Peter Goossens solo pretende dibujar sonrisas en los rostros de los comensales que día a día llegan hasta su restaurante, Hof Van Cleve. En ese entorno de paz y sosiego que proporciona la pequeña granja en la que se ubica, localizada en la población de Kruishoutem, en Flandes, busca proporcionar felicidad a través de la cocina.
Del entorno natural y rústico que domina el exterior, con la arquitectura de la casona como gran atractivo, pasamos a un interior elegante y contemporáneo de absoluto contraste. Un espacio moderno, salpicado de obras de arte, muebles e incluso vajillas de diseño, donde tiene lugar la experiencia culinaria de este chef belga enamorado de la cocina afrancesada. El más célebre cocinero que ha dado el país.
En su planteamiento no existen las líneas marcadas ni los comodines. No tienen cabida convencionalismos ni rigideces que solamente condicionan y atenazan la creatividad. Lo suyo es la evolución y la inventiva. Improvisación, en la mejor acepción, al ritmo que marcan las temporadas y, esencialmente, los productos frescos y de proximidad que diariamente llegan a su despensa. Como dice, «una cocina premiada con estrellas Michelin debe tener los mejores ingredientes». Aunque obvio, no es menos cierto. Y más teniendo en cuenta que Hof Van Cleve no tiene uno, ni dos, sino tres macarons.
Jean-Pierre GabrielCon todo este género fresco proporcionado por los mejores agricultores, ganaderos, pescadores, cazadores y artesanos de la zona, y la llegada de ingredientes foráneos que añaden un toque especial a sus creaciones, compone una carta consagrada al más elevado deleite culinario que cambia frecuentemente. Sabores reconocibles, elegantes y armónicos, con carácter, profundidad y recorrido, sobre una base de cocina francesa aprendida junto a grandes de la misma como Joël Robuchon, una figura culinaria imprescindible.
Destacan con luz propia preparaciones como la de brotes de soja servidos con carne o pescado, conocida como jets d’houblon; la cigala acompañada por anguila ahumada, «bocado de la reina», berenjena y curri; el lomo de rodaballo, de un considerable tamaño, que descansa sobre un lecho de espinacas; o los calamares, que se sirven muy frescos, apenas cocinados, con todo su sabor prácticamente intacto, dentro de un caldo de bouillabaisse con algas. Sin olvidar los carros, tanto el de quesos artesanales, hechos por productores locales, como el de postres, tan cuidados como el resto de sus creaciones.
Hof Van Cleve
Riemegemstraat, 19770 Kruishoutem (Flandes Oriental) - Bélgica
+(32) 93835848
www.hofvancleve.com
Francesa, De mercado
180€-380€