¡Claro que sí! Salvemos la Navidad

Artículo de Alexandra Sumasi
No se trata de que peregrinemos por distintas casas para salvar la Navidad. Apostemos por no movernos demasiado, no juntarnos muchos y hacerlo siempre en petit comité. Para esos encuentros, la hostelería puede ser un buen aliado.
Por Alexandra Sumasi
15 de diciembre de 2020

El otro día le dije a mi chico: "Como es una Navidad atípica, haremos algo atípico. En Nochebuena cenaremos fuera". No tardó ni medio segundo en clavar profundamente su mirada en mí y decirme sin atisbo de duda, "en Madrid ningún restaurante abre en Nochebuena", afirmación dicha con ese desdén que los madrileños, a veces, nos quieren transmitir a los barceloneses. Opté por callar a golpe de 'Sí, Bwana', pero rauda y veloz me puse a la búsqueda de ese unicornio, de ese mirlo blanco que nos iba a regalar una Nochebuena diferente. Huelga decir que lo hallé a los pocos minutos. Además, uno de los buenos. Y no, no es que los restaurantes de Madrid se hayan lanzado en masa a abrir sus puertas en Nochebuena, solo que mi memoria del año anterior me trajo a 2020 ese dato. Y claro, utilizar a San Gmail como archivo, me facilitó la tarea. ¡Benditas (a veces) notas de prensa!

Cuento esta anécdota personal porque si en serio queremos 'salvar la Navidad' es muy probable que sea más atinado salir a cenar o a comer fuera, a restaurantes donde cuidan y miden la calidad del aire, donde la ventilación es tan o mas importante como la materia prima, y donde el trabajar con extrema higiene les da una mayor garantía de conservar el trabajo y los clientes. A todos nos va la salud y la vida; a ellos, además, la economía.

No pretendo que los restaurantes abran cuando consideren que su descanso es prioritario, pero sí que los clientes los visiten en los días festivos en los que estos abran. En Madrid es costumbre cerrar en Nochebuena, no así en Cataluña. El día de Navidad es bastante difícil comer fuera en Barcelona, pero en Madrid el tema es justo al contrario. Pido perdón por ceñirme al 'puente aéreo': es lo que más conozco, aunque presumo que el día 31 o el día de Reyes es fácil encontrar restaurantes abiertos por todo el territorio nacional. Si la economía lo permite, salvemos la Navidad juntándonos con pocas personas en espacios más preparados que nuestra casa, y de paso, demos un soplo de aire fresco a un sector que este año ha sufrido en sus propias carnes un grandísimo bache.

En cualquier caso, si hay restaurantes que se animen a acoger a sus clientes en días en los que, a priori, nunca han abierto, estoy segura de que tendrán la oportunidad de salvar la Navidad. Hoy mismo el chef del restaurante donde voy a ir cenar contactó conmigo para confirmar, para agradecer que hubiéramos optado por cenar en su casa y, de paso, comentarme que su propuesta había tenido una gran aceptación. ¡Están a tiempo de sondear!

Si no, siempre nos quedará el delivery… Y, por favor, en casa con las ventanas semiabiertas.