Alexandra Sumasi, un paladar privilegiado

Alexandra Sumasi sentada a la mesa
A Alexandra Sumasi y su paladar pocos sabores se les escapan. El secreto de esta periodista probablemente lo encontremos en su experiencia. Grandes restaurantes a sus espaldas, mucha experimentación y pinitos propios entre fogones.
Por Toni Castillo
05 de abril de 2017

Siente como un regalo de la vida, una verdadera dádiva del destino, ser periodista y poder dedicarse a la cuestión gastronómica. Alexandra Sumasi (Barcelona, 1970) divide su historia en dos etapas que se reparten entre la ciudad que la vio nacer, la Condal, y la que es su hogar, Madrid. La primera, dice, la formó como persona, «me dio una cultura gastronómica impecable y me transmitió ese aplomo que se necesita para vivir en un lugar que no es el tuyo y alejada de tu familia».

Esta comunicadora está acostumbrada a cocinar y comer bien, con fundamento, desde que era pequeña. Está habituada a apreciar las bondades de la verdura desde tierna edad y descubrir el profundo sabor del mar con la democratización de la culinaria más elevada. «Hasta que la alta cocina no bajó a la tierra, al común de los mortales, el pescado no lo comía», nos confiesa.

A estos gustos suma los de la carne y el vino, no necesariamente por ese orden, y un bagaje más que deseable en restoranes emblemas de este país. Con la mayoría de edad recién cumplida pisó su primer estrella Michelin, el Via Veneto de Barcelona. Uno o dos años más tarde se sentó a la mesa del restaurante entre restaurantes, elBulli de Ferran Adrià, siguiendo poco después sendas visitas a Can Fabes del desaparecido Santi Santamaría y a El Celler de Can Roca de los hermanos Roca.

Con esta experiencia y siendo una habitual de míticos barceloneses como Gorría, Reno o la tortillería Flash Flash no es extraño que Alexandra pueda alardear de capacidad palatal: «Presumo de tener un paladar excelente y de saber identificar los ingredientes que componen un plato». «Fallo pocas veces», concluye la actual directora de Gourmet Magazine News, la publicación del Club del Gourmet de El Corte Inglés, y colaboradora gastronómica de eldiario.es y la revista Beef!.

¿Cuáles son los tres primeros alimentos que te entran ganas de adquirir cuando sales de compras?

Tomates o en su defecto, cualquier verdura, unas latas de conserva de pollo de la marca gallega Coren (es como atún en lata pero con pechuga de pollo) y yogur natural en tarro de vidrio.

¿Cuál es ese restaurante que repetirías sin parar?

Tickets. Una vez has ido, hay un antes y un después.

¿Y cuál el que no has ido pero te mueres de ganas por ir?

Enigma, pero eso se solucionará próximamente.

¿En qué placer culpable te gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?

Patatas fritas y pizza. No como casi nunca pero ambas cosas me encantan.

¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?

Por precio y calidad, en Barcelona el Mercat de Sant Antoni y en Madrid el Mercado Maravillas. Si buscamos exclusividad y glamour, en Barcelona el Mercat Galvany y en Madrid el Mercado de la Paz.

Cuando yo era niña mis padres compraban distintos productos en La Boqueria, y si bien La Boqueria sigue teniendo productazo ahora se ha vuelto un lugar imposible.

¿Qué capricho foodie te has dado recientemente o te gustaría darte?

Hace poco robé furtivamente un puñado de llardons (chicharrones, que es una especie de corteza de cerdo que se vende en charcuterías al peso) de una de las estanterías de Entrada de Mercancías (Ibiza, 35), el privado abierto recientemente por el matrimonio Pedraza-Carro.

En Madrid este producto es imposible de encontrar y Santi Pedraza se lo hace traer desde Cataluña. Es una bomba calórica pero... ¡están deliciosos!

¿Recuerdas alguna locura que hayas hecho por amor... a la cocina?

Más que a la cocina..., ¡amor por la bebida! Jajaja. Beber a horas insospechadas como cuando mi amigo Alberto Granados y yo, paseando por el mercado Shuk Hacarmel en Tel Aviv, viendo una pequeña bodega, nos liamos la manta a la cabeza y nos pusimos a beber vino a las 10 de la mañana, y todo por acompañar a unos judíos de origen ruso que hacían lo propio con ¡vodka! También recuerdo un desayuno con champagne y fresas...

¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?

El plancton. Muchos cocineros se han emocionado con su uso y lo utilizan en cualquier plato. Es un ingrediente complicado y hay que saber usarlo.

Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?

En muchos casos prima más el gusto por la estética en el plato que el sabor de los alimentos. También se sobrevalora el uso de muchos ingredientes cuando creo que la perfección, o lo más cercano a esta, es cocinar con pocos ingredientes, y que te salga un plato con sabor, claro.

¿Y cuál se infravalora?

La sencillez.

¿Tu cocinero/a favorito/a?

Diego Guerrero: por su técnica, por la delicadeza que denotan sus platos, por el sabor de los mismos, y por su persona. Es un cúmulo de buen rollo, muy alejado del cocinero estrella cabeza hueca.

¿Qué crees que debería ponerse de moda en la cocina?

La creatividad de verdad que no es más que crear un plato, con pocos ingredientes, y que te salga redondo. A veces parece que lo bueno sea mezclar cuantas más cosas mejor y no; eso sabe hacerlo perfectamente un niño de 2 o tres años.

Si nos invitas a tu casa a cenar, ¿qué nos cocinarías?

Antes me complicaba mucho la vida y en lugar de estar con mis invitados, pasaba la velada en la cocina; ahora apuesto por el producto, ese que con dos vueltas ya está perfecto. Y todo acompañado de buenos vinos, por supuesto.