Martini, la marca de la historia del vermut

Carretas de Martini & Rossi
Martini
El vermut, como bebida, le debe mucho a Martini. La primera marca que comercializó el brebaje turinés y lo expandió por todo el mundo.
Por Toni Castillo
09 de mayo de 2017

A finales del siglo XVIII se cree que nació el vermouth en los valles del Piamonte, en el noroeste de Italia. El mismo lugar en el que nació en 1863, en los campos del norteño pueblo de Pessione, Martini. Una de las marcas más famosas del planeta. Una de las casas responsables de la popularización de esta bebida más allá de la península itálica.

En aquel enclave a un paso de Turín, al lado de la línea de ferrocarril que conectaba esta importante ciudad con Génova, el visionario emprendedor Alessandro Martini y el maestro artesano Luigi Rossi se unieron para dar forma a un brebaje especial. Debía ser una bebida que representase la belleza y el estilo de vida de su país. Un néctar que se elaborase haciendo uso de ingredientes puros y naturales. Así que decidieron crear un vermut.

Alessandro Martini y Luigi Rossi, creadores de MartiniMartini

La diferencia está en el sabor

Martini y Rossi, junto con Teófilo Sola, un tercer socio que se unió al proyecto tras constituirse como la Distilleria National di Spirito di Vino en Turín, tenían claro que diferenciarían su producto del resto. Romperían reglas y costumbres, convenciones preestablecidas, para destacar y lograr ser mejores. El sabor italiano iba a ser distinto.

Por eso, distanciándose de los vermús elaborados hasta el momento, de un carácter eminentemente amargo, difíciles de tomar para muchos, optaron por la suavidad, la sofisticación y la elegancia. Por una mezcla de vino e ingredientes botánicos que resultase sumamente agradable para la mayoría. Que sin perder las particularidades de esta famosa bebida, sobresaliese sobre el resto. Nació Martini Rosso, un emblema que a día de hoy continúa invariable.

Apenas unos años después, en 1865, la compañía ganaba su primer gran premio en Dublín, la capital irlandesa. Una senda que continuaría con fuerza las décadas siguientes hasta llevar acumulados en 1912 nada menos que trece grandes premios y cuarenta medallas de oro de diferentes competiciones de bebidas internacionales. Con hitos, en aquellos inicios, como la exportación de más de 300.000 cajas de vermouth a Estados Unidos en 1890. En 1903 ya era ampliamente conocida internacionalmente.

Las palabras inmortalizadas a la entrada de la llamada Casa Martini, «Donde hay voluntad, hay camino», se habían ciertas desde el primer momento. Querer es poder.

Fachada de Casa Martini, en ItaliaMartini

Barcelona, símbolo de la expansión del vermut Martini

A principios del siglo XX no cabía duda que Martini, y más concretamente el nuevo concepto de vermut que había iniciado, habían hecho historia. Para muchos, esta era la bebida del siglo XIX, y probablemente grandes personajes como la regente María Cristina de Austria compartían el reconocimiento.

La segunda esposa del rey Alfonso XII y madre de Alfonso XIII, conocida popularmente como doña Virtudes, fue quien otorgó a la empresa italiana durante el año 1897 el título de «Proveedor de la Casa Real Española» y mandó reproducir en los membretes su escudo de armas. Poco tiempo después, Martini desembarcaría completamente en España a través de la ciudad de Barcelona.

Carteles de Martini en BarcelonaMartini

Sería a través de un centro de importación a granel y embotellado promovido por el italiano Flaminio Mezzalama, gerente de Martini & Ross, y un pequeño bar, «el Petit Torino». La planta, pensada como una pequeña sucursal de la casa italiana, pronto se convirtió en capital por las cantidades que empezó a manejar. El éxito en la Ciudad Condal había sido atronador.

Así fue como el turinés, considerado padre del turismo gastronómico, decidió poner en marcha un segundo bar en apenas un año, abriendo en septiembre de 1902 el legendario Café Torino, conocido también como «el Palacio del Vermouth». Aquella esquina del Paseo de Gracia con la Gran Vía, obra maestra del modernismo en la que participaron Antoni Gaudí, Pere Falqués y Josep Puig, introdujo la moda del vermut en España. La marca de la historia del vermut daba un paso más en su alcance mundial.

¿El secreto del histórico Martini? Su fórmula

Alessandro Martini y el maestro artesano Luigi Rossi sabían cómo iba a ser su primer vermut pero no cómo hacerlo. Las recetas conocidas hasta entonces no les valían, así que tuvieron que investigar. La búsqueda se prolongó durante meses y meses para terminar en 1863 con el hallazgo de la fórmula de Martini.

Una manera de proceder y unos ingredientes que no han variado en más de 150 años. Una receta que se mantiene protegida en una caja fuerte ubicada en Ginebra y que únicamente conocen cuatro personas, con las combinaciones exactas y la selección de más de cuarenta plantas. El mismo secretismo aplicado a las recetas del resto de vermouth, el Martini Extra, Dry, Bianco y Rosato, por los actuales maestros artesanos de la casa, Giuseppe Musso e Ivano Tonutt.

Cartel de Martini de 1938Martini

Lo que conoces es, a grandes rasgos y sin detalles, el proceso básico de producción y el nombre de alguno de sus botánicos. Todo comienza añadiendo cuidadosamente y en un orden preciso, sin aplicar presión ni calor, todos y cada uno de los ingredientes. Los vinos, conocidos como vino fiore, procedentes del primer prensaje suave de las uvas, así como las hierbas y flores aromáticas, las frutas fragantes, las maderas exóticas, las raíces y las especias. Son la artemisa, procedente de Francia; la rosa de Provins, de Marruecos; los limones, de España; el cascarillo, de Bahamas; la raíz de lirio, de Italia; o el clavo, de Madagascar.

Lograda la mezcla perfecta, la representativa de Martini, se añade alcohol natural puro, azúcar para equilibrar y se realiza un reposo para que se entremezclen los aromas. Es el método de elaboración tradicional conocido como macerato a la girata lenta, que tiene lugar en un recipiente que gira lentamente realizando con delicadeza la apreciada mezcla. Una vez concluida, se realiza un enfriamiento a ocho grados Celsius bajo cero y la mezcla con el vino. Con poco más, el vermú queda terminado.

Diferencias entre vermut y Martini

Muchas personas consideran vermut y Martini como sinónimos. ¿Realmente lo son? El vermut es una bebida alcohólica a base de vino y hierbas, mientras que Martini es una marca comercial específica de vermut. Un Martini siempre será un vermut (con permiso del cocktail Dry Martini, al que muchas veces nos referimos como “Martini” a secas), sin embargo no todos los vermuts son Martini y, de hecho, existen otras muchas marcas comerciales populares que distribuyen vermut. Aunque en esencia puedan considerarse lo mismo, existen sutiles diferencias entre vermut y Martini como pueden ser las que encontramos en sus diferentes composiciones, métodos de elaboración o cómo no, en el sabor. Te invitamos a descubrir todo lo necesario para diferenciar una copa de vermut Martini entre la enorme variedad de vermuts existentes.