Marta Vives y la creatividad como forma de vida

Retrato de Marta Vives
Sin expresarse, sin dejarse llevar por la creatividad, Marta Vives no sería la misma. Esta catalana afincada en Madrid, es actriz de cine, televisión y teatro, periodista en una agencia de comunicación e incluso cantautora. La expresión vive en ella.
Por Toni Castillo
22 de febrero de 2017

Marta Vives (Igualada, Barcelona, 1988) es tremendamente curiosa y vivaz. Una de esas personas que necesita aprender a cada momento. Que le gusta moverse constantemente entre palabras e ideas. Y que se siente plena en cuanto es capaz de expresarse con libertad, sin importar demasiado la forma, siempre que encuentre el método más entretenido.

Lo hace en estudios cinematográficos interpretando papeles como el de Jerónima de Burgos —una de las amantes y musas de Lope de Vega— en la película para televisión Cervantes contra Lope. Ante un folio en blanco, como el que tiene delante cada vez que escribe en su personalísimo blog, emprendido hace una década como particular archivo de sus íntimas reflexiones. O sobre un escenario frente a un micrófono, cantando mientras se deja llevar, una vez más, por la creatividad.

Porque la catalana es actriz, formada en el Ward Acting Studio de Nueva York y en el Estudio Nancy Tuñón-Jordi Oliver de Barcelona. Es periodista, licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y parte de una agencia de comunicación de Madrid, donde reside. También cantautora, actividad que hace un lustro la llevó a publicar sencillos como Teenage Time con el nombre artístico Capri Elle. Y, claro está, una aficionada al buen yantar.

Cuando se trata de comer, y sobre todo de comer bien, Marta prefiere la carne. «Un buen solomillo», es el común denominador de todos los restoranes que no dejaría nunca de visitar. Y, también, de sensaciones. Recuerdos, sentimientos puestos en el plato, evocaciones y la atmósfera, sea cual sea, que rodea el goce de un buen ágape.

¿Cuáles son los tres primeros alimentos que te entran ganas de adquirir cuando sales de compras?

Salmón ahumado, aguacate y papaya.

¿Cuál es ese restaurante que repetirías sin parar?

Hay varios pero todos tienen algo en común: un buen solomillo. Sin reducciones al Pedro Ximénez ni otros disfraces.

¿Y cuál el que no has ido pero te mueres de ganas por ir?

Me apetece probar el Amazónico en Madrid, me han dicho que está muy de moda y de vez en cuando estar a la moda es divertido.

¿En qué placer culpable te gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?

Nunca le veo la culpa al placer, pero entiendo que si me comiera todos los bombones Mon Cherry que me apetecen, me culparían de monopolio.

¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?

Los mercados callejeros de verano en Italia.

Fotografía de Marta Vives

¿Qué capricho foodie te has dado recientemente o te gustaría darte?

Me gustaría aprender a hacer falso risotto con trufa e invitar a mis amigos a que lo prueben.

¿Recuerdas alguna locura que hayas hecho por amor... a la cocina?

Por amor he cocinado, eso es una locura para mí. Entiendo que para ellos también lo fue porque luego me dejaron.

¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?

La sal.

Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?

El trato de usted.

¿Y cuál se infravalora?

El jabón de manos que no reseque la piel.

¿Tu cocinero/a favorito/a?

Mi amiga Valentina, ella expresa el amor por sus amigos a través de la cocina y se nota, es una suerte que te prepare un buen plato.

¿Qué crees que debería ponerse de moda en la cocina?

¿El bailar mientras se cocina? A mí me parece básico.

Si nos invitas a tu casa a cenar, ¿qué nos cocinarías?

Te invitaría a cocinar conmigo mientras tomamos una copita de vino (así si el plato sale mal, no es sólo cosa mía y si sale bien… seguro que es cosa tuya).