobrevalorado y el rollo de que sea instagrameable todo. Es importante, y cuando entras a un sitio que sea bonito siempre ayuda, pero creo que se está yendo de las manos.

Rocío: lo de que todo tiene que tener una historia, en plan "te pongo un huevo frito y si no tiene una historia no vale". Me da un poco de pereza ir a los restaurantes por esto. Lo de los relatos por favor, stop ya. Si es relato es porque de verdad hay un relato detrás que es importante que el cliente sepa, pero si no, no. No hace falta que me cuentes todo, estoy disfrutando con mis amigos. Si no te pregunto, no me cuentes si la oveja viene del campo de tu primo o de tu abuelo.

Adrián: pienso en esa parte de que se pierde un poco el producto, esas combinaciones más sencillas, más potenciar el sabor y no tanto las grandes combinaciones. Luego con lo que ha dicho Javi estoy bastante de acuerdo. A lo mejor te vas a la alta cocina y tiene un interiorismo y una decoración más interesante, pero al final te vas a locales del día a día y se han convertido en calcos. A la vez que se intenta trabajar una decoración que parezca diferente, acaban cayendo en que, vas a varios locales, y son prácticamente el mismo con los mismos muebles, la misma iluminación y los mismos colores. Se ha perdido un poco el norte con ese aspecto.

Ramón: yo estoy también un poco con Rocío en esto de que todo tiene una explicación y que todo tiene una historia. Pero más que nada creo que se sobrevalora la experiencia, el hecho de la experiencia del restaurante. Sí, tú vas a un restaurante y es una experiencia, pero hay sitios a los que no vas a vivir una experiencia, tú vas con tus amigos a vivir la experiencia de estar con tus amigos, no a la experiencia como tal del restaurante. Hay sitios que me valen como experiencia, pero hay otros que te intentan meter una experiencia que tampoco vas a tener. No vas a saltar en paracaídas, vas a comerte una ensaladilla rusa y un lacón con pimientos.

¿Y cuál se infravalora?

Rocío: aquí lo tengo muy claro y voy a contestar la primera. El café. No sé cómo estamos todavía así con el servicio de café en muchísimos restaurantes, que es de verdad de pena, siendo con lo que terminas la comida. Tu comida puede haber sido magnífica, el mejor servicio, has bebido un vino exquisito, todo perfecto, estas ahí con tus amigos… Te traen un café malo y es que se va todo a la mierda. No entiendo cómo no ponen un poco más de ganas en intentar hacer un café bueno para terminar la comida. Para mí hay dos cosas que son imprescindibles, el café y el pan, y en muchos sitios es como que lo dejan ahí… Y como eso no esté bueno, mmmm... Cuando te sientas en un restaurante y te ponen un pan bueno, dices "uy": un pan bueno siempre indica que se han preocupado de que haya un pan bueno, con lo cual se van a preocupar de más cosas. Un pan malo es "me da igual", con lo cual lo demás pues también. Pero el café es terrible en España, terrible.

Javier: pues aparte del pan creo que en restaurantes que no son de “alta gastronomía” el tema del vino se infravalora, en el sentido de "tenemos el sota, caballo y rey", las grandes marcas y ya está. Hay bodegas económicas, que con investigar un poco tienes vinos muy ricos y a muy buen precio, y la gente va a ver cosas diferentes a los típicos, y lo va a agradecer.

Adrián: una cosa que por ejemplo sí que me molesta es que no se trabaje un poco más los temas de iluminación y de ambiente. Incluso cómo estén dispuestos los espacios de un restaurante y vayan un poco acorde a lo que buscas de ese restaurante. Por ejemplo, hace poquito estuve en un restaurante que pinta como muy típico restaurante para una velada más romántica, más íntima. Sin embargo, tal y como estaba la distribución de los espacios, era todo lo contrario, incluso llegaba a ser un poco molesto tanto ruido, conversaciones muy cercanas, mesas muy pegadas… Esa disposición o creación de ambientes hay muchas veces que se pasa por alto y a mí me parece super importante para estar muy a gusto disfrutando de una buena comida.

Ramón: soy de la opinión del pan. ¿Quieres pan? Claro que quiero pan. Es de obligado cumplimiento que los restaurantes tengan un pan acorde al menú que tienen y acorde al lugar y la zona en donde esté, porque claro, la diversidad del pan en España es la de Dios es Cristo. es muy necesario que avancen en el tema del pan.

¿VUESTRO cocinero/a favorito/a?

Javier: mi abuela Marcelina. Supongo que será muy típico esto de decir mi madre, mi abuela… Mi abuela cocinaba muy bien, pero me acuerdo especialmente del sándwich mixto, que no tenía nada más que jamón de york, queso y el pan con mantequilla. Es que no tenía más, pero es que me acuerdo de eso. Si pudiera tomarme uno ahora le daban por ahí a las estrellas Michelin.

Adrián: la verdad que como yo no vengo de familia que haya sido muy cocinillas pienso en algún chef que últimamente me está gustando mucho. Por ejemplo, aquí en Valencia hay un chef que se llama Sergio Giraldo. Él abrió el proyecto de La Sastrería, ahora tiene otro proyecto que se llama Señuelo, y la verdad es que en los varios proyectos donde he ido siguiendo un poco su recorrido me ha ido gustando mucho siempre lo que propone. Creo que falta que le llegue algún reconocimiento más fuerte en ese aspecto, porque la verdad es que le veo mucho potencial. También soy muy fan de Camarena, por proximidad y por recurrencia. Todas las propuestas que tiene me gustan mucho, he tenido la suerte de estar en casi todas ellas menos en el gastronómico, pero bueno, muy bien, es uno de mis favoritos sin duda.

