Arriaca, cuatro años dando la lata en la cerveza artesanal española

Latas de las tres variedades de IPA de Arriaca
Cervezas Arriaca
El auge de la lata como formato de distribución de la cerveza artesanal sigue imparable. Y nadie mejor que Arriaca, los pioneros en el uso de este envase en España, para ayudarnos a descifrar las claves de esta tendencia que ha llegado para quedarse.
Por Antony Peel
30 de junio de 2020

Quien siga más o menos de cerca la evolución del mercado de la cerveza artesanal se habrá dado cuenta de que a lo largo de los últimos años la lata le ha ido ganando terreno al que había sido hasta ahora el envase predilecto para este tipo de bebida: la botella de vidrio. Si visitamos tiendas especializadas o supermercados con un buen repertorio de cervezas craft, veremos cómo cada vez hay menos botellas y más latas en los lineales, y lo mismo pasa en bares y taprooms donde la lata ha marginado a la botella, empujándola a aquellos estantes reservados para estilos muy concretos como las lambic, las maduradas en barrica y otras especialidades.

Muchos consumidores se preguntan el porqué de este cambio de tendencia, y aunque llevamos explicando las razones desde hace algunos años, no hay nadie mejor para desgranar los beneficios de la lata en la cerveza artesanal que la marca que puso los cimientos para este cambio de paradigma en nuestro país. Cervezas Arriaca, fundada en 2014 en Yunquera de Henares (Guadalajara), fue la primera marca española en apostar por la lata como formato de distribución de tres de sus variedades. Eso fue en 2016, y ahora cuatro años después se ha convertido en el envase emblema de la marca, presente en siete de sus nueve referencias, siendo la Radler la última en incorporarse a la familia.

Jesús León, CEO de la marca castellana, explicaba por aquel entonces que la elección de la lata no se debía a un simple capricho ni a un movimiento de mercadotecnia. Arriaca estaba convencida de que la lata era la tendencia natural del mercado, y que acabaría funcionando, venciendo a los estigmas y prejuicios que siempre han perseguido a este envase, siempre relacionado con productos de peor calidad. Y el tiempo le ha acabado dando la razón, y aunque en un principio se apuntaba a que no se debía entender la lata como una competencia al vidrio, sino como una alternativa, la verdad es que este último parece estar perdiendo el partido por goleada.

Ventajas de la lata frente a la botella

Cinco variedades enlatadas de Cervezas Arriaca

Según los flamantes ganadores de dos medallas de oro en el Barcelona Beer Challenge 2020, por su Imperial Red IPA y su Porter, esta tendencia, ahora mismo imparable, no sería posible sin los avances tecnológicos de los últimos años. Las nuevas generaciones de latas cuentan con una película en su interior que recubre el aluminio de la lata e impide la interacción con el líquido, por lo que aquello de que ‘sabe a metal’ es más producto de la imaginación y de los prejuicios que podamos tener que una realidad. Además de haberse quitado el sambenito del mal sabor, la lata aporta una serie de ventajas que podemos resumir en los siguientes puntos.

Opacidad

El gran enemigo de la cerveza es la luz. Sobre todo de las cervezas altamente lupuladas que tan de moda están dentro de la familia de la IPA (NEIPA, Hazy IPA, Session IPA, White IPA, Black IPA, Red IPA, Imperial IPA, etc. etc.), debido a que el lúpulo es un ingrediente altamente fotosensible. Y ahí es donde la lata gana muchos enteros frente a la botella pues es totalmente opaca, conservando mucho mejor las características originales de la cerveza, sobre todo su sabor y su aroma. Por eso las botellas de cerveza suelen ser de cristal más bien oscuro (quitando alguna marca que ha hecho del color de su botella un símbolo) pero por mucho que se emplee vidrio tintado en las botellas, nunca se alcanza la misma eficiencia que la lata. Y por supuesto, nunca te fíes de una cerveza envasada en cristal totalmente transparente. Sus creadores no están demasiado preocupados por su sabor o por su aroma.

