Los más aficionados al whisky saben que tienen en la guía del crítico Jim Murray su sagrada biblia. Es el prontuario que recoge lo mejor entre lo mejor de los whiskies del mundo. El periodista y divulgador inglés, junto con su equipo de expertos, analizan anualmente en su laboratorio de degustación los más notables elixires que encuentran por el mundo, los puntúan del 0 al 100 de acuerdo a su nariz, gusto, acabado y equilibrio y, finalmente, recogen todo ese trabajo en el libro Jim Murray's Whisky Bible.
En su edición de 2015, la reputada guía dio como vencedor absoluto, con su particular título de «Mejor Whisky del Mundo», al Yamazaki Sherry Cask 2013. Y, este invierno, el grande entre los grandes está de vuelta en una nueva edición limitada de cinco millares de botellas anunciada hace apenas unos pocos días.
El Yamazaki Sherry Cask 2016 se elabora con una mezcla de whiskies de malta escrupulosamente seleccionados, de entre más de cien muestras, en el que cada uno es importante. La mixtura repleta de matices, entonces, encara el camino que la va a definir. Ese no es otro que el de la maduración en barricas de roble de jerez, esas que puntualmente llegan a Japón provenientes de España desde 1924. Las garantes de la distinguida combinación de madurez y finura de la que hace gala esta referencia. Por ello el Master Blender de Suntory, Shinji Fukuyo, que es quien selecciona en nuestro país, en persona, las barricas que contendrán sus whiskies, no duda en afirmar que es «el encuentro entre España y Japón en forma de whisky».

El Sherry Cask de 2016 dicen que no es para principiantes, que no ha sido creado para ellos. Este Yamazaki es para los amantes del whisky de Suntory, las personas capaces de distinguir sus complejos matices y todos aquellos elementos que intervienen en su alumbramiento. Fukuyo no tiene dudas sobre ello.
Yamazaki Sherry Cask 2016, que se presenta en la clásica botella de la destilería japonesa, se recomienda servir solo, como mejor se aprecian las notas a pasas, cacao, tomate seco o clavo en el olfato. Si se opta por servirlo con hielos, se abrirá al paladar, con un dulzor algo mayor; y si uno se decanta por diluirlo en agua, comprobará cómo hacen acto de presencia unas primerizas manzanas de temporada.