Albahaca: qué es, para qué sirve y beneficios

Una planta de albahaca con sus hojas frescas
La albahaca es una de las plantas aromáticas más empleadas en cocina. Te descubrimos qué es, cuál es su origen, así como sus beneficios y contraindicaciones al usarla en tus recetas de cocina.
Por Laia Shamirian
15 de junio de 2023

En el mediterráneo, la albahaca se sintió como en casa aunque sus orígenes se sitúan en Asia. Sus variedades van desde el brillante verde de la genovesa hasta el morado de la albahaca púrpura. Y sus beneficios se siguen investigando por lo prolífico de sus biocompuestos activos: ayuda a calmar nuestros nervios, cuida desde el corazón hasta el estómago y gusta de hacer la vida más fácil a las personas con diabetes mientras su penetrante aroma hace las delicias de cualquier chef. ¿Alguna contraindicación? Es posible si hacemos un uso excesivo. Todo sobre ella, sus variedades, propiedades y magníficos usos culinarios, a continuación.

Qué es y para qué sirve la albahaca

La albahaca (Ocimum basilicum) es una hierba aromática que pertenece a la familia de la lamiáceas, la misma que la menta. Es originaria de zonas tropicales de África y el Sudeste Asiático, su hoja es tierna y se ha utilizado como condimento durante milenios en todo el mundo.

Aunque en nuestro imaginario aparece como una planta menuda sobre la encimera de la cocina, en realidad puede llegar a alcanzar hasta el 1,30 m de altura. Su color varía del verde al morado intenso, y en la última década, su versión hidropónica, cultivada sin la necesidad de tierra, se ha extendido entre las marcas más famosas de la industria alimentaria.

Es común hacer uso de la albahaca como condimento seco, aunque también puede cocinarse o utilizarse en su imbatible versión fresca. Su potencial es tal que puede decorar y añadir frescura a la pizza de tomate y mozzarella, coronar la ensalada caprese y contarse entre los ingredientes indispensables de un buen pesto, la salsa originaria de la región de Liguria a base de albahaca, piñones, ajo y queso parmesano sobre aceite de oliva. Más allá de su penetrante aroma la albahaca sirve para calmar los nervios, aliviar el malestar estomacal y preservar nuestro organismo joven. ¿Se puede pedir algo más?

Origen y cultivo de la albahaca

La albahaca es originaria de Asia menor y Persia y crece en regiones templadas y templadas-cálidas. Se adentró en Europa a través de las rutas comerciales milenarias, estableciéndose en la cuenca del mediterráneo que, con una media de 15 °C a 25 °C, se convirtió en un territorio ideal para su cultivo. Prueba de ello es su icónico uso en la cocina italiana.

La etimología de albahaca es cajón lingüístico y testimonio histórico. Según INECOL, el Instituto de Ecología Mexicano, la raíz del nombre científico Ocimum basilicum proviene del griego "okimon" y "basilikon", término que designa majestuosidad. Y mientras su denominación en italiano, basilico, y en francés, basilic, reflejan la conexión con la antigua Grecia, en castellano "albahaca", derivado del árabe clásico habaqa, nos muestra la íntima conexión con el al-Ándalus de la Edad Media.

Hojas de la aromática albahaca fresca

Sobre el cultivo de la albahaca hay que saber que esta lamiácea es una enemiga natural de las heladas por lo que hay que evitar que se enfrente a temperaturas inferiores a los –2 °C. Puede cultivarse en vivero, en tierra o de forma hidropónica. En el primer caso, incluso febrero y marzo pueden ser buenos momentos de siembra ya que goza de protección climática. En cualquier otro caso, los meses ideales de siembra son abril y mayo, teniendo en cuenta el clima de la región y su temperatura óptima de 20 °C con preferencia por suelos no salinos. Al cabo de diez días podemos gozar de los primeros brotes.

Tipos de albahaca

La variedad de albahaca más conocida en Occidente es la genovesa y en menor medida la púrpura. En Asia, por su parte, abundan la albahaca tailandesa y la albahaca limón que pueden enriquecer enormemente nuestro recetario cuando aprendemos a usarlas. Hay otras variedades menos abundantes como la alpina que es capaz de resistir a temperaturas más frías o la canela. A continuación, profundizamos en las cuatro variedades más presentes en nuestras cocinas: albahaca genovesa, púrpura, tailandesa y limón.