Ramón: Juanjo de La Tasquita de Enfrente. Esa historia de venir del mundo empresarial privado y de repente hacerte cargo de una casa de comidas, me encanta. Y luego a nivel personaje y nivel internacional, Fergus Henderson, cocinero y fundador del restaurante St John en Londres. Es una pasada la filosofía que tiene sobre el cerdo, de la nariz a la cola, y comer absolutamente a todo lo que te da. Me encanta.

Rocío: mi pareja, con nombre y apellidos: Adrián Bayón González. Yo tenía claro que necesitaba tener un cocinero en mi vida, además lo bueno es que él ha tenido la oportunidad de poder trabajar en sitios muy guais por todo el mundo y al final eso se te queda luego en casa. Pero su plato estrella, que es algo que cenamos mucho (él ha estado viviendo en Vietnam, yo en Camboya, y era algo que cenábamos mucho allí también) es el típico fried rice, un arroz frito, como el que te pides al chino con maíz, con zanahoria, con guisantes… pero no sé cómo lo hace. Lo he intentado hacer al mismo tiempo que él y con los mismos ingredientes, ¡y no me sale! A mí eso me alimenta el estómago y el corazón al mismo tiempo. Es lo que más hecho de menos y para mí es el mejor. Mi madre también ¿eh? Mamá te quiero. Pero ahora mismo tengo más ganas yo de fried rice que otra cosa.

¿Qué creÉIs que debería ponerse de moda en la cocina?

Javier: el menú de fin de semana, creo que se ha perdido y debería volver. Menú del día y menú de fin de semana, un poco más caro. Cuando tienes comidas de mucha gente ayuda mucho. Hay algunos restaurantes en los que que está, pero son minoría.

Rocío: las inspecciones de trabajo y la no explotación. Estaría muy bien que se pusiera de moda esto. Un poco, así, una vez de vez en cuando, a ver qué pasa ¿no? Me encantaría que se pusiera de moda pues eso, respetar los derechos laborales de las personas. Estaría genial.

Adrián: a mi lo que me encantaría es que el esmorzaret se extendiera por toda España. Para que todos tuvierais la suerte de disfrutar de esa auténtica maravilla.

Javier: quiero cambiar mi respuesta. Es que me habéis superado: menú de fin de semana, menuda mierda de respuesta…

Ramón: la verdad es que iba a decir que se vuelva a poner de moda el menú del día como tal y que todos fuéramos a consumir el menú del día pero claro, después de estas respuestas tan elaboradas…

Adrián: oye, aquí estamos todos muy de acuerdo en que se debería volver a poner de moda otra vez los entremeses.

Ramón: es verdad, el plato de entremeses variados.

Javier: el plato de entremeses en el menú del día.

Rocío: la ensaladilla en medio.

Ramón: y el cóctel de gambas, también

Adrián: ¡el cóctel de gambas!

Si nos invitÁIs a VUESTRA casa a cenar, ¿qué nos cocinaríaIs?

Adrián: si os invito a mi casa a cenar no cenáis. Es que no he cocinado mucho nunca, pero pido unos deliverys increíbles. Hay que saber elegirlos ¿eh? Si venís a mediodía os hago un buen arroz al horno. Ramón se ríe porque le hice una vez un arroz al horno y me salió mal. Era el agua de Valladolid, el arroz al horno con agua de Valladolid no se puede hacer. Hay que llevar agua del grifo de Valencia, si no no queda igual.

Javier: diría fideuá pero no es muy de cena, así que algo de picar. Me mola mucho hacer jamón batido, que es jamón serrano batido con mayonesa y queso crema, típico de Zaragoza. Me acuerdo que una vez que hice jamón batido y Ramón al principio decía "jamón batido, no me va a gustarl…". Y luego cogió el bol de jamón batido como si fuera una tarrina de Haagen Dazs…

Ramón: es más, estaba con un gintonic en una, y con el jamón batido en la otra. Yo haría una cena clásica de taberna: torreznos, huevos fritos con morcilla, una tortilla de patata, unas gildas. Eso yo creo que está estupendo.

Rocío: de comida no lo sé, seguro que habría una tabla de queso o tal. Lo que vengo a reivindicar aquí es el uso de las cubiteras en las casas. Lo que sí voy a poner si venís a mi casa es una cubitera gigante en el medio, que nadie se tenga que levantar al frigo cada vez que quiera un sorbo de vino. ¡Por favor eh! Vamos a empezar a comprar cubiteras a las casas, esto de tener que ir al frigo para el que quiera un poco de vino... no. Tu cubitera ahí, pum. Ahora que estoy especializada en hacer grandes cubiteras… ¡de hecho para mi casa! Hay unas cubiteras que descubrí en un restaurante en Lisboa que se llama Taberna do Calhau (que es un restaurantazo, si tenéis oportunidad, id). ¿Sabéis cuáles son las patatas Bonilla, estas que se hicieron famosas con la peli? Pues este tío usa esas latas como cubiteras: ese es el mejor material que existe para una cubitera si tenéis. Y si no una Polarbox ahí maravillosa. No escurre, no cae agua…

Javier: además son super cuquis las nuevas Polarbox.

Rocío: ah no la cutre Javier, hay que ser cutre en todo.

Ramón: la blanca, la de corcho.

Rocío: claro.

Ramón: como le acerques un pitillo a una de esas la prendes entera.

Rocío: de esas de esas. Eso habría seguro. Y algo de picoteo, pero eso seguro.