Iñigo Galatas, crítico por pasión

Retrato de Iñigo Galatas
Lo suyo con el vino, y también con la gastronomía, es pura obsesión. Una pasión constante y persistente que Iñigo Galatas ha cultivado a lo largo de los años y muchas experiencias.
Por Toni Castillo
30 de noviembre de 2017

Iñigo Galatas (Pasay City, Filipinas, 1957) dice que lo de ser publicitario se le ocurrió. La ocurrencia, por fortuna para su disfrute, le llevó a encontrarse por el camino con Julio Camba. Este amigo, nos cuenta, «me ilustró la manera de disfrutar a lo grande de las cosas pequeñas que te da una vida». El paso siguiente lo ilustra metafóricamente con recuerdos galos: «En el 91 me caí en una cuba de buen vino y se hizo la luz: existían más zonas vinícolas que no fueran Rioja». Desde entonces, afirma, su obsesión lo ha llevado a difundir esta noticia sin descanso y conocer a personas como Quim Vila.

Profesionalmente, Iñigo Galatas ha conducido un programa de televisión en una cadena local con Mitxel Ezquiaga, encargándose de una sección sobre restaurantes, vinos y gastronomía llamada «La Buena Vida»; presentó otro programa culinario y de vinos llamado «Sopa de Ganso», con ese guiño a los hermanos Marx, cuyo libro Groucho y yo «me enseñó que en esta vida lo peor que se puede hacer es tomárselo todo demasiado en serio»; y es crítico gastronómico y de vinos en medios como Diario Vasco.

Además, esa pasión por los vinos lo ha llevado a fundar un grupo, Los iRekonductibles, que se reúne una vez al mes en la bodega del restaurante Rekondo en San Sebastián. «Y hasta ahora nada puede mejorar esa propuesta».

¿Cuáles son los tres primeros alimentos que te entran ganas de adquirir cuando sales de compras?

Arroz, huevos y marisco.

¿Cuál es ese restaurante que repetirías sin parar?

Mesón Lugaritz, un local pequeño y alejado en un barrio de San Sebastián. Repito porque todos los días hay algo diferente.

¿Y cuál el que no has ido pero te mueres de ganas por ir?

Hélène Darroze en el Connaught Hotel de Londres.

¿En qué placer culpable te gusta incurrir (de vez en cuando) a la hora de comer?

Quesos. De todos los estilos pero sobre todo los cremosos y las tortas.

¿Cuál es el mejor mercado para ir de compras gastronómicas?

El pequeño mercado de Biarritz un sábado por la mañana.

¿Qué capricho foodie te has dado recientemente o te gustaría darte?

Aperitivo en la terraza del Hotel Akelarre, San Sebastián

¿Recuerdas alguna locura que hayas hecho por amor... a la cocina?

Por ambas cosas, por amor y por amor a la cocina sin tener un duro nos fuimos a celebrar un cumpleaños por todo lo alto en el Hotel Les Pyrénées de Fermín Arrambide.

¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?

El foie y el bacalao. Ya no me hacen gracia, a menos que sea una preparación excelsa.

Y en los restaurantes, ¿qué aspecto se sobrevalora?

El emplatado.

¿Y cuál se infravalora?

La sala.

¿Tu cocinero/a favorito/a?

Dos generaciones: Juan Mari Humada y entre los jóvenes Rubén Trincado.

¿Qué crees que debería ponerse de moda en la cocina?

Que los cocineros se aficionaran al vino y, por encima de todo, los menús degustación más cortos.

Si nos invitas a tu casa a cenar, ¿qué nos cocinarías?

Una tortilla de patatas y un roast beef inolvidables. Todo con champagne.