Javier Torres y Sergio Torres, gastronomía que corre por las venas

Imagen de los hermanos Torres
Tras abrir el restaurante Dos Cielos en Barcelona y alcanzar las dos estrellas Michelin, charlamos con Javier y Sergio sobre Cocina Hermanos Torres y sobre su visión de la gastronomía.
Por Héctor Hernández
21 de febrero de 2019
Chefs

Los televisivos hermanos Torres (Barcelona, 1970) decidieron echar el cierre a su restaurante Dos Cielos, pero no devolver las dos estrellas que lucía. A cambio las han trasladado hasta su nuevo local, Cocina Hermanos Torres, un antiguo almacén de neumáticos donde siguen plasmando su desbordante creatividad. Javier y Sergio llevan la gastronomía en la sangre gracias a la influencia familiar. Con 14 años ambos entraban en la escuela de cocina, formación que completarían formándose en restaurantes como el Racó de Can Fabes, Akelarre o Alain Ducasse y Plaza Atenée en Francia por citar solo algunos pocos ejemplos.

Tras abrir locales de restauración en destinos tan variopintos como Jávea o Sao Paulo es en el año 2008 cuando inauguran Dos Cielos en la planta 24 del hotel Meliá Sky de Barcelona. Dos años después recibirían su primera estrella Michelin, y en 2017 la segunda, mismo año en el que decidieron llevar la marca hasta Madrid. Ahora, los hermanos Torres irradian aromas, sabores y texturas desde Cocina Hermanos Torres, inaugurado en junio de 2018 en busca de más espacio y más medios y que inmediatamente recogió las dos estrellas del dúo tras el cierre de Dos Cielos Barcelona. Con ustedes los hermanos más populares de la cocina.

¿En qué momento concreto de tu vida supiste que serias chef?

Desde pequeños cuando pasábamos tiempo en la cocina con nuestra abuela Catalina.

¿Qué ingrediente has descubierto últimamente y no puedes sacar de tu cocina?, ¿por qué?

Estamos siempre en constante evolución e innovación; aunque utilicemos productos que ya conocemos, siempre los elaboramos de forma diferente.

¿Qué debe tener la cocina en el futuro?

Buen producto.

¿... y qué no debe tener?

Producto malo.

¿Cuál es el restaurante que no olvidaréis en vuestra vida?

Le Pont de Brent, en Suiza.

¿A qué restaurante, bar o taberna os gusta ir habitualmente?

Gresca, en Barcelona.

¿Qué tres cosas nunca pueden faltar en el espacio físico de vuestra cocina?

Buenos cuchillos, buenas ollas y un buen equipo.

¿Y qué tres cosas nunca os gusta que estén en ella?

El desorden, la suciedad y el conocimiento insuficiente.

¿Cuando dormís soñáis con cocina? En caso afirmativo, ¿cuál fue vuestro sueño más sorprendente?

Sí, muchas veces. A menudo hemos soñado cocinar con gente que ya no está.

En menos de 140 caracteres, ¿cómo explicaríais vuestra cocina?

Sabor, estética, producto y productor.

¿Qué plato de vuestra infancia os gustaría reinventar?

Los caracoles de la abuela Catalina.

¿Por qué plato os gustaría ser recordados?

Aún no lo tenemos.

Si sólo tuviérais 5 ingredientes, ¿cuáles serían y qué plato haríais con ellos?

Cebolla del huerto de mi padre, ajo, pan, trufa y vinagreta; con esto haríamos el plato de la cebolla de Fuentes que damos en el restaurante.

¿Cuál es la mejor ciudad gastronómica de todas las que habeís ido?

Barcelona o San Sebastián.

¿Qué restaurante en que no habeís estado os gustaría estar?

En Noma.

¿Qué hacéis cuando no cocináis?

Vamos en bici y estamos con la familia.

¿Qué tópico sobre los cocineros es cierto?

El que nos gusta comer y beber.

¿Cómo sería vuestro día gastronómico perfecto?

Comer en un restaurante que nos llegue a emocionar.

¿Qué debe tener sí o sí un buen gastrónomo?

Una buena educación gastronómica.

¿Con qué postre acabaríais esta entrevista?

La era del chocolate, ¡también lo damos en el restaurante!