Cocinando para el Diablo

Artículo de Fernando Huidobro
Por favor permítanme que me presente. Soy un cocinero rico y con clase. Llevo muchos, muchos años, cocinando para El Diablo. Encantado de conocerte. Espero que, aunque te confunda la naturaleza de mi cocina, adivines mi nombre, ¡oh sí!! ¿Cuál es? ¿Puedes adivinarlo?
Por Fernando Huidobro
06 de abril de 2021

Veo que no tienes ni idea de quién soy. Ni la más mínima. Te daré alguna pista. Soy el que domina el fuego de las entrañas del mundo. Soy el que mantiene encendido El Fuego Eterno. Soy el inventor de la parrilla, soy el primero que hizo brasas en la primera cocina. Soy el primer asador. Soy el que soasa la carne de los condenados por El Gran Proveedor. Soy el asador de toda carne, soy el asador de hombres. Soy el mejor cozinero, porque el que sabe asar hombres sabe cocinarlo todo. Soy el abrasador de almas. ¿Cómo querrías la tuya? Pues sé amable conmigo, porque, aunque te guste sangrante, puedo calcinarla hasta que quede para el arrastre.

So if you meet me

Have some courtesy

Have some sympathy, and some taste

Use all your well-learned politnesse

Or I'll lay your soul to waste, mm yeah

He cocinado a todo Dios y a todo bicho muriente: reyes jugosos y mendigos secos; babys tiernos y yayos sobremadurados; bellas delicadas y bestias bravas; cretinos insulsos y sabios de sabrosos sesos; los que eran ricos, sabían rico, los que no pues no tanto; gordos de buen provecho y escuchimizados chamuscados a la minute; valientes ardorosos y cobardicas lloricas; foodies lechales, gourmands engrasados y gourmets que ni pintados… todo hombre malo malasombra, todo ser, por tanto, ya que la gente no es buena, termina pasando por mi crematorio.

I watched with glee

While your kings and queens

Fought for ten decades

For the gods they made

Incluidos, por supuesto, mis colegas cocineros del mundo entero. Lo siento compañeros. Todas las noches miro el libro de reservas a ver si ha caído alguno. A todos, los trato con esmero, pero sobre todo a los que han estado en el candelero, pues a mayor fama, más reconocimiento espero. Durante un tiempo y mientras no se entere El Jefe, les doy cuartelillo, los acojo en mis cocinas y allí les pido consejo y aprendo de ellos sobre cómo seguir facilitando el goloso e insaciable apetito humano. Charlamos y compartimos la comida del personal mientras discutimos sobre las técnicas más de moda y las recetas innovadoras más apropiadas a cada cuerpo y alma y sus diferentes despieces cisorios: que si esta cadera en rodicios, que aquella pierna mejor para pinchitos, esa babilla picada para hamburguesa, los brazuelos de acá en shish kebab; los oriundos del septentrión en chuletillas, los atlánticos en chuletones, los de la dieta mediterránea a la broche con hierbas y AOVE… Y así me puedo tirar años luz dándole a la candela. La verdad es que me lo paso mejor que un cochino en un charco, porque esto mío de los fogones es vocacional. En serio.

Pleased to meet you

Hope you guessed my name, oh yeah

But what's confusing you

Is just the nature of my game

Eso sí, con quienes más disfruto es con los críticos, observadores, cronistas, escribidores, bloggeros, enredantes, foodies y demás pinchapapas habituales de eso que llamáis gastronomía. A éstos me gusta comerles la moral, los pongo a currar de stagiers fulltime durante una temporada, así se van atemperando mientras les llega la hora de su cocinamiento. Les suelo reservar mucha trufa y caviar y echarles mucha salsita porque si no no saben a ná. Me encantan a la perigordina ya que, además, me da para mojar el extraordinario pan, siempre recién horneado, que hace nuestro panadero Ademuz a quien Lucifer, al ordenar sus cocinas, puso al frente de la otra sección de panes y dulzainas. Les aseguró que es más bueno que el pan y divino de la muerte. Por eso el hombre anda siempre pidiéndome que no sea tan cruel con ellos, pero yo no le hago caso porque son unos agonías quemasangres. Así que para compensarle me curro un buen aliño, hago morcillas, chacinas y demás embutidos de ellos y con su pan nos lo comemos. Nuestros bocatas son infernales, la mismísima tentación para vuestra vociferante gula.

Sí, porque yo soy el primer tentador, el que guisa y adorna las viandas y los banquetes para que vosotros, voraces humanos que habéis elegido el vientre como amo, caigáis en nuestras manos por culpa de vuestros vanos, sensuales, superfluos y profanos vicios que son los que a la postre siempre os llevarán al infierno, a mis dominios, ¡ja, ja, ja, ja!, no paramos con la faena. Ahora nos estamos currando la Lucipedia pero recoger toda la gran cocina del cuerpo humano o sus tratados de ternuras cocciones y demás diabólicas cocinaciones.

Tell me baby, what's my name?

Tell me honey, can ya guess my name?

Tell me baby, what's my name?

I tell you one time, you're to blame

Soy Nabuzardán, Príncipe de los Cozineros, Cocinero Mayor de Lucifer, Chef de las Cocinas del Infierno. El Jefe de todas las partidas de Chez Satanás.

Espero que hayas aprendido mi juego y adivinado mi nombre. Ya sé que en el fondo da igual. Pero lo bonito es participar. Créeme. Apréndetelo ahora. Y grábatelo a fuego en tu piel porque aquí abajo te estaré esperando para hacer chicharrones con sus tiras, que la vida es muy corta para ti y a mí se me pasa volando cocinando para El Diablo.

Woo, who

Oh yeah, get on down

Oh yeah

Aah yeah

* Con una pequeña ayuda de mis amigos Juan de Salisbury y su “Poema sobre la conspiración de los miembros corporales” y The Rolling Stones y su canción “Sympathy for the Devil”.