Hermeticidad

Otro de los enemigos de la cerveza es el oxígeno que se cuela en el interior del envase, oxidando el líquido y haciendo que este pierda las características ideadas por su fabricante, conllevando una merma en aroma y un sabor que no es el deseado. Por fortuna, el proceso de llenado y el posterior sellado de una lata es totalmente hermético por lo que se asegura la ausencia total de oxígeno en su interior. Por supuesto que esos equipos de llenado y sellado requieren de una inversión inicial bastante elevada, no todo iban a ser ventajas, ya que no se utiliza la misma tecnología que en el embotellado. Pero al final el producto y el consumidor lo acaban agradeciendo.

Diseños más atractivos

Sacando de la nevera la nueva radler de Cervezas ArriacaCervezas Arriaca

Otro aspecto a tener en cuenta es el diseño gráfico del envase. A simple vista la lata es mucho más atractiva que la botella, principalmente porque casi el 100% de la superficie de la misma es serigrafiable. Esto permite a las cerveceras sacar a relucir toda su creatividad e imaginación para crear un diseño diferencial respecto a la competencia. Porque reconozcámoslo, compramos y consumimos por los ojos, y es mucho más probable que en un lineal de cervezas desconocidas para nosotros acabemos escogiendo aquellas que más nos impacten visualmente. En este sentido, Arriaca siempre ha apostado por la lata de 33cl con un diseño elegante a la par que clásico, con predominio del color negro, y sólo ha variado ligeramente el diseño de la imagen corporativa con su nueva Radler con limón, en la que introducen nuevos grafismos que en ningún momento rompen su línea tradicional. En cambio, muchas otras marcas han convertido sus latas en auténticas obras de arte, incluso maximizando el tamaño del lienzo con la entrada de la lata de 44cl.

Almacenaje y logística

No hace falta ser doctor en matemáticas ni física para ver y entender que las latas, por su forma, son mucho más fáciles de apilar y guardar, tanto a nivel industrial en almacenes como a nivel doméstico en nuestra nevera (por cierto, las latas también se enfrían más rápido). Ello también implica que son más fáciles y baratos de transportar, lo que afecta directamente los costes logísticos y a su impacto medioambiental. Si para mover X litros de cerveza sólo necesitamos un camión en lugar de dos, resulta mucho más económico y además contaminaremos bastante menos. A este aspecto también contribuye la ligereza del envase frente a la botella de vidrio y sobre todo su mayor resistencia a roturas.

Reciclaje

Siguiendo por el camino de la sostenibilidad medioambiental no hay duda de que la lata de aluminio es el envase del presente y del futuro. Este material es 100% reciclable y además lo es infinitamente, es decir, se puede reciclar todas las veces que haga falta porque al reciclarse no pierde ninguna propiedad y mantiene su calidad invariable al volver a entrar en la cadena de producción. En un momento como el actual en el que estamos especialmente concienciados con el medio ambiente, es un aspecto muy a tener en cuenta. Y lo es más sabiendo que la lata es el envase más reciclado del mundo con una tasa cercana al 70% y que según los últimos estudios tan solo pasan 60 días entre que depositamos una lata en el contenedor amarillo y este vuelve a estar en circulación. Es cierto que la huella de carbono en la producción de aluminio es superior al de otros materiales, pero debido a esa alta tasa de reciclaje (se estima que el 75% de aluminio producido en el mundo sigue en circulación), es mucho más sostenible.

Higiene y limpieza

El four-pack de Arriaca garantiza higiene y limpieza

En este caso hablamos particularmente de las cervezas enlatadas de Arriaca. En los tiempos que corren, la higiene y la limpieza son dos aspectos en los que no se puede escatimar, y por ello en la marca arriacense emplean el denominado four-pack, no sólo como elemento para crear un lote integral de cuatro cervezas, sino también para cubrir y proteger la parte superior de las latas de cualquier contacto, siendo un elemento fiable para su limpieza e higiene durante el traslado y almacenaje de la cerveza. De la misma manera, es un elemento totalmente reciclable y reusable, al contrario de las clásicas anillas de plástico que llevan años generando problemas medioambientales, especialmente relacionados con los mares y los océanos. Pero que es que, además, y como matiz relevante, su origen es de material reciclado al 100 %; es decir, que no es de nueva creación, sino que proviene de elementos que ya existen a los que se vuelve a dar uso y valor.