Albahaca Genovesa

La albahaca genovesa es vigorosa, de verde intenso, y se considera de fácil cuidado puesto que no requiere mucho más que la protección del frío y un buen riego. Se puede adquirir con cierta sencillez y mantener cerca de nuestros fogones durante todo el año. Su sabor es una combinación dulce y penetrante y la receta por excelencia es el pesto a la genovesa, una conexión directa con Italia.

Albahaca Púrpura

La albahaca púrpura sabe cómo atraer la atención con su intenso tono morado. Sus hojas son tan carnosas como las de la albahaca verde, y su aroma es cítrico. Se pueden añadir unas hojas sobre un pescado caldoso o infusionar en agua a sabiendas de que ofrece un sabor más picante que la albahaca genovesa.

Albahaca Tailandesa

La albahaca tailandesa cuenta con característicos ramilletes morados en la punta de sus tallos que la convierten en todo un espectáculo visual en el jardín. Sus hojas son verdes, ovaladas y carnosas y por su amplia distribución en Asia es la preferente en la preparación de platos como el Pad Kra Pao, el pollo frito con albahaca tailandés, o el arroz con albahaca.

Albahaca Limón

La albahaca limón es la más cítrica de todas. Como ocurría con la tailandesa, esta variedad se extiende sobre todo en el norte de África y el sur de Asia donde se utiliza extensamente para todo tipo de salsas y aderezos. Por ejemplo, bien picada se puede incorporar en equilibrio sobre una base de mantequilla fundida y añadir al pollo o en vinagreta, en conjunción con aceite, vinagre y una pizca de sirope para dar un toque extraordinario a nuestras ensaladas. La albahaca limón también se ha atrevido ha añadir frescura en los postres.

Invernadero con plantas de albahaca

Propiedades y beneficios de la albahaca

La albahaca puede ayudar a mejorar el estado anímico, disminuir la ansiedad, mejorar la salud cardiovascular y según los estudios, puede ser una aliada en la prevención del cáncer. También cuenta con un gran aporte de antioxidantes que ayudan a alargar la vida de nuestras células.

Efecto anti-hipertensión y cardioprotector

El eugenol es un compuesto presente en la albahaca que se encuentra en concentraciones elevadas en el aceite esencial. Este componente tiene una función vasodilatadora y es capaz de mediar evitando la agregación plaquetaria. De esta forma, su presencia otorga a la albahaca una actividad cardioprotectora y aliada contra la hipertensión.

Mejoras sobre el sistema respiratorio

La albahaca contiene propiedades bronquiodilatadoras, vasodilatadoras y antimicrobianas que hacen efectivo su uso para afecciones como el asma, la bronquitis e infecciones respiratorias diversas. Ello la convierte en un aliado del sistema respiratorio con usos posibles desde múltiples perspectivas.

Capacidad antidepresiva, sedante y ansiolítica

La serotonina es un neurotransmisor clave para un buen estado anímico. Según estudios con modelos animales el aceite esencial de albahaca ejerce un efecto antidepresivo similar a la fluoxetina, es decir, es capaz de asegurar una mayor cantidad de serotonina disponible, y por ende, mejorar el estado anímico. Tanto el aceite esencial como el extracto de albahaca han demostrado un efecto sedante y regulador de la ansiedad. Dos de los compuestos relacionados con este atributo son el geraniol y el estragol, aunque ambos siguen siendo estudiados en profundidad por sus posibles efectos tóxicos cuando son utilizados en cantidades tan altas como 900 mg/kg del animal.

Propiedades antidiabética

¿Por qué Ocimum basilicum resulta de interés en casos de diabetes? Porque los compuestos bioactivos de esta aromática planta pueden mejorar el equilibrio de glucosa en sangre gracias a la inhibición de la absorción de carbohidratos, de tal forma que su consumo actúa de forma paralela a la insulina sin riesgos. Con ello se consigue una menor concentración de glucosa en sangre, lo que resulta en un efecto de gran potencial para los pacientes con diabetes.

Ayuda al sistema digestivo

La albahaca es antihistamínica y tiene acción reguladora sobre las secreciones gastrointestinales, lo que la convierte en una gran aliada ante úlceras gástricas y otros desórdenes digestivos. Esta planta también ha demostrado tener un papel protector ante parásitos como Blastocystis hominis y bacterias como Helicobacter pylori, causantes de diarrea, dolor abdominal y úlceras gástricas.

Efectos anti-inflamatoria

El ácido rosmarínico junto a otros ésteres presentes en la albahaca tienen un gran potencial para el tratamiento de enfermedades inflamatorias tales como el reuma artrítico. Interactúa con diversas vías reguladoras de la inflamación de tal forma que en modelos animales ha demostrado una acción muy similar a la cortisona.

