Esther Cerveró, la voz de los restaurantes

Retrato de Esther Cerveró
Aunque durante años la información política ha dominado su carrera profesional, ahora Esther Cerveró comunica gastronomía, una de sus grandes pasiones.
Por Toni Castillo
30 de agosto de 2017

«Soy y seré siempre plumilla», afirma Esther Cerveró. En sexto de EGB decidió que quería dedicarse a escribir, ser periodista, y su vocación dice que no ha cambiado ni un ápice desde entonces. Tras formarse en el CEU San Pablo, comenzó en las ondas con un programa de cine, en la 97.7 Radio, pasó a informativos de COPE Onda Naranja, ha vivido en las redacciones de los dos grandes periódicos valencianos, Levante y Las Provincias, en la de la agencia Europa Press, la del desaparecido Valéncia Hui y en la de El Mundo, donde vuelve a colaborar con una columna dominical de crónica social.

Tras su paso por estos medios, Esther se dedicó intensamente a la comunicación política desde el lado de los partidos políticos y las instituciones. Años y años al lado de cargos políticos y candidatos hasta que necesitó un cambio. Y decidió lanzarse en brazos de la gastronomía, la pasión que desde la infancia le inculcó su padre en templos como Casa Montaña, La Barraca o Casa Guillermo. Los primeros pasos fueron unas crónicas culinarias para Viu València, más tarde se sumó la gestión de las relaciones con la prensa del chef Víctor Rodrigo y finalmente la creación, junto a su marido Tomás, de su propia agencia de comunicación, Atreica.

En su empresa ha logrado aplicar las técnicas comunicativas aprendidas en el ámbito político y satisface las necesidades comunicativas de restaurantes como Ameyal, La Ferrera, Samsha o Lienzo, de instituciones gastronómicas como Valencia Club Cocina o el Mercat Central de València —fue su voz hasta hace poco— y de cocineros como Carlos Julián. Además, desde hace unos meses, Esther Cerveró dirige y presenta en el canal 7 Televalencia el programa culinario Gastroteca.

¿Cuáles son los tres primeros alimentos que te entran ganas de adquirir cuando sales de compras?

Queso, pescado y fruta.

¿Cuál es ese restaurante que repetirías sin parar?

Ricard Camarena.

¿Y cuál el que no has ido pero te mueres de ganas por ir?

El Celler de Can Roca.

¿En qué placer culpable te gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?

Me encanta el chocolate… Para mí una comida redonda finaliza con un buen postre y un buen café sin azúcar.

¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?

Mis recuerdos más vivos sobre un mercado son del Cabanyal. Pasear por él es una delicia, es pequeño pero eso también se agradece porque todo el mundo se conoce.

¿Qué capricho foodie te has dado recientemente o te gustaría darte?

Irme a Cataluña a comerme unos calçots.

¿Recuerdas alguna locura que hayas hecho por amor... a la cocina?

Cualquier cosa ligada a la cocina está llena de amor y pasión. ¿Cómo puede ser una locura?

¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?

Empiezo a estar un poco harta de los bao… Te los encuentras hasta en la sopa.

Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?

La puesta en escena. Si no está bueno, no sirve de nada.

¿Y cuál se infravalora?

La importancia de una buena sala. Todo tiene que ser un engranaje perfecto.

¿Tu cocinero/a favorito/a?

¿Puedo decir mi abuela? Jajaja. Ella le dio su receta de pilotes de Nadal a La Pepica original. La que da nombre al restaurante de Las Arenas.

No en serio, me tiro por lo valenciano. Me encantan Ricard Camarena y Quique Dacosta. Creo que Kike Jiménez también lo está haciendo muy bien, y tenemos jóvenes valores como María José Martinez o Pablo Ministro, que tienen mucho que decir.

¿Qué crees que debería ponerse de moda en la cocina?

La honestidad con el cliente.

Si nos invitas a tu casa a cenar, ¿qué nos cocinarías?

Me tiraría a lo tradicional… Los pimientos rellenos de arroz de mi madre. Por siempre jamás serán mi plato favorito.