Cuando uno piensa en cocina asiática, japonesa esencialmente, la une indiscutiblemente a los palillos. Esas dos largas varillas de madera, ligeramente más delgadas en el extremo empleado para pinzar los alimentos, que se conocen con el nombre de hashi. Y si pensamos en nuestra gastronomía más pequeña, en nuestro tapeo más castizo, nos daremos cuenta de que los palillos también son protagonistas, aunque tanto su funcionalidad como su aspecto sean sustancialmente diferentes.
Palillos distintos usados en dos gastronomías distintas que se unen por obra y gracia de un ex jefe de cocina de elBulli, Albert Raurich, en los bajos del minimalista hotel Casa Camper, en el barrio del Raval de Barcelona. Hablamos, sin duda, del restaurante Dos Palillos.

Divido en una barra asiática —situada frente a la inmensidad y frenetismo de la cocina, en la que los propios cocineros sirven los platos del menú degustación— y un bar de tapas —de corte más informal, en el que se come a la carta— el espacio hace del concepto de la tapa su manera de entender la gastronomía y abordar la cocina asiática se convierte en el reto a batir. En su más amplio sentido.
Porque aunque no pocas veces las críticas y recomendaciones se refieran al Dos Palillos como un restaurante japonés, lo cierto es que sus responsables basan su oferta gastronómica en lo que se cocina en Japón, pero también en China, Vietnam o Tailandia. Sin dejar de ir más allá. Extremo Oriente es su espacio y conforme avanzan sus conocimientos sobre las elaboraciones tradicionales de aquellas zonas, evoluciona la propuesta del restaurante.

El menú degustación está formado por alrededor de diecisiete platos y se necesitan aproximadamente dos horas para degustarlo. En él destacan las pieles crujientes de pollo con curry, el sunomono de algas frescas de Galicia con cañaillas y berberechos, el ostrón del Delta del Ebro con sake a la parrilla o la japo burger, con pan casero al vapor, carne de vaca, jengibre, pepino y shiso. Son extraordinarias creaciones hechas con producto fresco, con lo que no pueden estar siempre disponibles.

La carta, por su parte, incluye algunos platos que encontramos en el menú degustación y se suman otros divididos entre snacks, platos fríos, fritos, al vapor, de arroz y pasta, a la plancha, wok y a la parrilla, así como los postres. Tamae Imachi, jefa de sala y sumiller del espacio, brindará a petición de los comensales un perfecto maridaje de la carta o el menú con referencias de la gran bodega, en la que destacan los sakes y los tés.
Una propuesta realmente rompedora, bien concebida y con excelente resultado. El restaurante Dos Palillos puede estar satisfecho de haber conseguido una fusión verdaderamente sobresaliente.
Dos Palillos
Calle d'Elisabets, 908001 Barcelona
933040513
www.dospalillos.com
Creativa, Asiática
90€-110€