Las tapas se enmarcan dentro de la cocina más tradicional y popular. Algo que en los restaurantes Pepa Tomate va todavía mucho más allá. ¿La razón? Las recetas más típicas se convierten, aunque originalmente no lo sean, en platillos. Los clásicos de la culinaria barcelonesa adoptan el pequeño formato con leves reinterpretaciones de sus recetas. Desde las más habituales hoy en día a elaboraciones antiguas y olvidadas que el chef ejecutivo de estos espacios, Pau Corderas, se encarga de recuperar.
En el número 17 de la concurrida plaza de la Revolución de Barcelona se sitúa el local primigenio. En este punto clave del barrio de Gràcia abrió sus puertas el primer Pepa Tomate en 2012. Era un verdadero soplo de aire fresco, una forma más de recuperar las raíces gastronómicas con un punto innovador. Cocina de mercado y sabores de los de siempre con ligeras vueltas de tuerca y un formato que permite probar de todo un poco al comensal. ¡Una alegría para el cuerpo!

Primero, echando un vistazo a la carta de este restaurante con el subtítulo de «cuina de Barcelona», cocina de Barcelona, debemos reparar en la oferta de aperitivos que alude a la bendita costumbre del vermut. Con un vaso de esta bebida podemos pedir unas patatas churras con alioli de mortero, una lata de mejillones de las Rías Gallegas en escabeche, unas anchoas del Cantábrico con pan y tomate o un fuet de Riera Ordeix con más pan y tomate, que no falte.
Seguimos oteando el papel y llegamos a una sección sugerente, «Para comer con los dedos». Aquí descubrimos un bocadillo caliente con virutas de jamón ibérico, mozzarella, rúcula y pesto, llamado «sándwich de cine», una anchoa de pato con emulsión de jerez y aceite del asado de coca, unas quesadillas de ternera ecológica con guacamole y chipotle o un taco de cordero tandoor. Justo debajo, en el apartado «El huerto de la Pepa», nos topamos con una ensalada tibia de pasta fresca, tomates, piñones, alcaparras, ajo negro y parmesano, una sopa de aceite, tomate y helado de mostaza o un gazpacho de zanahoria, orégano y yuzu.

Superada esta etapa, los platos fuertes. En «Nuestros clásicos irresistibles» sobresalen unos tomates verdes fritos con camembert y mermelada de tomate, unos morritos de cerdo ibérico calientes y aliñados, unos huevos fritos con patatas y jamón de bellota, un mortero de patatas con Gràcia, en alusión y homenaje al barrio, y La Pepaburguer, la hamburguesa del restaurante. A ellos, cerrando la propuesta gastronómica de Pepa Tomate, se unen los «platillos de festival». Un pollo de payés confitado con langostino al ajillo, un pulpo en escabeche a la catalana, una milanesa de pollo marinada con indi mango pickle y curri verde, unas costillas de cerdo de estilo americano o un pescado fresco de la Boqueria. Para que no quede duda de la cocina de mercado.

El punto y final lo ponen postres como el tiramisú casero, un sorbete de mojito rebozado con lima, menta y keffir, un pastelito del islote de Capri, unos profiteroles de nata y fresa con crumble de chocolate llamados «Tomates Pepa» y diferentes cócteles y bebidas espirituosas.
Pepa Tomate
GràciaPlaza Revolució de Setembre 1868, 17 08012 Barcelona
932104698
www.pepatomategrup.com
Catalana
20€-30€