La alcachofa lo tiene todo para triunfar. ¿Sabías que es muy buena para el corazón, contiene propiedades diuréticas y es muy rica en fibra? Además de ser una valiosa fuente de salud, esta joya vegetal nacida en el mediterráneo es querida por su sabor y por ofrecer infinidad de posibilidades en gastronomía. ¿Quieres saber cómo sacarle el máximo jugo? Te presentamos cinco platos de alcachofas para sorprender, muy fáciles de preparar y que seguro pasarán a formar parte de tu recetario habitual. ¿Te animas?
Alcachofas estofadas con jamón, un guiso diferente
Que la unión de las alcachofas con jamón es uno de los matrimonios culinarios mejor avenidos no es ninguna novedad. Lo que quizás no sabías es que puedes guisarlas y conseguir así un plato delicioso, saludable y de lo más reconfortante. Se trata de una forma diferente, sencilla y a la vez sabrosa de cocinar esta hortaliza cualquier día de la semana.

Si nunca antes has probado a cocinar alcachofas estofadas con jamón, te animamos a que lo hagas porque la receta es muy sencilla: empezamos pochando un poco de cebolla y ajo bien picados en una olla con aceite y, cuando veamos que están transparentes, se añade el jamón en tacos muy pequeños. Por último, agregamos los corazones partidos por la mitad y cocinamos hasta que estén blanditos del todo. No te olvides de acompañar tu guiso con un buen pan porque, sí o sí, querrás rebañar todo el plato.
Alcachofas al horno, receta para cocinarlas solas
La magia de cocinar cualquier alimento al horno es que, con el mínimo esfuerzo, consigues platos de sabores y texturas sorprendentes. Es el caso de las alcachofas al horno, una receta tan sencilla como deliciosa e ideal cuando quieres preparar una cena ligera y saludable sin complicaciones. Solo tendrás que condimentarlas a tu gusto antes de introducirlas al horno y dejar que se cocinen durante unos 45 minutos, dependiendo de la potencia de cada horno.

El secreto del éxito de las alcachofas horneadas es que su corazón se mantiene intacto y muy tierno, por lo que cuando lleguemos a él disfrutaremos de todos los jugos que concentra. Por fuera, las hojas quedan súper crujientes, logrando así un contraste de texturas realmente sorprendente y una presentación de lo más vistosa. Puedes tomarlas solas como un entrante o aperitivo, servirlas con alguna salsa o como guarnición de cualquier carne o pescado.
Alcachofas rebozadas, crujientes y sabrosas
Si te encantan los bocados crujientes a la vez que jugosos, estas alcachofas rebozadas están hechas para ti. Se trata de una receta que sorprende y conquista desde el momento en que la sirves en el plato. Una vez la pruebas, te enamoras desde el primer bocado y cuanto descubras lo fáciles que son de hacer, las querrás para siempre.

Uno de los secretos de este plato es el tipo de rebozado que hemos utilizado en nuestro caso, diferente al habitual: una variante de la masa orly. Con esta mezcla, conseguiremos que la alcachofa quede cubierta con una fina capa crujiente, mientras su interior se mantiene tierno y jugoso. A la hora de freírlas, es importante tener en cuenta la temperatura del aceite, la preparación previa de las alcachofas, la masa y otros aspectos tal y como te detallamos en nuestra receta de las alcachofas rebozadas. Como sugerencia, las podemos acompañar con un chorrito de limón, que le queda espectacular.
Alcachofas confitadas, en aceite y a baja temperatura
Las alcachofas confitadas brillan con luz propia, literalmente. No hay más que ver cómo lucen en el plato para saber que en el primer bocado la jugosidad y el genuino sabor de esta hortaliza van a llenar tu paladar. No necesitas ningún electrodoméstico, ni tampoco grandes conocimientos culinarios para confitar; solo necesitas paciencia, pues la verdura ha de cocinarse en aceite, pero a fuego muy lento sin que llegue a ser una fritura.

Esta es la clave para confitar cualquier alimento, y en el caso de las alcachofas, te aseguramos el éxito desde la primera vez que te animes a prepararlas. La forma más rica de degustarlas es a temperatura ambiente, aunque si las prefieres más calientes, las puedes pasar por la plancha u hornearlas durante unos minutos hasta que se doren. En este caso, corremos el riesgo de perder la jugosidad y textura propias del confitado, por lo que nuestro consejo es que las disfrutes tal cual. ¡La pinta no puede ser más original y apetitosa!
Alcachofas fritas crujientes, textura y sabor
Nuestra última propuesta es todo un clásico para los amantes de las tapas fritas. Se trata de las unas deliciosas alcachofas fritas crujientes, un manjar que siempre triunfa y muy fácil de preparar. A diferencia de las alcachofas rebozadas, en esta receta la verdura va totalmente desnuda, directa a la sartén y en rodajas muy finas, por lo que es muy importante vigilar todo el tiempo para que no se quemen dándoles la vuelta cada varios minutos.

Para preparar esta receta solo necesitas un chorrito de zumo de limón para aromatizar y evitar la oxidación, aceite de oliva a la temperatura justa para conseguir la fritura perfecta, sal y pimienta. Puedes disfrutarlas solas como un delicioso aperitivo, como entrante o para acompañar en un plato a una pieza de carne o de pescado.
Recetas con alcachofas para aprender cómo cocinarlas
Ya sean guisadas, fritas, rebozadas, horneadas o confitadas, las alcachofas siempre son un éxito en la mesa y una caja de sorpresas. Y es que, más allá de estos cinco platos sorprendentes que te acabamos de ofrecer, de nuestras propias cocinas han nacido otras muchas recetas con alcachofas que seguro te van a conquistar.
Sea como sea, no pierdas de vista lo realmente importante a la hora de crear recetas con este ingrediente de origen mediterráneo: saber elegir unas alcachofas de calidad. ¿Cómo reconocerlas? Un truco infalible es fijarse en que sus hojas estén bien prietas y cerradas y que el tallo sea duro. Aunque a veces te encuentres con alguna hoja marrón, esto se debe a que han estado refrigeradas previamente, pero si la verdura conserva su tersura y está prieta no hay de qué preocuparse. ¡Elige tu plato favorito con esta joya de la gastronomía, sirve y disfruta!