Marta Hortelano, gastronomía sin artificios

Fotografía de Marta Hortelano
Esta periodista es gastrónoma hasta la médula. Es de esas que disfrutan con la misma intensidad un buen pedazo de pan regado por un buen aceite que una cena en Azurmendi, uno de sus restaurantes predilectos. Gastronomía sin dobleces, sincera, al corazón.
Por Toni Castillo
29 de septiembre de 2016

Aunque está vinculada profesionalmente a la política de una forma profunda, la gastronomía es seguramente su principal pasión. Ha sido la sombra de un partido político desde la redacción del periódico Las Provincias, ha trabajado en la comunicación digital de esa misma formación y desde hace unas semanas es la directora general de Relaciones Informativas y Promoción Institucional de la Generalitat Valenciana, pero Marta Hortelano (Cuenca, 1985) no perdona una buena mesa.

Con seis u ocho años preparó su primera receta, un bizcocho de limón que aparecía en un libro de lengua del colegio. Todavía conserva el primer recetario que llegó a sus manos, poco después de su iniciación en la cocina. Y ha leído cientos y cientos de publicaciones gastronómicas, habiendo formado parte hasta hace bien poco del equipo de Montagud Editores, la gastroeditorial española por excelencia. En ella se reconcilió con el periodismo, su oficio, gracias a la paciencia con la que se trabajan las historias y cualquier texto. Esa misma paciencia que dedicaríamos a preparar una receta especial, a paladear un buen plato.

¿Cuáles son los tres primeros alimentos que te entran ganas de adquirir cuando sales de compras?

Queso, pepinillos y un buen pan.

¿Cuál es ese restaurante que repetirías sin parar?

Azurmendi, de Eneko Atxa, pero como no me viene muy a mano, me conformo con ir una vez al año. Para repetir y repetir me quedo con La Salita y L’Escaleta.

¿Y cuál el que no has ido pero te mueres de ganas por ir?

Faviken. Por el restaurante, por el cocinero y por la escapada.

¿En qué placer culpable te gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?

Lo sé, es una guarrada, pero me encanta el kétchup.

¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?

No sé cuál es el mejor, pero me encanta al que yo voy. Mercado de Ruzafa, en Valencia. Aunque soy consumidora de tienda pequeña de mi barrio, Campanar.

¿Qué capricho foodie te has dado recientemente o te gustaría darte?

Irme con dos amigas a pasar dos días de escapada gastronómica y hacer un La Malaje-Aponiente-Lakasa de una sentada.

¿Recuerdas alguna locura que hayas hecho por amor... a la cocina?

En mi último cumpleaños me desperté, cogí el coche desde Valencia, cené en Azurmendi, dormí y me volví a casa. Lo que se dice ir a cenar a Bilbao y volver. Muy de Bilbao, jajaja.

¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?

El foie. El caviar. El lujo por el lujo. Garrulismo. El verdadero lujo es un buen pan con un buen aceite.

Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?

La lista de espera para comer. Me aburre.

¿Y cuál se infravalora?

La sala. Esa que está pero no se nota. ¡Pero cómo se nota cuando no está! Ese servicio de sala de Aponiente... de Santceloni...

¿Tu cocinero/a favorito/a?

Todos los que me han dado de comer para celebrar alegrías. Son ya unos cuantos.

¿Qué crees que debería ponerse de moda en la cocina?

Los quesos y las mantequillas. Felicidad pura.

Si nos invitas a tu casa a cenar, ¿qué nos cocinarías?

Siempre que invito a cenar a gente a casa preparo cosas que me permitan estar en el aperitivo y en la mesa desde el primer momento. No me gusta perderme la conversación, que es para lo que vienen los colegas. En mi casa no os faltará una tabla de queso, buen vino, jamón y algo que compartir. Va, me mojo. Unos slappy joes para guarrear o un curry, que me salen de muerte.