Pedro Subijana es interés, exigencia, pulcritud, inconformidad y caminar lento pero seguro. La historia de alguien que aunque siempre relacionado con la cocina, con un paladar acostumbrado a los buenos restaurantes del entorno a los que le llevaba su abuelo de pequeño y las celebraciones en torno a una buena mesa, si no hubiese conocido la existencia de las escuelas de hostelería habría terminado en una facultad de Medicina.
![Retrato de Pedro Subijana](https://imag.bonviveur.com/retrato-de-pedro-subijana.jpg)
Afortunadamente para la gastronomía de nuestro país —y quizás desafortunadamente para la medicina—, el donostiarra descubrió el arte de la cocina en la escuela de hostelería de Madrid y la Luis Irizar de Zarauz, consolidó el saber adquirido en establecimientos de la talla del Zalacaín matritense o el guipuzcoano Mesón de Idiakez y puso la carne sobre el asador, nunca mejor dicho, cuando tomó las riendas de su casa, el restaurante Akelarre.
Su cocina labrada con tesón y pionera junto a la de Juan Mari Arzak en la renovación experimentada en la gastronomía vasca, con la llamada nueva cocina vasca, han sido determinantes como es natural para elevarlo a figura mundial y referente sin paliativos. El mundo en el que se mueve es complicado, siempre está en movimiento y cualquier paso en falso puede hacerle a uno caer, pero es lo que le gusta, es su pasión y, en definitiva, su vida.
![Plato de carpaccio de pasta, piquillo e ibérico con setas al parmesano](https://imag.bonviveur.com/plato-de-carpaccio-de-pasta-piquillo-e-iberico-con-setas-al-parmesano.jpg)
Y Akelarre es él mismo y su equipo, un reflejo de su saber, una expresión de su visión sobre todo, la impronta más inequívoca de una vocación basada en la comida y en un ritual de servicio en el que el más mínimo detalle es importante.
En el restaurante, ubicado en una casa de ambiente clásico y con vistas al mar dada su privilegiada situación en lo alto del monte Igueldo, el comensal es invitado por el propio chef a optar por comer con la fórmula del menú degustación con tres propuestas: el menú Aranori, el Bekarki y Los clásicos de Akelaŕe. ¿La razón de esta recomendación? Las razones de su conformación: cuidada selección, equilibrio entre los platos, temporalidad de productos y actualidad de todas las creaciones con las últimas novedades.
![Plato de tartar de buey del Akelarre](https://imag.bonviveur.com/plato-de-tartar-de-buey-del-akelarre.jpg)
Pero si prefiere el comensal conformar su propio menú degustación, combinando por ejemplo un tartar de buey con nueva patata suflé y pan de hierbas aromáticas con una merluza y su kokotxa con hoja de ostra y un tarro roto de yogur, gatzatua y frutos rojos como postre, cabe la posibilidad de hacerlo.
Una propuesta gastronómica de altura, cocina arraigada a la tierra que la ve nacer, pero con un ojo puesto en el futuro; una catedral de la alta cocina.
Akelarre
Calle Padre Orcolaga, 5620008 San Sebastián (Gipuzkoa)
943311209
www.akelarre.net
Creativa, De mercado
170€-180€