10 normas de etiqueta en la mesa

Plato y cubiertos en un banquete
Las normas de etiqueta en la mesa son prácticamente infinitas, pero aquí te ofrecemos algunas de las más necesarias y útiles. Más allá de obviedades, unas mínimas reglas de educación para el comensal.
Por Toni Castillo
14 de noviembre de 2017

Cuando hablamos de normas de etiqueta en la mesa, hablamos de los estilos, usos y costumbres que debemos seguir a la hora de disfrutar de una comida o una cena junto a otras personas. Desde la vestimenta que llevaremos a la forma en que emplearemos los cubiertos. Desde la utilización de las copas al modo de relacionarnos con otros de los comensales. Al margen de protocolos superfluos o parafernalias caducas, existen determinadas conductas y formas de proceder que sí deberíamos tener en cuenta.

Sin entrar en las más obvias, como tener una correcta higiene, ser educado, comer con la boca cerrada, no llevarse a la boca pedazos de alimento que no vamos a comer con la necesaria facilidad o no jugar con la comida, debemos considerar otras normas:

  • El pan y la servilleta van a la izquierda: Debería ser sabido, pero a veces se olvida, sobre todo en banquetes. Estos dos elementos siempre quedan en el lado izquierdo del comensal, así que cuidado con despistarse y manosear las posesiones del vecino, no sería de buen gusto.
  • La servilleta sobre las piernas: Aunque pueda resultar divertido ver a alguien emplear la tela como un babero, cual bebé se tratase, la posición natural de la servilleta debe ser el regazo, donde prevendrá manchas, estropicios y donde además siempre quedará a mano.
  • Los cubiertos se usan de fuera hacia adentro: El tenedor que encontremos más a la izquierda y el cuchillo que esté más a la derecha serán la pareja a usar con el pescado. El cuchillo y el tenedor que queden en la parte interior serán los de la carne, que será el segundo plato. ¡Fácil de recordar!
  • Los cubiertos tienen su propio lenguaje: En protocolo los cubiertos tienen un lenguaje propio que conecta con los camareros, pero no vamos a entrar en demasiados detalles porque pocas veces, en general, se respeta. Solamente cabe tener claras dos premisas: si vamos a continuar comiendo, se dejan apoyados en los lados del plato, cada uno a un lado; si hemos terminado, cuchillo y tenedor quedan juntos, también en el plato, a las seis y media preferiblemente.
  • El pan se parte con las manos: Si el pan que tenemos a nuestra vera está bueno, especialmente bueno, crujiente, es una gran tentación llevárselo directamente a la boca, ¡pero no hay que hacerlo! El pan se va partiendo con los dedos, a pequeños trozos que nos quepan en la boca. Siempre.
  • No se corta de más: Puede ser un recuerdo infantil, una costumbre adquirida, pero hay que desterrarla. Nada de tomar, por ejemplo, un filete de carne y cortarlo por completo. Se corta lo que uno se vaya a llevar a la boca, sin más, teniendo en cuenta que tampoco está bien visto dejar comida en un cubierto.
  • Cuando algo cae fuera del plato: Si se ha producido un accidente y algún alimento ha ido a parar fuera del plato, discretamente se recoge con el cuchillo, preferiblemente, y se deja en una orilla del plato. Ni se usa la mano, ni se devuelve al plato, ni mucho menos se come.
  • Comencemos a comer cuando lo marque el anfitrión: Si incluso estando en familia resulta de mala educación ver cómo algún comensal da comienzo a la comida o a la cena en solitario, en una ocasión más célebre o formal el gesto queda todavía más feo. Siempre marca cuándo empezar el anfitrión o quien invita, si se trata de otra persona.
  • Se bebe antes o después de masticar: De ninguna manera podemos llevarnos a la boca una bebida si todavía estamos masticando o nos queda alimento en la boca. En normas de etiqueta en la mesa estaríamos más que suspendidos.
  • En los restaurantes se habla en voz baja: Parece mentira, pero así es. No es nada agradable el griterío habitual en los restaurantes convencionales, no afortunadamente en los de alta cocina, y además de no ser agradable no debería producirse. Se habla en voz baja, evitando molestar a otras mesas.