Capacidad antimicrobiana y antibacteriana

La albahaca impide el crecimiento de cándidas y Escherichia coli entre otros microorganismos. Además, despierta especial interés para combatir infecciones de algunas poblaciones bacterianas con mayor resistencia ante los antibióticos como pseudomonas y staphylococcus. El aceite esencial de albahaca genovesa es uno de los más eficientes gracias a sus compuestos oxigenados como el linalol.

Posible anticancerígeno

La albahaca cuenta con una amplia gama de componentes terapéuticos como ácidos fenólicos, antocininas, taninos, flavonoides, isoeugenol y ácido rosmarínico. Estos compuestos ejercen actividades antiproliferativas, antimutagénicas, apoptóticas, citotóxicas y quimio-moduladoras. Estas funciones tienen una relación íntima con el control y la prevención del crecimiento tumoral por lo que se ha convertido en diana de estudios sobre la prevención del cáncer.

Efectos antioxidantes

Aunque la albahaca genovesa es considerada una de las variedades más ricas en antioxidantes, la variedad de albahaca morada contiene además una elevada concentración de antocianinas que potencian dicha actividad. Ambas son capaces de reducir la cantidad de radicales libres, compuestos relacionados directamente con el envejecimiento celular.

Contraindicaciones de la albahaca

¿Cuáles son los efectos secundarios de la albahaca? Posibles alergias y la acostumbrada recomendación: evitar dosis altas en caso de embarazo, lactancia y en menores de 2 años. La razón es sencilla: esta planta ha demostrado ser un alimento confiable durante milenios, por lo que sus contraindicaciones no se extienden más allá de los períodos de mayor sensibilidad.

De hecho, los estudios toxicológicos con modelos animales tan sólo observaron respuestas tóxicas como erosión de la mucosa estomacal con dosis de aceite esencial de albahaca superiores a los 2000mg/kg. Y otras investigaciones han observado de cerca la posible conversión en un valor muy, muy por encima de la cantidad que podría rozar nuestra dieta y la cantidad recomendada de forma segura por la EFSA de 2-4 g de hoja seca de 2 a 3 veces al día.

Cómo se puede comer la albahaca: recetas y usos de cocina

La albahaca puede comerse fresca, seca o cocinada. La mejor forma de utilizarla fresca es cortando las hojas más verdes y radiantes de tu propia planta y lavándolas tan sólo justo antes de utilizarla sobre tu ensalada caprese o pizza. De esta forma, aprovecharás su todo su potencial aromático. La salsa pesto, su emblema, se elabora con el uso de unas hojas de albahaca frescas bien picadas justo antes de añadir el queso.

Ensalada Caprese

Seca, es decir, la albahaca deshidratada y picada puede ser el toque final de una salsa o la decoración sobre unas tostadas de tomate seco y queso. Otros de sus usos no siempre igual de conocidos son las infusiones de albahaca, los caldos y los aceites condimentados. En verano, hay quién decide darle un toque extra refrescante a sus bebidas con cubitos de hielo hechos con hojas de albahaca o incluso se lanzan a elaborar tartaletas de limón y albahaca.

¿Qué cuidados requiere la planta de albahaca?

Los mejores consejos sobre cómo plantar y cuidar la albahaca en casa incluyen asegurar una buena fuente de luz, una tierra no apelmazada y rica en humus, el abono orgánico por excelencia, y mantener a nuestro condimento aromático en buenas condiciones de humedad. Para conseguir esto último lo ideal es optar por riegos diarios y breves, asegurando la hidratación sin llegar a ahogarla.

De igual manera, es recomendable utilizar macetas con orificios que aseguren el drenaje. Es importante evitar los rayos de sol directos en verano para que sus hojas no lleguen a secarse y por encima de todo, hay que protegerla de las heladas. Con estos cuidados podremos disfrutar de sus hojas frescas todo el año.

¿Cómo conservar la albahaca fresca?

La mejor forma de conservar la albahaca fresca es no lavándola hasta justo antes de hacer uso de ella. También se puede hacer uso de baños de agua fría que alargan su vigorosidad y pueden revivir sus hojas tras un día caluroso. Si debemos guardarla durante días la primera opción es bien cubierta y seca en la nevera, en caso contrario, puede mantenerse durante más tiempo, aunque con la consecuente pérdida de aroma y sabor, envuelta en papel de aluminio y en el congelador. Cómo seguro imagináis, pocas fórmulas son mejores que el cuidado de una albahaca en casa y la posibilidad de utilizar sus hojas frescas en cualquier momento de inspiración culinaria.