El nombre de Ninkasi nos hace viajar hasta la antigua Mesopotamia. Así era conocida la diosa de la elaboración de cerveza y alcohol de aquellos tiempos, nacida del "agua dulce y brillante", una de las 8 deidades creadas por Ninhursag para sanar a Enki según cuenta la antigua leyenda. Milenios después fue el nombre elegido por Cristophe Fargier para bautizar su destilería en la localidad francesa de Lyon. Nacida a comienzos de la década de 1990 como una fábrica de cerveza inspirada en los movimientos cerveceros craft americanos (en 1997 abrieron Ninkasi Gerland, su propio taproom), con el tiempo Fargier tuvo la necesidad de ampliar horizontes y lanzarse al desarrollo de otros productos como el vodka. Hoy día su producción se ha desplazado hasta la cercana localidad de Tarare, pero su espíritu continúa intacto.
La idea era clara: crear un vodka artesanal 100% francés. Y para ello no dudó en contar con Alban Perret, maestro destilador y responsable de este vodka premiado en distintos certámenes internacionales: medalla de oro en el concurso mundial de Bruselas 2019 dentro de la categoría Spirit Selection y también en el International Spirits Challenge de 2019. La combinación del éxito suponía mezclar un vodka muy puro elaborado con los mejores granos de trigo orgánico, agua dulce primaveral de alta calidad procedente de las montañas de granito de Beaujolais y delicados lúpulos de tipo saaz originarios de la republica checa.
El resultado es un vodka con una graduación alcohólica del 40% destilado de forma artesanal y manual siguiendo la antigua tradición de la región de Charente, lo que supone conseguir un perfume floral cautivador y muy refrescante ideal tanto en solitario como en forma de cóctel. Sus notas a hierba fresca recién cortada y su ligero sabor mentolado con trazas picantes lo convierten en una de las referencias a tener en cuenta en cualquier barra o mueble bar y en un destilado ideal para combinar con anchoas, boquerones y encurtidos.
Ninkasi Vodka se presenta en un formato de botella transparente de 50 cl (embotellado también manualmente) grabada, con tapón de corcho y convenientemente presentada en una elegante caja negra. El envoltorio perfecto para uno de los mejores vodkas que es posible adquirir hoy en día, una fiel demostración de que el buen hacer cervecero es extrapolable al mundo de los destilados siempre que se haga con pasión y esmero.