La sangría toma su nombre del color rojizo que obtiene de su principal ingrediente, el vino tinto. Hay diferentes tipos de sangrías, con vino blanco o con champagne, pero la clásica española es la que se hace con vino tinto. Se debe realizar con un vino decente y usar frutas naturales y no en almíbar. El tiempo de maceración es de dos horas y el azúcar es preferible disolverlo en agua caliente para facilitar su disolución en el vino.
Respecto a la fruta que debe llevar, se dice normalmente que si no lleva melocotón, no es sangría. La combinación del resto de ingredientes varía al gusto de cada uno e incluye plátano, manzana, pera, naranja, limón o melocotón.
Si quieres conocer más sobre la sangría, tras la receta te contamos su historia y origen.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 20 minutos
- Tiempo total: 20 minutos (más 2-3 horas de reposo)
- Raciones: 4
- Categoría: bebidas
- Tipo de coctelería: española
- Calorías: 173 kcal por copa
Ingredientes de la sangría para 4 personas
- 1 l de vino tinto joven
- 1 lata (330 ml) de gaseosa (de naranja, de limón o blanca)
- 2 melocotones
- 2 naranjas
- 1 limón
- 1 plátano
- 1 manzana
- 1/2 rama de canela
- 35 g de azúcar
- 3 cucharadas de agua
- Hielo en cubos

Cómo hacer la sangría
El tipo de vaso que utilizaremos es de tipo ancho para que quepan mejor los trozos de fruta. Pelamos toda la fruta y cortamos en trozos. Calentamos el agua y disolvemos en ella el azúcar. Echamos todo al recipiente con el vino.

Añadimos el zumo de limón y removemos.

Añadimos una rama de canela. Cubrimos con una tapa o con film transparente y dejamos macerar 2 o 3 horas en la nevera.

Servimos en el vaso la sangría con unos cubitos de hielo.

Por último incorporamos el refresco de naranja para dar un toque carbónico a nuestra sangría.

Decoramos con una rodaja de limón o naranja.

Resumen fácil de preparación
- Pelar y trocear la fruta
- Agregar el azúcar disuelta en agua con el vino y la fruta
- Añadir el zumo de limón y una rama de canela
- Dejar macerar en nevera 2-3 horas
- Servir fría y añadir refresco de naranja o gaseosa
- Decorar con rodaja de limón
Historia y origen de la sangría
Como suele pasar con muchos otros preparados, el origen de la sangría resulta un poco difuso y existen varias hipótesis sobre el que podría ser su verdadero origen.
Ya en la antigua Roma era usual mezclar el vino con agua y especias para dar sabor y «curar los males». Luego, en la Edad Media, estos caldos sufrieron cientos de variantes como el grog, una mezcla de ron rebajado con agua caliente azucarada que bebían los marineros ingleses para mejorar el ánimo en el mar; o el hippocras, una bebida hecha de vino, miel y especias, que tenía un fin similar, casi siempre asociado a las aventuras (o desventuras) de los militares o navegantes.
Algunos archivos indican que el objetivo era rebajar con una mezcla suave el ron o vino para que los soldados y marineros no se acabasen pronto las reservas de líquido, pero también existe la creencia de que estos hombres comenzaron a pasar estas mezclas en los barcos de forma inadvertida y de contrabando, para saltarse cualquier prohibición de beber alcohol. De este modo, simulaban zumo de frutas y distribuían la mezcla sin el permiso de las autoridades.
Una de las hipótesis sobre el posible origen de la sangría tal y como hoy la conocemos, atribuye su creación a los campesinos españoles y portugueses que la preparaban con los productos que obtenían de la tierra como el vino mezclado con melocotones, cítricos y manzanas.
Otra de las teorías indica que el posible origen de esta bebida se remonta al año 1788, cuando el padre español Esteban Torres escribió en su diccionario del castellano que la sangría era una bebida inventada por los ingleses que se toma mucho en las colonias inglesas y francesas de América. A partir de esta idea, se cree que la primera vez que se escuchó de un líquido similar fue en Indias Occidentales británicas. La bebida también se popularizó, por aquel entonces, como la «limonada del vino» en algunas colonias españolas.
Según esta teoría, la palabra proviene de la voz inglesa sangaree, la cual, a su vez, se inspiró en el castellano sangre para denominar este refresco por su color, que se conseguía gracias a la mezcla de vino fortificado (como Oporto, Madeira o Malvasia canaria), agua, azúcar y nuez moscada e, incluso, hay quienes indican que se le agregaba pan tostado. Aunque hay versiones que aseguran que el término podría provenir del portugués sangue y por las cualidades medicinales de hacer «bon sangue» o «buena sangre».
Por otra parte, los franceses tienen su propia hipótesis acerca del nombre. Aseguran que esta bebida nace en las Antillas francesas y no en las colonias españolas ni británicas y que la palabra sangría es una derivación de la expresión sang-gris, que era, de la misma forma, una bebida hecha a base de vino, azúcar, limón y especias.
Según algunos historiadores franceses, la expresión sang-gris, en sí misma, proviene del mundo bucanero, debido a que, en el siglo XIX, los piratas solían mezclar polvo negro en su vino para darle sabor, dando como resultado una bebida gris. Siglos después, la casa de whisky francés Jean Boyer, lanzó una botella de sang-gris, elaborada a partir de rones blancos de Guadalupe con infusiones de frutas, y especias como chile con miel que, según estos productores, era la mezcla que se consumía en las Antillas. Aunque esta bebida difiere en color de la sangría, los franceses aseguran que la voz sangaree se asemeja en mayor medida a sang-gris. Lo cierto es que, para todas estas acepciones, la receta parece ser la misma.
El experto Ted Haigh, conocido como Dr. Cocktail, hace énfasis en que la sangaree no es lo mismo que la sangría, pero puede que sí su predecesora, en su artículo Lección de historia: El Sangaree publicado en la revista Imbibe. «Los diccionarios de todas las bandas registran las palabras como sinónimos, pero no es exactamente así. La bebida de vino tinto, cítricos y azúcar que llamamos sangría data de 1961, mientras que sangaree existe al menos desde 1774. Ambas bebidas tienen la misma raíz en español: sangre (que significa "sangre"), pero de las dos, la sangaree es la más versátil», asegura el experto.