Aunque pueda parecer que sí, no es lo mismo un pastel que una torta, ni una torta lo mismo que una tarta. ¿Y un pastel y una tarta? Este juego de palabras que puede llevar a la confusión es el resultado del uso generalizado de estos términos para denominar elaboraciones reposteras que pueden tener similitudes entre sí, pero también alguna que otra diferencia.
A decir verdad, los términos «pastel» y «tarta» son bastante semejantes y se emplean con escasas diferencias en España. Sin embargo, la torta es una elaboración distinta. Lo que sí tienen las tres en común, además de ser un símbolo de celebración y festejo, es que son masas a base de harina y otros ingredientes que, tras ser cocidas al horno (a excepción de las bases frías hechas con galleta y mantequilla) se rellenan o acompañan de crema, frutas u otros ingredientes tanto dulces como salados.
Qué es un pastel
Según la RAE, «un pastel es una masa de harina y manteca, cocida al horno y que ordinariamente envuelve crema o dulce, y a veces carne, fruta o pescado». El concepto de pastel cambia cuando se emplea en países de habla no hispana, tal y como ocurre con el anglicismo cake o el galicismo gâteau, ya que este tipo de elaboraciones culinarias extranjeras admiten únicamente rellenos dulces.
Cuando en España o en determinados países de América Latina hablamos de pastel, podemos incluir en el grupo recetas tan apetitosas como el pastel de manzana o el pastel de chocolate. También sería posible mencionar preparaciones culinarias como el pastelón dominicano, el pastel de papa mexicano o el pastel azteca, ya que se llaman pasteles cuando realmente son elaboraciones saladas que poco tienen que ver con lo que nosotros conocemos como pastel. Lo mismo ocurre con recetas tan icónicas como el pastel de carne, el pastel de berenjenas o el pastel de cabracho.
Qué es una tarta
La RAE define como tarta a un «pastel grande, de forma generalmente redonda, relleno de frutas, crema, etc., o bien de bizcocho, pasta de almendra y otras clases de masa homogénea», lo que indudablemente da buena cuenta de su carácter dulce, aunque tampoco termina de descartar que existan versiones saladas. Igualmente también llamamos tarta a preparaciones de base de masa dulce como hojaldre, masa brisa o quebrada.
En los países anglosajones, la tarta o pie puede rellenarse de ingredientes tanto dulces como salados. Del mismo modo ocurre en Francia, donde la tarte admite rellenos dulces —como la tarte Tatin— y salados, siendo el caso de la tarte aux sardines o la quiché. Sucede algo parecido en diferentes países de habla hispana, donde se refieren a la tarta como algo salado, como ocurre con la tarta de camarones originaria del Caribe o la tarta de choclo argentina.
Qué es una torta
En cuanto a la torta, se define en la RAE como «una masa de harina, con otros ingredientes, de forma redonda, que se cuece a fuego lento». Generalmente en España las tortas son sencillamente eso: una masa de harina de forma redonda que se cuece al horno y que posteriormente, puede consumirse de manera similar al pan o bien con azúcar y canela.
Sin embargo, en los países latinoamericanos, la torta sería lo más parecido a nuestro bizcocho tradicional a base de huevos, harina, mantequilla y leche.
Diferencias entre pastel, tarta y torta
Pastel, tarta y torta se pueden parecerse en ciertos aspectos, sobre todo el pastel y la tarta, pero son elaboraciones diferentes, sobre todo vistas desde España. El pastel es una masa que envuelve rellenos dulces y salados y que además, en España, muchas veces se ofrece en porciones individuales. La tarta, a diferencia del pastel, suele ser siempre de gran tamaño y admite solo rellenos dulces, siendo una elaboración para compartir. La torta es la que más difiere en cuanto a elaboración y textura, ya que es simplemente una masa de harina de una única capa que junto con otros ingredientes —muchas veces dulces— y tras cocerse en el horno, puede consumirse tal cual.
Diferencias etimológicas
La primera diferencia clara es etimológica: Del latín pastellus, diminutivo de pasta o masa, la palabra «pastel» procede del griego πάστη «pasté», que es como se denominaba a las masas de harinas con salsas. De hecho el primer pastel se remonta a los Juegos Olímpicos en la Antigua Grecia, donde hacían una especie de pastel mezclando harina con queso batido y miel para alimentar a los atletas que participaban en los famosos juegos.
La palabra «tarta», viene del francés tourte que a su vez es una palabra adoptada de la palabra en latín torta panis, un pan redondo. Aunque la palabra la tomasen los franceses del latín, lo cierto es que fueron los egipcios quienes hicieron la primera tarta mezclando harina, con leche o agua y miel, y cociendo esta masa al sol sobre una piedra.
En cuanto a la palabra «torta», se ha adoptado directamente la misma utilizada en castellano antiguo «torta» que, a su vez, procede de las palabras en latín tortam o torcida y panem, pan. Los primeros en elaborar una receta de estas características fueron los egipcios, que le dieron a las tortas tal importancia que, en las paredes de sus templos y tumbas, quedaron grabados los procesos de elaboración de tan preciado alimento.
Forma y sabor
Cuando nos referimos a un pastel en sí, suele ser el clásico, grande y redondo. Pero, ¿y si cambiamos al plural y nos referimos a pasteles? Pueden ser de las formas más variadas: redondos, cuadrados, ovalados, alargados, aplanados o rectangulares, y más allá de definiciones nadie nos impide darles la forma que queramos. Y en cuanto al sabor, existen miles de combinaciones entre la masa, el relleno, y las coberturas: berlinesas, coulants, profiteroles, pasteles de Belem o petisús son algunos ejemplos de todas las variedades que podemos encontrar en las pastelerías.
Las tartas pueden ser «generalmente redondas» para la RAE... pero también cuadradas o rectangulares por ejemplo. Además, siempre suelen tener una altura que no supera las 3 o 4 capas de bizcocho o galletas. Difieren de los pasteles en la textura de la base y el relleno, que puede variar entre frutas, confituras, cremas, y demás elaboraciones dulces. Podemos destacar la tarta de galletas y chocolate de la abuela, la tarta de tres chocolates o la clásica tarta de manzana.
Si nos referimos a las tortas, en España son sencillamente una elaboración simple a base de harina, aceite de oliva, azúcar, anís y sal que una vez horneada queda con forma plana y redonda, y de textura crujiente. Bien distinto sería emplear este término en los países de América Latina, donde denominan torta a lo que nosotros conocemos como bizcocho, ya sea el bizcocho clásico, denominado torta de vainilla, o elaboraciones más complejas como la torta marmolada.
